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Con un pañuelo limpiaba su nariz que empezaba a escurrir debido al llanto de la noche. Recordarlo seguía doliendo le bastante y más por que sigue siendo algo reciente; sólo habían pasado otro par de días desde que su amiga Ran lo llamó para querer saber de él. Por más que debía superarlo y se propuso hacerlo, su cerebro trataba pero su corazón se lo ponía más complicado. Aunque quería resignarse no quitaba el hecho de extrañar y sentir algo por él aunque sea pequeño.

¿Por qué perdió el interés en él?

¿Qué hizo mal?

¿Qué? ¿Su comida no le gustaba?

¿La otra le parecía mucho mejor que él?

¿Es por qué es su amiga de la infancia?

¿O simplemente se aburrió de él?

Tres años es cansado, pero nunca imaginó que aquellos ojos verdes dejarían de mirarlo con amor y cariño para tener su atención en alguien más. Ya no era especial para ése Alpha moreno.

Por más tonto que suene, incluso en algún vago momento se imaginó su primera vez con él. Es más, esperaba que fuese así aunque tampoco quería apresurar las cosas. Quería que el momento fuese especial y llegase cuando tuviera que llegar.

—Debes olvidarlo...— pensó con pesar. Entonces Escuchó su ventana ser levemente golpeada.

Por un momento sintió un brinco en su pecho de un miedo leve. Después algo confuso y aún con sus ojos llorosos, nariz rojiza abrió las cortinas y por lo tanto la ventana observando que en el balcón estaba de nuevo aquel personaje enigmático y misterioso para muchos. Aunque para él ya no fuese así.

—¿Kid...? ¿Qué haces aquí?— cuestionó con curiosidad y confusión. Fácilmente supuso que su el más alto vestía y se presentaba en su balcón con su otra identidad es por qué iba o ya fue hacer uno de sus robos.

Es más, ahora que hacía algo de memoria, ha pasado tres días desde la última vez que vio a Kaito en la facultad, y como tampoco mostró mucho interés no quiso averiguar que había pasado con él.
Pero gracias a su amiga Ran, se enteró que el mago había salido de viaje. La Alpha de ojos índigos supo de aquella información debido a su novia Aoko, que por alguna desconocida razón quiso decírselo a ella, para que él se enterará lo cual le resultó extraño.

—Veo que sigues bastante mal.— suspiró con cierta tristeza, mientras se adentraba al cuarto del Detective sin problema alguno. Aunque Shinichi lo miró un poco mal por qué el ladrón entrase como Juan por su casa, aunque él tampoco lo detuvo.

—Son las once de la noche. Estaba por dormir. ¿La policía te sigue?

—No.

—¿Acaso estás enojado por qué no fui a tu atracó? Sabes bien que no estoy de humor.— le dijo con una mirada precavida. Cerrando la ventana y tomando asiento en su cama, mientras que KID se sentó en una silla cerca de su escritorio.

—Un poco.— dijo encogido de hombros para volver su ensamble más serio. —Pero también eres muy importante para mí por lo que quise contarte.

—¿Contarme que?

—La encontré.

—¿A quién?— arqueó su ceja aún más confundido, al menos hablar un poco con aquel ladrón lo distraía y por lo tanto no recordaba su dolor.

—A Pandora. — respondió con un tono misterioso. Mientras mostraba una joya.

X

Algo por lo que se le caracteriza mucho a Shinichi a parte de ser un total genio resolviendo todo tipo de misterios es su gran gusto por el café amargo o cargado.

"El Omega"- Kaishin [EDITADO2024]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora