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Veterano.

—Encontraste a tu mascota.- Cinco habla con burla

—Ja ja.- digo trapeando el piso del baño- Que agradable eres, hermanito.

No recibo respuesta, lo veo hablar unos minutos con Klaus antes de que esté salga.

—Corazón,¿me acompañarías a un lugar?- quita el trapeado de mis manos

—Claro, ¿a donde?

—Solo sígueme.- entrelaza nuestros dedos

Caminamos al salón, Pogo estaba junto a mamá haciéndole algo que no pude preguntar pues el pelinegro no me dejó detenerme.

—¿Qué pasó aquí?- observa el candelabro en el suelo

—Los sujetos que te llevaron nos dieron pelea.- hablo con un toque de gracia- No sé porque no lo han levantado.

—Te ves de la mierda.- Diego aparece en mi campo de visión

—Muchas gracias.- la voz de Klaus es suave, casi murmurando- ¿A donde vas?

—No.- rio ante su respuesta- No te llevare.

—Oh, vamos, sabes que no puedo conducir.- se queja acercándonos a él- Y Gwen no tiene auto.

—Ya te dije que...

—Bien, voy por mis cosas.- palmea el pecho del moreno- Regreso en dos minutos.

Se retira dejándonos solos.

—¿Cómo lo encontraste?-

—¿Cómo estas?- hablamos al mismo tiempo y reímos, mueve su cabeza indicándome que yo primero- Él llego solo, estaba desayunado y lo escuché llegar.

—Se ve realmente mal, no está gritando como acostumbra.- hace una mueca- Y se acurruca a ti como un cachorro herido.

—¿Por qué mierda todos lo comparan con un animal doméstico?- cuestiono con gracia- Bueno, eso no importa. Ahora contesta tu.- cruzo mis brazos-¿Cómo estas?

—Solo eran tres personas las que realmente me importaban y quería .- dice después de suspirar- Me acaban de quitar dos de ellas, ¿Cómo quieres que esté?

—No hagas ninguna tontería, por favor.- Lo abrazo recargando mi cabeza en su pecho- Ellos son muy peligrosos.

Su mentón descansa en mi cabeza y se aferra con fuerza a mi cuerpo, no lloraría, se aguantaría hasta estar solo.

—Eres una enana.- ríe con suavidad- Tan pequeñita.

Eso era verdad, media 1.63 cm, lo mismo que lo hacía el cuerpo adolescente de Cinco. Me había acostumbrado a mi estatura, pues Diego y Klaus me ganaban solo por una cabeza pero con Luther era una gran diferencia. Va ya era aún más pequeña y me encantaba recordárselo.

—Ay que bonito abrazo familiar.- el ojiazul se interpone entre nuestros cuerpos- ¿Ya te dijo que nos besamos? También me pidió matrimonio.

Diego me veo con el ceño fruncido pidiendo explicación.

—¿Nos vamos?- se había formado un silencio incómodo.

Nos subimos al coche, el camino era algo callado, Klaus se dedicaba a tomar recargado en la ventana y Diego me lanzaba miradas de reproche de vez en cuando.

—¿Estas bien?- rompe el silencio- Que milagro, mi hermano Klaus está callado. La última vez que lo hiciste fue cuando teníamos 12, te pusiste los tacones de Grace, caíste y te rompiste la mandíbula.

The umbrella academy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora