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El Omega despertó con cierta pereza, acurrucandose más en aquel cuerpo grande que lo llena de calidez y protección. Además de un aroma encantador sin ser muy fuerte, un olor agradable por la mañana. Abrió sus ojos para encontrarse con la imagen del bello rostro de su Alpha durmiendo plácidamente mientras lo abrazaba. Shinichi no se resistió y se acercó lo suficiente para depositar un suave beso cerca de la comisura de sus labios.

De Inmediato, Kuroba reaccionó para abrazarlo más, apresando lo y acariciando sus cabellos. Hablando medio dormido, diciéndole lo suave que es. Mientras le seguían otros besos en los labios del contrario.

El día apenas empezaba, y Kudou nunca dejó de pensar seriamente sobre asistir al lugar en que lo citó Hattori.

—Lleva gas pimienta.— le aconsejó su novio que, aunque parecía broma estaba hablando muy enserio. También le comentó rechazar si se le ocurre llevarlo a un lugar privado. Es mejor que vayan a un lugar público. Como una biblioteca o un restaurante.

Shinichi asintió diciéndole que estaría bien. Aunque para seguridad de su novio, llevaría el gas pimienta. Ambos se alistaron para ir a la facultad.

Al salir de la universidad luego de un par de horas, Kudou miró la hora en su reloj de muñeca. No faltando mucho para su encuentro. Se sentía inquieto, y en su mente flotaban las preguntas que le haría al moreno de Osaka.

Debía ser profesional. Hattori le aclarará que es inocente (probablemente) y que alguien más le ha tirado falacias para arruinar su relación. Sólo eso, no debía tomarse demasiado personal ya que podría temer caer por sentimientos enterrados y confusos. No puede sentir algo más que amistad por Heiji, se repetía el Omega.

X

—¿Por qué siempre aparecemos en un Herbalife?— preguntó un tanto paranoico el azabache de mirada de reptil.— ¿Aristóteles está aquí?— preguntó con cierta pena por la próxima pareja o las víctimas del albino. Se interrumpió así mismo observando a su acompañante tomar su malteada de vainilla.— No, a él no le gustan los Omegaverse. — recordó.

—Exacto. Luego quiero hablar contigo sobre un tema importante relacionado con él.— comentó encogido de hombros, dando otro sorbo a su bebida.— Cambiando de tema, adoro estás malteadas. Una vez a la semana me gusta venir a uno de estos lugares donde las preparan.

—¿De eso querías hablar conmigo, Rumpelstinski? ¿De malteadas?

—Debido a que Aristóteles no le gusta visitar este mundo, y ni señales de la mariposa hay por aquí, necesito un buen villano en éste momento.— respondió con cierta emoción en sus ojos.

—¿La organización que mató al señor Kuroba? ¿Un hombre despechado? ¿Al moreno que lo engañaron?— mencionó mientras pedía su malteada de sabor chocolate a una de las personas que atienden en el local. — ¿Vas a matar a alguien?

—No lo sé aún. Pero para no aburrirte más con esto, pienso en un final,— fue interrumpido por el contrario.

—¿Un final trágico o donde los protagonistas no se queden juntos?— hizo una breve pausa arqueando una ceja.— Rumpelstinski, ¿No puedes hacer un final feliz y ya?

—Hacer demasiados finales felices es cliché, no aburrido pero, no me causa mucha emoción o adrenalina.— suspiró.

—Los finales felices igual causan emoción. En especial a los nuevos que no nos conocen.— sonrió con malicia.

"El Omega"- Kaishin [EDITADO2024]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora