Extra

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Memories

~Junio, 2001~Sándwich

—Es tu turno, Número Ocho.- la demandante voz del canoso me hace temblar.

El entrenamiento del día era de forma individual, por la mañana nos obligó a ver como unos hombres golpeaban sin culpa a Luther, después de la comida hizo que Ben controlara los tentáculos para terminar con la vida de varios animales. Ahora éramos guiados hasta el patio trasero, donde Pogo colocaba una silla de metal.

—Toma asiento.- obedezco sin rechistar- Lo único que tienes que hacer es explotar el motor.

Explica mientras mi madre abrocha un cinto en cada una de mis muñecas.

—¿Tienen que estar tan cerca?- señaló con mi mentón a los siete niños frente a mi- No quiero hacerles daño.

La culpa se apodera de mi, por la noche anterior había tenido una pelea sin sentido con Klaus, se burló de lo fea que me veía con dos coletas hasta sacarme de quicio. Enojada camine a mi habitación topándome con mamá en el camino, ella intento abrazarme pero su cuerpo salió volando hasta el otro lado de la habitación.

El ruido alarmó a todos, madre no se levantaba, pues la electricidad qué pasó por su cuerpo descargó su energía y daño su hardware, según nuestro padre, que no durmió por repararla y Diego no me hablaba desde entonces.

—Tendrás que controlarlo.- enciende la máquina lanzando un cosquilleo por todo mi cuerpo-"La diferencia entre una persona exitosa y otras no es la falta de fuerza, ni la falta de conocimiento, sino la falta de voluntad".

Me rio por la sensación, Reginald frunce el ceño y aumenta la potencia, los toques son tan fuertes que duele.

—Padre, duele.- me quejo gritando- No puedo.

Siento como más electricidad me recorre, sacándome gritos y lagrimas.

—¡Padre la estás lastimando!- distingo la voz de Cinco.

Mis ojos caen en todos ellos, Número Uno sostiene con fuerza a Klaus que intenta acercarse a mí al igual que Dos y Cinco pero estos son detenidos por Allison y Pogo, mientras Ben tapa sus oídos escondiendo su cara en el hombro de Vanya.

—"Cuando ya no somos capaces de cambiar una situación.-aunque lo oculte su mirada tiene arrepentimiento, las gotas de lluvia mojan su cara- Nos encontramos ante el desafío de cambiarnos a nosotros mismos".

Me concentro en la energía que recorre mi cuerpo, la imagino saliendo de mí hasta la caja de metal que lo ocasiona, cierro los ojos con fuerza.

Los vuelvo abrir justo antes de que un rayo caiga en el aparato desde las nubes. El ruido de está explotando me asusta.

El fuego no se hace esperar y sale del motor, Reginald me mira asombrado y le indica a Grace que me desabroche. Se sorprende más cuando lo que me sostenía lo abro con facilidad.

En el segundo en que me pongo de pie unos brazos me rodean, agacho la mirada topándome con los achinados ojos de Seis llenos de lagrimas.

—Te ves aún más fea con ese cabello, corazoncito.- Klaus se une al abrazo seguido de todos los demás.

Mi melena rubia se encontraba esponjada a más no poder.

[...]

—¿Número Ocho?- rio encogiéndome en mi escondite- Ya es hora de dormir, deberías estar en tu habitación.

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