Prólogo

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15 años antes del comienzo de la Guerra Santa
- Pero, ¿puedes decirme adónde me llevas?- preguntó el jovencito de cabello castaño, mientras un hombre de pelo dorado lo conducía hacia un lugar tomándolo del brazo. - Ya lo verás, Sysiphus- dijo este hombre- Ten paciencia. Estaban en un bosque muy tupido, diríase que en el medio de la nada; pero, al atravesarlo, se vislumbró un pequeño pueblo con casitas de paja y barro. Una niña salió de una casa que estaba justo en la linde del bosque y corrió al encuentro del hombre. El jovencito miró con cierto asombro a esta pequeña. Era la niña más bonita que había visto en su vida; tendría unos cinco años, cabello castaño dorado, ojos color azul turquesa y piel muy blanca. Vestía una especie de tela enteriza de una pieza color rojo. - ¡Papi!- gritó la niña, echándose en los brazos del hombre, quien la abrazó y cargó inmediatamente. Sysiphus se quedó atónito. - ¡ILIAS, ¿TIENES UNA HIJA?!- casi chilló Sysiphus, cuando logró reponerse de su asombro. - ¡Papá, Regulus ya nació!- exclamó la niña con emoción. - No, hermano, tengo dos hijos ahora- dijo Ilias, poniendo a su hija en el suelo- Ambos son mi vida. Su madre, la mujer que amo, cuida de ellos cuando no estoy. Pero- la mirada de Ilias se tornó algo sombría-, si los dos faltamos algún día, quiero que me prometas que cuidarás de ellos como un padre. Sysiphus seguía anonadado, eran muchas cosas repentinamente. No obstante, no vaciló. - Te juro por Athena que los protegeré con mi vida- dijo con seriedad. Esto pareció aliviar a Ilias, quien se inclinó hacia la niña. - Ella es Elfriede- los presentó- Él es tu tío Sysiphus, hija. - ¡Tío!- exclamó Elfriede, corrió hacia el susodicho, y lo abrazó como si lo conociera de toda la vida. Este, un poco abrumado, correspondió el abrazo, y supo que siempre iba a querer a aquella chiquilla como si fuera su propia hija. Esa noche, se quedó a cenar y conoció a Sorsal, la hermosa esposa de su hermano, y al lindo bebé que les acababa de nacer, tres meses antes. Sorsal tocó el piano, ese día fue una fiesta. Durante dos meses, parecieron una verdadera familia. Sysiphus se volvió muy unido a la pequeña Elfriede, quien lo trataba como a un viejo amigo. Pero, el deber llamaba, y Sysiphus hubo de volver al Santuario, en compañía de su medio hermano mayor. ¡Cuánto habían cambiado las cosas desde entonces!

( que el título de este fanfic suena algo empalagoso, es de una linda canción de amor de hecho, pero no encontré otro título mejor.)

Yo te voy a amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora