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Dije que volvería temprano y llego hasta las 2 de la mañana.

Ambos chicos se sonreían mutuamente, viéndose a los ojos. Dos jóvenes soñadores... ¿Que podría salir mal?

Los adolescentes estaban enfrente de aquel departamento, que ahora era oficialmente de ellos.

—¡Me alegra que acpetaras vivir en un departamento conmigo, Fred!

—Owww corderito, sabes que por ti hago lo que sea...— mentiroso, mentiroso.

—¿Entramos?— dijo el castaño con entusiasmo, señalando su nuevo hogar y soltando pequeñas risitas.

—¡Seguro!

Entraron a ese departamento, el castaño estaba admirando cada detalle mientras que Fred se había detenido frente al gran ventanal a admirar la ciudad frente a sus ojos.

Freddy sonrió satisfecho al darse cuenta de que en realidad su primer apartamento siendo una persona independiente no estaba nada mal ya que era suficientemente espacioso para la pareja que viviría ahí: Dos cuartos, una pequeña sala, una cocina, dos baños, etc.

Comenzaron a instalarse colocando en su lugar los pocos muebles y pertenencias que tenían mientras cantaban una que otra canción al unísono.

[Unas horas después...]

—¡Llegó al rato, Freddy!— se escuchó el canturreo del azabache junto con el sonido de las llaves del nuevo departamento que había tomado de la mesa para así comenzar a encaminarse a la puerta.

—Amor, recuerda, si vas a ir a una fiesta espero que vuelvas temprano, ¿de acuerdo?

El pelinegro, el cual estaba a punto de salir del departamento, rodó los ojos fastidiado. Siempre le había dicho eso... pero casi nunca lo obedecía.

—Siiiiii, amoooooor, ¡adiós!— se despidió rápidamente y con un tono medio agudo para finalmente salir de aquel departamento, dando un portazo y cerrando con llave.

El castaño, que se había quedado leyendo un libro en su sofá, suspiró tristemente dejando de lado su libro para así jugar un poco con sus dedos, haciendo una mueca de inconformidad.

—Yo también te amo, cariño...— dijo este para sí mismo.

[Muuuuuchas horas después...]

Alcohol, cigarrillos, sexo, drogas... Lo típico que había en las fiestas a las cuales Fred asistía.

El pelinegro se encontraba abrazando a su amiga de cabello blanco con un mechón rosado.

—F-Fred, ¿te han dicho q-que eres m-muy guapoooo?— dijo la albina lentamente mientras pasaba su mano por la cara del azabache de una manera poco cuidadosa y torpe.

—Sí, Meg... Ya me lo habían dicho.— murmuró este un poco fastidiado, aveces las personas alcoholizadas eran insoportables, sobretodo Meg porque desde el punto de vista de Fred, era demasiado cariñosa. Cosa rara en la albina estando sobria.

De repente su amiga sacó su celular para llamar a un número, sin embargo no pudo gracias a que su vista se veía doble. El aparato electrónico continuaba cayéndose de las torpes manos de su compañera de tragos, haciéndola soltar uno que otro gruñido de frustración, pero con una extraña sonrisa de idiotez dibujada en el rostro.

𝓑𝓪𝓭 𝓑𝓸𝔂𝓯𝓻𝓲𝓮𝓷𝓭 [Freddedy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora