"El Omega"- Kaishin [EDITADO2024]

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Kudō Shinichi estaba en su último año de Universidad. Mientras que su pareja en el tercero. Ambos estudian la carrera de criminalogista.

Últimamente el nipón evitaba un poco a su pareja, ni él mismo se entendía el por qué. Heiji no tenía la culpa. Él es muy tierno y comprensivo con él. Pero ahora mismo, han estado algo distanciados. No demasiado, tal vez.

Él de Osaka tampoco pone mucho de su parte, ambos están ocupados. Ya sea la Universidad, fuera por su trabajo, los Clubes o dormir.
Shinichi casi ni veía a Ran, quien se metió a estudiar medicina, específicamente pediatría. Tenía enterado que su amiga Alpha, actualmente llevaba seis meses en una relación. Él mismo detective se sintió ofendido cuando habló con ella hace algunos días por una corta video llamada y se enteró que tenía novia.

Una tal Aoko, una linda Beta que igual estudiaba medicina. Solo que ella más bien la rama de la psicología. Su amiga no le dio mucha información básica de la chica pues quería esperar el momento adecuado. Lo que sí habló de ella es del color de sus ojos, de baja estatura y la forma en cómo tiene su pelo largo.

Shinichi recordó aquel período de tiempo en que se sintió atraído por su amiga Ran. Fue en la secundaria. Aunque ahora solo queda a un cariño especial, confianza y gran amistad hacia la Alpha.

Ahora mismo, se encontraba en la biblioteca, un viernes por la tarde. Las cinco para ser exactos. Ése día Heiji no asistió a la Institución por estar en su casa con una terrible fiebre. Kudō se enteró de ésto por qué uno de los amigos del moreno que estudiaba con él se lo informó. El Omega tenía planeado al menos visitarlo. Dormirse con él para cuidarlo toda la noche. Un gesto lindo de pareja. Al fin tener algo de tiempo juntos.

Por andar pensando en ello, con su novela en su mano, accidentalmente chocó con alguien cuando iba caminando en la calle directo a una cafetería donde se vería con su amiga quién lo había citado para convivir un poco. Ya que han pasado varios meses desde que se vieron en persona e intercambiaron palabras por más de cinco minutos. También le había comentado qué quería presentarle a su novia formalmente, así como Shinichi hizo con Heiji hace dos años. Cabe aclarar, que la primera persona que supo de su relación fue su amiga Ran.

—Déjame ayudarte, disculpa.— habló la otra persona apenada recogiendo su libro.

Él tenía dos proyectos. Primero, terminar su tesis. Nada fuera de lo normal para un Universitario en su último año de carrera. Aunque todavía tenía mucho tiempo. El segundo nada más tenía ese fin de semana, y es el hacer un ensayo completo de una novela que le recomendó su prosefor de literatura. Es una de las materias que lleva en su carrera, aparte de Inglés, estadística, sociología, psicología general, etcétera. La novela se titula, La Paloma de Aristóteles. La cuál también captó su interés aunque no sepa absolutamente de que trata. No ha empezado a leerla. Todavía intentaba organizar su tiempo para poder leer.

—Fue mi culpa, no me fijé y gracias.— dijo el Omega haciendo una reverencia respetuoso.

—Ten.— dijo el contrario entregándole la novela. Shinichi supo por su olor que es un Alpha. Se le hubiese hecho extraño que un Alpha ocultará su aroma, ellos son más de presumir y alardear.
De cabellos oscuros despeinados. Posiblemente, igual un joven Universitario.
Kudō agradeció. Notó que el contrario tenía su móvil en mano. Quizás acababa de terminar una llamada o estaba apunto de hacerla hasta que chocaron. O eso pudo deducir.

El detective dispuesto a irse, siguió su rumbo. Solo faltaban unas cuántas cuadras para llegar a la cafetería. Pero sentía que alguien lo seguía. Y lo confirmó al entrar a la cafetería.

Es el mismo Alpha de hace rato que con el que chocó accidentalmente.

¿Coincidencia? No lo cree.

—¡Shinichi! ¡Aquí!— escuchó a su amiga Ran desde una mesa. El local no estaba lleno por lo que pudo notar.
En sus ventanas tenían un espacio donde habían mesetas con diferentes tipos de flores, lirios, jazmines, tulipanes rojos, claveles azules. Suponía que es para tener una mejor presentación en el local. También se podía notar ese aire o ambiente relajado acompañado de los gramos de café. Nada muy azucarado.