Lunes 15:36 - Un último paso

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Jimin abrió suavemente la puerta de su casa, invitando a su novio, que iba sólo con la computadora en mano, a pasar. La dueña de casa apareció, entrando al comedor desde una puerta blanca que llevaba a la cocina. Saludó a los dos chicos amablemente y les sirvió algo de comer, como si fueran niños pequeños. Los tres se sentaron en la mesa y conversaron un rato. El menor le explicó a su madre todo lo ocurrido, cómo se habían quedado encerrados allí, cómo habían convivido y las cosas de las que se había enterado. Obviamente omitió la parte del sábado en la noche. Le narró la situación casi tal y como era. Ella asentía, y cada tanto le echaba a Yoongi una mirada de comprensión. A todo esto, la mano del mayor se había mantenido aferrada a la del otro joven. Cuando acabó el relato, el mayor se dió cuenta de que nunca mencionó el hecho de que irían de vuelta a su departamento en busca de algunas de sus cosas. Supuso que no querría preocuparla. Por un momento, pensó en contarlo, para así evitar que su pareja se arriesgara tanto. Pero calló. Sabía que, aunque fuera una locura, necesitaba algunas cosas de su casa.

– Tendremos que hacer la denuncia. –Dijo ella cuando Park terminó su relato. Él asintió.

– Señora... –Murmuró el chico pálido con recelo– Si es un problema que me quede aquí, puedo... –Ella le hizo un gesto con la mano para que parara de hablar. Sabía que el joven no tenía a dónde ir.

– No es un problema, para nada –Respondió con una sonrisa–. Al contrario, será un placer tenerte aquí –Min le devolvió la sonrisa con una expresión de alivio–. Lo único que puede ser un problema para tí, tal vez,  es que no tenemos otra habitación más aparte de la de Jimin y la mía. Así que, si no te molesta, tendrán que dormir juntos.

Yoongi vió de reojo como la mirada de Jimin se oscurecía de repente. Tal vez ambos estaban recordando el despertar de ese mismo día. Negó con la cabeza. Estaba muy seguro de que su ahora novio no se opondría a dormir con él, pero debían hablar.

~14:09~

Luego de preparar el colchón donde supuestamente dormiría el mayor durante los próximos días, salieron a caminar por ahí. A pesar de que la situación parecía estar bajo control, los dos se sentían extraños. Los últimos días parecían parte de otra realidad, y comenzaban a dudar de todo. Min aún no asimilaba el hecho de que no volvería a encontrarse con Kyan al llegar a casa, y Park tenía miedo de no corresponder realmente a los sentimientos del otro, que todo lo que sentía fuese producto de sus fantasías, por haber estado encerrado por al rededor de tres días. La euforia de haber escapado de la biblioteca comenzaba a esfumarse, haciéndoles ver más fríamente a quién tenían en frente. Ahora eran ellos, lejos de la desesperación de encontrarse encerrados y no saber cuándo y cómo podrían salir. Se sentaron en el banco más abandonado de un parque, y pasaron unos minutos antes de que el menor comenzara a hablar.

– Lo siento –Dijo ganándose toda la atención del chico pálido en una fracción de segundo–. Si... Si luego de unos días no actúo igual. –Su compañero evitó mirarlo. Sólo conocer esa posibilidad lo hacía sentir dolido.

– Entiendo... –Murmuró.

– No terminé –Aclaró el primero–. Si en algún momento no actúo igual contigo, sólo haz esto –Acunó el rostro del mayor entre sus manos, logrando que éste lo observe. No estaba seguro de lo que hacía, pero sabía perfectamente que aún si su nueva relación era algún tipo de ilusión o confusión, no quería perderla. Así que se inclinó y lo besó con todo el cariño que tenía acumulado en su interior. Con eso, a Yoongi le quedaron muy claros los pensamientos del otro, a pesar de que nunca se los había expresado en palabras–. Así recordaré por qué te estoy pidiendo que lo hagas. –Explicó cuando se separaron.

Entre pasillos [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora