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Por suerte suya, no fue un accidente tan grave donde hubiese sangre o el coche se volteara como en las películas o series que pasan en la televisión. Seguía casi intacto, no salió volando gracias a que uso el cinturón de seguridad. Sin embargo se había dado un fuerte golpe contra el volante. Causando que aquella zona, su nariz comenzará a escurrir sangre. Pero a comparación de otros accidentes que ha tenido, no es nada que le preocupase.

De repente, un pensamiento fugaz paso por su cabeza. Imaginándose a Shinichi preocupado por él y curando le él mismo su no tan grave herida. Si hubiesen seguido siendo novios. Pero ya no es más la pareja de aquel lindo chico.

No evitó suspirar frustrado por el accidente y el hecho de que nada funcionó para volver a estar con su amado, pero a la vez se sentía aliviado de que siguiera con vida y el auto sólo salió afectado de la parte delantera debido al árbol con el que chocó, y empezará a salir humo de éste. Miró a los lados, es increíble que el conductor del tráiler con el que casi chocó no se detuviera a ver si estaba bien.

—Maldición. — salió del coche para ver qué tan grave es la situación, y mirar a los alrededores para saber dónde está. Solo podía distinguir árboles, oscuridad y a unos metros la carretera vacía donde de vez en cuando, pasaba alguna motocicleta. Sacó su móvil para llamar a quien lo socorra en estos casos. Después volvió a entrar a su coche.— ¿Pero que demonios fue eso? ¿Estoy alucinando ahora? Mierda, mierda.— soltó frustrado recordando aquella alucinación de hace unos minutos que prácticamente, lo hizo chocar.

El silencio sepulcral fue roto debido a una voz detrás de él.

—No alucinaste nada, Hattori. — dijo en tono serio y calmado. El mencionado vio al hombre en el retrovisor y de inmediato se volteó para confirmar lo que sus ojos veían.

—A LA MIERDA UN FANTASMA. — gritó por la apariencia y presencia del hombre en su coche. Para salir de su auto casi cayéndose al suelo y sin alejarse mucho, esperando que no estuviese en alguna clase de bosque embrujado. Volviendo a su creencia de la secundaria en que los seres paranormales son reales.

Comenzó a sudar frío, angustiado y con miedo ante aquel ente "disfrazado" de persona.

—Soy una persona de carne y hueso.— comentó mientras de igual manera salía del coche como si de una persona normal se tratara. Sólo que con elegancia.

El hombre misterioso debía tener más de veinte años sin duda, pero no pasaba ni se acercaba a los treinta. Vestía con un traje de gala color platinado, corbata roja con franjas negras y un calzado oscuro. Su piel tan blanca como la nieve. Y no hablar del color de sus ojos y cabello.

—¿¡Cómo sabes mi nombre y cómo llegaste hasta aquí!? ¿¡Quién eres!?. . .— soltó intentando guardar distancia y mirando a los lados para saber si aquella persona no venía solo. Podría ser un secuestro o asesinato. Y ante el silencio del extraño hombre, se le vino algo a la cabeza.— ¿Es por culpa de esa bruja pelirroja?— frunció el ceño, ya sin estar demasiado aterrado como hace unos segundos.

—No tengo nada que ver con ella. Sólo quice intervenir un poco. — contestó encogido de hombros, a la vez que sonreía con sutileza divertido.—Es triste cuando te arrebatan el amor de tu vida por una horrible injusticia. ¿No lo crees?— se fue acercando más al moreno, quien retrocedió hasta chocar contra el árbol. Teniendo al misterioso hombre a medio metro de él.

Aunque le parecía gracioso y tierno que ese hombre fuese más bajó que él. Por al menos unos siete o nueve centímetros.

—. . . Lárgate. — dijo amenazante, desconfiando totalmente de las intenciones de aquel adulto joven. Sospechó de que podría tener su edad.

"El Omega"- Kaishin [EDITADO2024]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora