Capítulo 12. (Javier)

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Desde que salimos de casa de Cata he querido hablar con Anhia. Sin embargo, se la ha pasado todo el camino con ella y Margot. Justo cuando estoy decidido, sucede esto. Joder.

—¿Quieres hablarle? —Me pregunta Alex.

—Sí —Afirmo suspirando.

—¿Qué te lo impide?

—Amor ¿no ves que está con Cata y Mar? —Se adelante en la respuesta Julieta.

—Anda, huevón —Patrick se introduce en la conversación—. Aprovecha que ahora estás decidido. Luego te ahuevas y no haces ni mierda —Sacude su cabello.

—No quiero interrumpirla.

—Anda, no más. Cata puede estar con Margot —agrega Alex.

—¡Anda! —Me alienta Julieta.

¿Será el momento adecuado para hacerlo?

Está bien, lo haré. Si ella no siente lo mismo, correcto. No insistiré, no la puedo obligar. Pero si siente lo mismo, si siente lo mismo...

¡Carajo, sería el hombre más feliz del mundo!

Doy media vuelta y camino. Cada paso es una estaca al corazón. Siento que mi pecho es un saco de boxeo. Deseo tanto que esto sea el ensayo de una obra teatral, así si algo sale mal, podré volver a iniciar la escena. Una obra teatral en donde esto tiene un final feliz, en donde todo me sale de maravilla.

—¿Podemos conversar un momento? —Sonrió— Será solo un momento, lo prometo —Trago saliva.

—¿Ahora con que tontería vas a salir? —interroga.

Cataleya y Margot se incorporan al grupo delante nuestro. Anhia y yo nos quedamos completamente solos. Espero a que se incorporen por completo para poder comenzar. Odiaría que me fastidien con esto. El tema del amor me avergüenza mucho.

—Saldré con una tontería que ni te imaginas —Digo.

—¿Se puede saber cuál es?

—¿Quieres saber?

—Me muero por saber —Me mira solo un segundo— ¿Me dirás?

—Claro, para esto te he llamado.

—¿Qué es? —Sonríe y yo muero.

—Quería preguntarte si... —Me detiene y completa la oración por mí.

—¿Si te puedo chupar la pija?

Su respuesta me confunde y me hace reír. ¿Cómo hace esta niña para inventarse cosas extrañas en momentos inoportunos a la velocidad de la luz?

—Sí —Le sigo el juego—. Quiero saber cuanto por chuparme la pija.

—Si me das algo de comer lo hago —Se escucha seria—. Si es grande, que sean dos cosas de comer.

Es que me ha cambiado la conversación y me ha hecho sonrojar. ¡¿Ahora como le digo que me gusta?!
Niña loca. Realmente vuelo con sus conversaciones sin sentido. A veces tan peculiar, a veces tan seria.

—¿Enserio? —Pregunto confundido- Porque lo que te daré de comer será un pito muy enorme.

—Claro que no, tonto —Lame sus labios— Creo que la boca es para comer y no para eso.

Me saca una sonrisa. La luz de luna combina perfectamente con el tremendo universo que tengo a mi lado .

—No, realmente lo que quería decirte es que...

Me interrumpe, pero esta vez no con algún disparate. Esta vez me quedo callado porque las palabras se vuelven escasas en mi paladar al sentir su tacto apretando con fuerza mi mano.

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