Etapa 11: Veinte semanas, pataditas y cansancio.

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Ronquidos suaves resonaban en la recámara, con un embarazado acomodado en las suaves almohadas y mantas boca arriba, totalmente tranquilo.

A medida que el embarazo de Jungkook avanzaba, era más difícil pero también más lindo de imaginar. Los cansancios constantes caían sobre los hombros de Jungkook y sin poder evitarlo, se dormía en el cómodo mueble de la sala o en la mayoría de las veces, en su recámara, despertado por Yugyeom cuando se dormía en el sillón cada que llegaba del estudio. El lado hermoso y que emocionaba a Jungkook, era sentir los movimientos de su bebé en el interior, aunque lograba sentirlo levemente bajo el tacto de sus manos, algo de lo que le dijo Taemin para que se preparara y no los llegara a confundir con molestias estomacales, lo más común en los pensamientos de los embarazados o embarazadas. Además que, decidieron aún no saber el sexo del bebé, hasta el último mes.

Su pequeño conejito cada vez más se veía mejor y ya tenía adoptado el tamaño, para decirlo en forma de frutas, una pequeña banana que crecía más y más al pasar de las semanas, cumpliendo justo en ésa misma, cinco meses, si no las contaba como semanas. Algo de lo que Yugyeom también estaba orgulloso y emocionado, preocupado si podía 24/7 de las necesidades, caprichos y atenciones de su esposo.

La puerta del departamento se abrió con cuidado, intentando en vano que no sonara demasiado con los rechinidos salientes de ésta. Yugyeom la cerró tras suyo, escuchándose a puras penas el cierre. Caminó por todo el departamento silencioso, notando en ese silencio unos ronquidos detrás de la puerta de la recámara y sonrió en medio de su pequeña soledad. Una de las cosas que leyó en esa semana sobre el embarazo, es que Jungkook comenzaría a sentir mucho sueño y no podría estar de pie por más de tres horas. Entonces así era todos los días. Yugyeom llegando del estudio y Jungkook acurrucado en las mantas o en el sillón.

Entró sin ser descuidado. Observó a Jungkook tapado hasta el cuello y abrazando el peluche de un conejito que le regaló en uno de sus cumpleaños pasados, matando a Yugyeom se ternura instantáneamente al resaltar sobre la manta su vientre, casi queriendo despertarlo sin cuidado de su sueño y llenarlo de besos por todos lados. Dejó su maleta en el mueble al lado de la puerta y fue a Jungkook, abandonando su resistencia —como siempre—. Se sentó a su lado y colocó la mano sobre la mejilla de Jungkook, dándole suaves caricias allí.

Jungkook se removió y Yugyeom rió poco. La mano del Kim viajó a el cabello castaño de Jungkook, comenzando las caricias allí, conservando toda la tranquilidad del mundo sin apartar la mirada de su tierno esposo. Esas medio abultadas mejillas, sus esponjosos labios de un rosado natural, los grandes ojos color marrón y largas pestañas de Jungkook podían tener a Yugyeom mirándolo hasta comiendo todo el día, para Yugyeom, Jungkook siempre sería hermoso y un ser simple, alguien que no necesitaba ni de lujos, ni de cosas, ni de atenciones innecesarias, más que el amor de su pareja y al menos mantenerse en un buen porte económico.

Se acercó a besar su mejilla derecha y acarició con la punta de la nariz la de Jungkook, llevando ahora la mano al vientre del Jeon.

— Príncipe.— Susurró, dándose cuenta que los ronquidos de Jungkook ya eran como suspiros.– Mi amor.— Llamó de nuevo, dejando tiernos besos en los labios de Jungkook.

— Deja dormir a tu príncipe.— Murmuró somnoliento, poniendo su mano derecha sobre la de Yugyeom en su vientre, y entre abrió los ojos, mirando a Yugyeom sonriéndole a centímetros suyo.

— Eso me recuerda a algo hace cinco meses.— Alzó las cejas riendo.– ¿Desde qué hora llevas dormido?

— Uhm... Una y media.

— Jungkookie, son las seis.— Los ojos de Jungkook se abrieron de la sorpresa, haciendo sonreír divertido a su esposo, que le arregló el cabello castaño completamente desordenado.

¿Etapas?  ↪ Yugkook [M-Preg]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora