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Domingo 25 de abril.

En los últimos seis días, Shinichi y Kaito andaban muy ocupados por lo que apenas podían hablar en las noches por vídeo llamada y mandarse mensajes que a veces se tardaban en responder, lo normal. Kudou tanto por la universidad ya que dentro de poco se graduará, y aparte de que le llegan más casos que resolver. Si bien, ya no le llueven literalmente como antes, siguen habiendo bastantitos que él con gusto resuelve apenas tenga tiempo libre. Pensando tontamente, que se debe por tener su amuleto de la suerte, ósea su Alpha, Kaito. Y por otro lado, Kuroba ha estado muy ocupado tanto por la universidad y especializándose como un mago, un sueño que ha tenido desde pequeño. Aunque también ha querido tener un pequeño hobbie en la cocina. Por lo que de igual manera, apenas se llamaban con frecuencia y en uno de estos seis días llegaron a reunirse en un café para convivir por horas, extrañando se. A pesar de que están en la misma institución, ésto no quiere decir que se vean a menudo como les gustaría que así fuese.

Realmente el mundo adulto o laboral, es bastante complicado. Casi te quedas sin tiempo, y eso que aún son universitarios pero ya son prácticamente jóvenes adultos. Hay veces que ni siquiera pueden dormir ni seis horas en la noche.

Incluso el sábado logró ser difícil para ellos, ya que debían estudiar bastante debido a que se acercan unos exámenes. Sin embargo, el domingo desde el medio día hasta temprano por la noche, al fin se dieron más tiempo, ellos dos. Y lo mejor de todo es que, Shinichi no se había vuelto a topar o tener problemas con Hattori. Parecía que todo iba realmente bien en sus vidas, y que los únicos problemas que podrían enfrentar serían laboral.

Sus amigas incluso quisieron saber cómo le fue —a pesar que espiaron todo el momento—, querían escuchar de las propias palabras del Omega que sintió tenerlo justo enfrente y hablarle al moreno. Él comentó que no negaba ser un poco difícil, recordar varias cosas que pasaron tanto siendo amigos, como compañeros en casos y por último, novios. También confesó que había dejado en claro las cosas, pero apenas regresó a casa se refugió en brazos de su Alpha por qué realmente se había sentido nervioso y tensó en la conversación con el moreno de Osaka. Aunque haya demostrado ser muy valiente.

Todo parecía haberlo ido bien en esos días, hasta ayer sábado. Que lo volvió a citar para una última despedida y paseo juntos. Cosa que apenas y no muy convencido aceptó, se lo iba a comentar a Kuroba y por eso aprovecho que se reúnen el domingo. Prefería decírselo en persona que por mensaje o llamada.

Residencia Kuroba.

—Kaito, el pastel te quedó excelente, delicioso. Y eso que no soy de comer cosas dulces.— halagó el azabache, debía admitir que su novio es el mejor cocinando lo que son postres. Como pasteles, flanes, o algún otro postre que se le viniese a la mente.

Lo que Kuroba preparó en resumen, fue un pastel de tres leches, pan de vainilla y con merengue como adorno, hecho con la manga pastelera. Encima y como un toque más colorido, unas fresas y frambuesas bañadas en una salsa especial y dulce.

Ambos vestían más casual, ropa ligera que dejaba expuesto casi bastante su piel. Normalmente el atuendo sería "una pijama" para dormir. Como ambos ya se tienen bastante confianza, no tienen problema en andar así en la casa del otro. En esta ocasión, en la de Kaito.

—Gracias Shin-chan. He pensando en especializarme como chef en repostería, pero esperaré quizás hasta el otro año. — comentó de la nada, tomando asiento a lado de Kudou e igual comiendo más del pastel. Pensando en que luego se haría un banana Split. Tenía tres botes de diferentes helados en el congelador, y se le ameritaba compartirlo.

—¿Chef?— dijo curioso el Omega. No sabía que Kaito le gustase mucho otra cosa que no sea la magia y el chocolate. Ah, y andar de pervertido, claro está.

"El Omega"- Kaishin [EDITADO2024]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora