Casi por casualidad u obra del destino, nuestras miradas chocaron, tarde en procesar algunos segundos si en verdad era él o no, pero su cara era inolvidable, todo él era inolvidable para mí y no exactamente por buenos recuerdos.
Su aura era diferente, todavía más oscura que antes, su mirada pesada no se despegaba de mí, su presencia me intimidaba, tan solo una mirada podia hacerme sentir pequeña e indefensa, necesitaba huir, buscar a Jungwoo e irnos cuanto antes, no podía seguir disfrutando de la fiesta sabiendo que ese loco estaba solo a algunos metros de mi, observándome, analizando cada paso que daba, sabiendo que seguía en la misma ciudad en donde nos conocimos y vivimos una caótica, enfermiza y por sobre todo tóxica relación.
Camine entre la gente, sin miedo a empujarlo, a pesar de estar mareada por todo el alcohol consumido, podia caminar bastante rápido y manteniendo el equilibrio, mi objetivo era llegar al otro lado e irme afuera a llamar a un taxi o algo, aunque primero debía encontrar a mi amigo, con suerte estaría en la barra hablando con alguien. Con cuidado saque mi celular de los pequeños shorts que llevaba puestos, a pesar de la música demasiado alta, iba a llamar a Jungwoo, por lo menos si no contestaba tenía mis llamadas perdidas.
Luego de empujar a mucha gente logre salir de la pista de baile, para cuando llegue al otro lado mi corazón latía rápido, mis manos sudaban y sentía que en cualquier momento iba a entrar en pánico, me sentía perseguida, con la guardia alta ante cualquier cosa que pudiera pasar, creí, por muchos meses de verdad creí que jamás volvería a verlo, hasta me mentí a mi misma diciendo que él seguro se habría ido a Japón cansado de buscarme por cielo y tierra, desee con todas mis fuerzas que él se aburriera de mi, que dejara de lado ese maldito juego del gato y el ratón, en donde los papeles estaban bien asignados.
Estaba asustada, tanto así que mis ojos se llenaron de lágrimas, estar con él había sido una tortura, pero nada se comparaba con haber cortado con él; cientos de llamadas al día, mensajes, dejaba cartas escritas con tinta roja en mi casa, me iba a buscar a la escuela, me seguía, Nakamoto Yuta estaba loco y sabía manipular.
Con cuidado, mirando hacia todos lados me aleje de la barra, la persona que buscaba no estaba ahí, el lugar que parecía más seguro estaba solo a unos metros, cerca de la escalera, camine hasta allí cortando y volviendo a llamar a mi amigo. Me apoye contra una pared alejada de la gente, una pared que formaba un pequeño pasillo bastante luminoso en donde solo estaba un grupo de chicas charlando.
Volvi a poner el teléfono en mi oído, me mordi las uñas con el celular en la oreja esperando a que Jungwoo conteste, rezando para que mi mejor amigo se de cuenta del problema en el que estaba.
-¿tan bonita y tan sola?,-su voz burlona y tan conocida se hizo presente, cerré los ojos esperando a que desaparezca, todo el miedo que no había sentido en un año me atacó por arte de magia, mis piernas comenzaban a temblar al igual que mis manos, por poco y suelto el celular, decidí que tal vez ignorarlo sería lo mejor, hacer como si tuviera amnesia, como si no recordará todos esos horribles momentos que me hizo pasar,-no sabes cuanto te extrañe en este año, dos meses y tres días, cada día sin ti es como una tortura,-se acerco hablando alto, lo sentía casi rozando mi espalda, me sentía avergonzada por las seis chicas que estaban ahí escuchando todo, que de todas formas se fueron al escuchar a Yuta, pasando por al lado nuestro, dejándome sola, dejándome preocupaba por lo que podia pasarme estando en el mismo lugar que mi ex novio.
-Cada día contigo para mi eran una tortura, dejame en paz, superalo,-hable sin mirarlo, volviendo a marcar por séptima vez el número de Jung. Si Nakamoto se acercaba o me tocaba estaba acabada, comenzaría a gritar y llorar, lo que menos quiero es que me vea débil.
-Cambie,-sin cuidado alguno guarde mi celular dándome vuelta, debía levantar mi cabeza para verlo a los ojos, era más intimidante de lo que recordaba, pero poco me importo, estsba enojada, con miedo y al borde del ataque de pánico.