Lunes 5:34 - El final del sueño

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Jimin y Yoongi intercambiaron lugares a lo largo de la noche, para que ninguno estuviera demasiado tiempo incómodo. La ansiedad los estaba superando, la adrenalina que les generaba pensar todo lo que les esperaba durante las próximas horas. Habían repasado el plan muchas veces; aguardarían en su escondite detrás de la estantería hasta que alguien llegara, que debería ser alrededor de las seis. Luego esperarían a que quien sea que apareciera se distrajera y escaparían. Habían hablado también de cómo se las arreglarían para pasar el día sin sus mochilas. Lo mejor que se les ocurrió fue explicar la situación, modificando algunos detalles: dirían que se las robaron, pero que fue cuando iban rumbo al colegio juntos aquella mañana. Y, bueno, para escribir, tomar notas, y todo eso, le pedirían ayuda a sus amigos. Seokjin tenía millones de hojas en su mochila, Namjoon siempre guardaba un lápiz demás, y si no, Taehyung coleccionaba lapiceras con dibujitos.

El menor estaba esperando a su novio en el hueco entre la pared y la estantería, con el afiche y las hojas que habían preparado para la hora de Biología. El pendrive lo tenía el otro chico, que se había ido a dar una última vuelta al edificio para revisar que todo estuviera en orden. Park repasó en su cabeza el fin de semana. ¿Cómo, en tan pocos días, el chico que lo evitaba se había convertido en su pareja? ¿Cómo se había vuelto parte, tan pronto, de su vida? De los videos, de la chica psicópata, de Sook, del compañero de piso del chico pálido... Aún se sentía culpable por eso. Se sentía culpable pensando que mientras él se enojaba por su actitud distante, a aquel chico lo golpeaban y, seguramente, abusaban de él. Que había vivido tanto tiempo aguantando aquello sin quejarse, sin derramar una sola lágrima, sin poder huir... Pero no tenía sentido pensar en eso. Ahora, lo importante era protegerlo, asegurarse de que no iba a volver a sufrir ese maltrato, nunca. Tenía que demostrarle que ya no estaba sólo.

Se sobresaltó un poco cuando el pequeño cuerpo del chico pálido se acomodó junto a él.

– Listo, creo que está todo listo –Susurró–. Entonces ¿repasamos una vez más? –Jimin suspiró y rodó los ojos. Ya se sabía de memoria lo que tenía que decir.

– Salimos de aquí, y vamos rápidamente al vestuario. Yo me meto en una ducha, tú buscas el jabón y cuando yo termino, que tengo que tardar poco, entras tú. Luego volvemos, terminamos el trabajo. Si preguntan, llegamos temprano por eso –Min asentía ante todas las palabras del otro–. Y luego buscamos a Hoseok y le preguntamos por qué nunca apareció. Y, además, quisiera pedirle que me deje llamar a mi madre. Debe estar preocupada... –El mayor no había pensado en eso. Era cierto, la madre de su novio no sabía nada de él desde su repentina desaparición del viernes. Pensando en eso, recordó que, cuando salieran de allí, él tendría que quedarse en su casa. A esa mujer iba a darle un paro cardíaco cuando se enterara de todo aquello tan de golpe.

– ¿De verdad está bien que me quede con ustedes? –Preguntó por décima vez en la mañana. El menor volvió a suspirar.

– Ya te dije que sí. Mi madre no va a enojarse si le contamos la situación. Al contrario, va a entenderlo. –Insistió.

– La verdad... –Murmuró el otro– No quiero decírselo.

– ¿Por qué? –Park lo miró sorprendido– Sabes que no va a juzgarte tampoco, ella pasó por cosas similares.

– No es por eso, Jimin, no desconfío de ella. Pero me preocupa que esté involucrada con Kyan –Masculló Yoongi–. Ya tengo miedo de que te encuentre a tí, no quiero agregar a tu madre a la lista...

– No te preocupes, él no va a hacernos nada, ni a ella, ni a mí, ni a tí –Lo consoló su novio acariciándole una mejilla–. Pero tenemos que asegurarnos de que tampoco le hará daño a nadie más, y que no andará suelto por ahí.

Entre pasillos [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora