18.- Víctima.

338 16 3
                                    

A pesar de haber pasado por un señalamiento que indicaba la llegada a mí ciudad, no reconocía nada, el clima era mucho más frío y el ambiente más oscuro.

La motocicleta comenzaba a sufrir el hecho de no tener a un conductor experimentado conduciendo por horas, mientras que mis piernas se sentían acalambradas y mis manos inmóviles.

Me encontraba alejado de los grandes edificios y las calles concurridas. No era muy tarde, pero aún así muchos establecimientos ya estaban cerrados, con graffitis en sus cortinas y algunas ventanas parchadas luego de haberse roto. Seguí avanzando hasta que encontré una tienda donde me detuve, pues necesitaba comer y estirar mis piernas para después buscar un lugar donde dormir.

Me bajé y entré a la tienda cubriendo mi pecho con mis brazos por el extraño frío aunque me resultó difícil por esos bultos que no podía ignorar. El lugar tenía muy poca mercancía, mientras que el dueño me miraba detrás de su mostrador con morbo y precaución, al tanto de cada uno de mis movimientos.

Finalmente tomé una botella de agua y un pan, pero en el mostrador nos dividía una reja que mantenía al dueño resguardado.

Salí, me subí a la moto y comencé a comer dicho pan recargado a un lado del establecimiento. Traté de hacerlo rápido para buscar un lugar donde dormir pero no estaba acostumbrado a ello por lo que casi me atraganto.

Tosí un par de veces perdiendo pista de mí alrededor, así que al recuperar la calma, me percaté de que había dos hombres conmigo, uno a cada lado, quienes me abrazaron fuerte con un solo brazo.

-Vaya vaya, ¿Qué tenemos aquí?.

-Una preciosidad, sin duda-respondió el otro joven.

-Si, algo así no se encuentra por aquí. ¿De dónde eres muñeca?.

-Yo eh... Es difícil de explicar, ¿Ustedes son de aquí?-pregunté.

-Asi es, preciosa, aunque más bien, diría que aquí es nuestro.

-¿En serio?, Entonces ustedes podrían ayudarme.

-Lo que necesites te lo conseguimos en corto, a buen precio, güerita. ¿Quieres la luna?, Te la bajamos.

-O si quieres te llevamos a ella con unos polvitos mágicos, de buena calidad. Tú pide mamasita.

-No... No me refiero a eso. Quiero otra cosa.

-Uy, la princesa nos salió exigente, carnal, ¿Cómo vez?.

-Nada de eso, muchachos. Necesito ir a la empresa CarDom Manuc.

-Eso está muy lejos, y más a estas horas.

-No puedo. Es el único lugar que conozco y...

-No me digas que estás pérdida-dijo uno, poniendo una cara extraña-, porque si es así, te llevaremos con nosotros. Debes tener frío y has de estar cansada, ¿No es así?, Además ya cerraron ese lugar.

-Asi es, mejor ven con nosotros y ya mañana vemos.

Algo en aquella propuesta no se sentía bien.

-Gracias, caballeros, pero prefiero no molestarlos-comenté al soltarme g subirme a la moto tan rápido como pude mientras ellos se reían.

-¿Oíste eso?, Nos llamó caballeros.

Anillos Del Tonalli: Vida Y Muerte(Finalizado).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora