-Baja,-luego de que dimos la vuelta para que él me lleve a casa, se puso serio y con cara de enojado, hasta me ignoro cuando le hice chistes sobre que su cara parecía un pan pisado por un auto.
Prefiero que me rete cuando hago algo sin sentido, que me diga que soy tonta, pero no que me ignore, odio que me ignore.
Coloque rápidamente mis zapatillas y me saque el cinturón, aunque no me iba a bajar hasta que él no dejara de estar enojado conmigo.-¿te enojaste? Dongs porfa, somos...,-¿amigos? ¿Primos? ¿Amantes? ¿Qué mierda somos?,-nos caemos bien, aunque me vivas peleando y diciendo que soy una tonta cuando en realidad lo dices porque soy espejito rebotin, o sea que tu eres el tonto, ¿recuerdas?,-vi un índicio de una pequeña sonrisa, eso de espejo rebotín era algo que nos decíamos todo el tiempo cuando eramos niños, bueno cuando yo era niña porque él ya tenía 14 pero me peleaba como si los dos tuvieramos siete.
-Odio esto, ¿si? Yo con novia, tú con quién sea que estés, ya nisiquiera me entiendo, no se qué quiero...se que para nosotros no hay futuro, pero te necesito conmigo, en mi vida-tiro su cabeza hacia tras dejando salir un suspiro, saque la bolsa de comida que tenía arriba de mis piernas para colocarla en el asiento de atrás y así ponerme más cómoda, gire un poco mi cuerpo, poniendo yo también mi cabeza en el respaldo, lo mire sonriendo, casi podía decir que cientos de corazones salían de mis ojos, tal vez tengo un corazón demasiado blando.
-Yo también te quiero,-acaricie su cara con la yema de mis dedos, podía sentir su piel suave debajo de mis dígitos, tan caliente y blanca, él no dijo nada, solo cerró sus ojos, dejó que lo acaricie tanto como quiera. Mi mano intentaba recorrer la mayor parte de la piel de sus mejillas, luego hacia el pequeño recorrido de su nariz, necesitaba besarlo, sus labios siempre son suaves, aparte de que besa como nadie,-entremos a casa, mis papás no van a venir hasta las diez,-dije con voz casi desesperada, en un movimiento rápido le saque el cinturón de seguridad para luego dejar algunos besos en su mejilla y salir casi corriendo para que la lluvia no me moje mucho, quiero que ese trabajo lo haga el hombre que se encuentra detrás mío.
Los dos entramos a casa, él la conocía por completo, mi casa desde siempre fue como la suya, pero parecía que su parte favorita y más conocida era mi habitación. Mire detrás mío, sin estar tan segura de si él había cerrado la puerta o de si siquiera había entrado, por suerte hizo las dos cosas, sin su ceño fruncido o su boca en puchero.
-¿Estas segura de que no van a venir?,-pregunto tomándome delicadamente de la muñeca para llevarme hasta el centro del hall, algunos metros lejos de la escalera, asentí ante su pregunta, para luego intentar buscar sus ojos que se mantenía fijos en el piso,-no te sacaste las zapatillas,-me recordó con el ceño fruncido, rei un poco para luego sacarmelas desde el talón, aunque las zapatillas no eran altas, mi estatura igual descendió, me sentía pequeña ante él, pero protegida.
-Vamos a mi habitación, ahora no actúaes vergonzoso,-rei dejando un beso en sus labios, fue un pico tonto que hasta me daría con una amiga, de su parte no recibí nada, por lo que me di vuelta aun tomada por la muñeca, pensé que él me iba a seguir, pero no fue así, en cambio me jalo fuerte contra su pecho tomándome por la cadera, sin cuidado alguno y con bastante fuerza.
-Tú no mandas,-asentí cerrando los ojos, sintiendo sus manos subiendo por debajo de mi pollera de la escuela, acariciando toda la piel expuesta con sus manos calientes. Después de todo fue buena idea sacarme el short en el baño del colegio, no esperaba tener sexo con Doyoung, pero nunca se sabe que puede pasar con él, es bastante impredecible.
Rudo, siempre le gustó maltratarme en la cama, me ato, nalgeo, mordido, hasta escupió y ahorcó, pero siempre lo dejé hacerme lo que quisiera, él siempre puede tener el mando sobre mi, no le voy a negar nada que quiera hacerme, primero porque me siento segura y segundo porque amo todo lo que me hace, sus manos acariciandonme, sus labios recorriendo mi piel, su lengua caliente lamiendo en donde tiene que lamer, sabe qué hacer y yo no.
-De rodillas,-rápidamente obedeci hambrienta, hace tanto no estábamos juntos, extrañaba tanto su olor, sentir su piel caliente y por sobre todo, extrañaba tenerlo dentro mío, haciéndome gemir o gritar, con las piernas hechas gelatina y el corazón yendo a mil por segundo.
Con cuidado saque su pantalón, no sin antes apreciar el generoso bulto que se lucia, con cuidado lo acaricie y apreté para que la forma se marque con detalle, él sabe que me encanta hacer eso, no por nada tengo una carpeta entera con fotos que él me mando apretando su ereccion debajo del pantalón.
Sin más rodeos desenci el pantalón, encontrándome con unos bonitos boxers que también baje con rapidez, encontrándome rápidamente con su pene, el cual golpeó contra mi cara haciéndome cerrar un poco los ojos por la sorpresa, lo escuché reír ligeramente, idiota.
-Te extrañe mucho, ya no vuelvas a dejarme por tanto tiempo,-me queje acariciando su pene con mi mejilla, sintiendo las venas tan notorias, sus manos rápidamente fueron hasta mi cabello, sujetandolo en una media colita desordenada.
-Chupa, luego quejate,-demandó alejando mi cara de su pene para que lo mire a los ojos, asentí obediente para luego abrir mi boca, es una mentira decir que no estoy necesitada, claro que lo estoy, necesito sentir su liquido caliente en mi paladar de una vez.
-Te dejo el ritmo a ti,-dije mirándolo a los ojos, él asintió colocando su mano libre en mi mejilla, mientras yo colocaba las mías a los costados de su cadera, sin hacer presión, solo para sostenerme. Pocas veces le dejé llevar el ritmo a su gusto, la última casi lo vómito, fue bastante horrible.
Abrí mi boca lista para engullir su pene, el cual rápidamente se acomodo en mi boca, haciéndome cerrar los ojos para disfrutar mejor de la experiencia, podía sentir la carne caliente y palpitante acariciando toda mi boca, mi lengua intentaba acoplarse al movimiento rápido, pero era una tarea algo costosa.
Me hacía succionar la punta de su verga, gemidos salían de su boca haciéndome sentir orgullosa del trabajo que estaba haciendo con su pene, aunque él llevase el control.
-Mu-muerde,-susurro entre gemidos, levante mi vista encontrándome con su frente fruncida, sus ojos cerrados, su boca abierta dejando salir sonidos de placer y algunas pequeñas gotas de sudor callendo por su cien, se veía tan perfecto desde abajo.
Su mano soltó un poco mi cabeza, dejándola justo en la punta en donde con mucho cuidado use mis dientes para dar una leve caricia, que él pareció disfrutar demasiado ya que un gran gemido salió de su boca.
-Al sillón,-me levanto dejándome algo descolocada, quería tener su semen en la boca, no porque el gusto es lo más rico que pobre en toda mi vida, sino porque la sensación es buena, aparte de que se siente genial que yo lo hice venir solo con la boca.
Y una vez, termine acostandome con Doyoung, no hicimos el amor, no fue una experiencia llena de sentimientos, tampoco me dijo "te quiero" luego de acabar en todo mi estómago, si me ayudo a limpiarme, pero me hizo ir a dormirme sola en mi habitación, sin sus brazos alrededor de mi cadera, tan doloroso pero conocido, lo quería, pero debía aceptar que mantener este tipo de relaciones tenía cosas malas como estas.
EmySchmidt8 me había olvidado de etiquetarte :(( igual no me salio como quería ni mucho menos, pero acá esta ♥️ :(