Viernes 16:45 - Provisiones

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– ¿Tú escribiste esto? –Le preguntó Jimin antes de que pudiera reaccionar.

Yoongi debía mantener la calma. El chico no había llegado a la parte donde estaba escrito su nombre. Sólo había encontrado una canción, no era tan grave. Podría haber sido mucho peor.

– ¿Nunca te dijeron que no debes revisar computadoras ajenas? –Gritó Min entrando en pánico– ¡Deja eso! –Se acercó a su compañero, que lo miraba sin entender, y cerró el documento, para volver a abrir la presentación.

– No sabía que escribías... –Murmuró Park, que aún estaba sorprendido por lo que acababa de leer. Los versos eran tan dulces y románticos que al pelirrosa le resultó raro que hubiese sido Min Yoongi quien los había escrito.

– ¡No vuelvas a hacer eso! –Insistió el mayor fingiendo que no lo escuchaba– ¡En tu próxima lección de computación trataremos lo PELIGROSO que es husmear en los documentos de otras personas!

– Lo siento, lo siento... –El chico pálido suspiró. Estuvo cerca– Pero eso era... Hermoso. –El rubio alzó la mirada, asombrado y reprimió una sonrisa.

– No creas que por decir eso te salvas. –Gruñó él, pero el menor negó con la cabeza.

– De verdad, me gustó –Sonrió–. ¿A quién se lo dedicas?

– A nadie en específico –Masculló Yoongi–. En fin, ¿podemos seguir el trabajo? –Jimin asintió, pero siguió preguntando.

– ¿Sabes tocar algún instrumento, entonces?

– Sí, algunos. –Contestó el chico pálido restándole importancia al tema.

– ¿Y cantas? –En la cabeza del pelirrosa, la imagen de su amigo como cantante le resultó extremadamente atractiva, por alguna razón

– No, no. Bueno, más o menos, no soy tan bueno como t... –El mayor tosió para disimular su error– Como otros. Prefiero rapear. –A todo esto, no desvió la vista de la pantalla.

– Cuando salgamos de aquí, ¿podría escucharla? –El rubio se congeló– Con música, quiero decir...

¡Claro que no! Iba a darse cuenta de que era para él. Y eso no era bueno, no era nada bueno.

– Tal vez. Ahora concentrémonos en esto. –Volvió a pedir Min.

Hicieron lo que pidió, al menos por unos minutos, hasta que el chico pálido soltó un bufido.

– Mierda, las imágenes estaban en la otra computadora, y ahora no tenemos internet. –Lamentó.

– ¿Y si salimos a buscarlo? –Propuso el menor– Cerca del comedor llega el de un quiosco de por ahí.

– Supongo que podemos hacer eso –"Si es que logramos salir" agregó el otro en su cabeza, pero decidió no decir nada para no volver a poner nervioso a su amigo–. Busquemos alguna ventana abierta en la planta baja.

Los dos volvieron a dejar todo en orden, pero el pendrive, y ahora la mochila con las pertenencias de Yoongi, los acompañaron, pero dejaron la computadora allí. Cuando llegaron allí, se separaron para abarcar todo el espacio que podían, pero, tal como había notado el pelirrosa la última vez que habían bajado, no había ninguna. La única salida a la vista era la puerta de entrada. Cuando terminaron de corroborarlo, se encontraron frente al mostrador.

– Bueno, parece que este lugar fue diseñado para servir de búnker en caso de que sucediera un apocalipsis en horario de clases. –Murmuró el chico pálido, sacándole una sonrisa al otro.

– Excepto por la puerta de vidrio... –Agregó Jimin. Su amigo lo miró con seriedad. Entendía a qué se refería.

– Evitemos hacer cualquier cosa que no sea legal. Dudo que a la escuela le parezca una excusa adecuada haber estado encerrados aquí para romper un vidrio. –Dijo.

Entre pasillos [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora