8.- Cascarón.

651 26 2
                                    

Cuando Chelsea volvió, nos despedimos de Francisco y fuimos a la salida a esperar nuevamente la camioneta.

-¿Y ahora?- preguntó con una sonrisa y una ceja arqueada.

-¿Qué?-la miré confundido.

-Tienes una sonrisa extraña en tu rostro y la forma de tus ojos ha cambiado. Te ves con más confianza.

-Oh, no es nada. Alguien me dijo que no importa en qué situación estés o que es lo que tengas, lo que importa es porque haces las cosas. Así que no me preocupa la apariencia que tenga, siempre puedo cumplir con mis objetivos porque soy capaz de hacerlo.

-No entiendo, hablas muy raro, pero supongo que Francisco te dijo eso, así que está bien.

-No... En realidad fue mi yo del pasado. Panchito solo me ayudó a recordarlo.

-En otra situación te diría que estás demente, pero a estas alturas no me sorprende.

En ese momento la camioneta llegó y nos subimos para volver a casa.

Al llegar, Chelsea se dirigió al cuarto de su madre mientras que yo me fui a dormir. No era muy tarde, tal vez eran las siete, pero hace mucho que no me esfuerzo de esta manera, necesitaba descansar.

El día terminó y el siguiente fue muy tranquilo, no había nada que hacer. La niña se encargó de los deberes así que seguí descansando, aunque no podía dejar de pensar en que era lo que haría de esta nueva vida. Aunque sea capaz de hacer cualquier cosa, no significa que deba hacerlo.

Finalmente llegó el lunes.

El sol aún no salía, pero el sonido de la puerta me despertó, lo que era raro ya que por lo general me despierto naturalmente muy temprano.

Aún con sueño, fui a abrir la puerta para encontrarme con Chelsea del otro lado.

-Ve a bañarte, no tienes mucho tiempo.

-¿De qué hablas?, ¿Qué hora es?.

-Tienes que ir a la escuela, ¿Recuerdas?, Es parte del trato.

Odiaba recibir órdenes de una mujer pero no tenía muchas opciones ya que en el fondo, me hacía ilusión volver a la escuela y llenarme de conocimientos nuevos.

Cuando salí del baño, Chelsea me estaba esperando en la puerta del cuarto. Esperó a que me secara y pusiera un boxer similar al anterior.

-Tendrás que ponerte esto-dijo mostrándome un brassier al momento de entrar.

-Ni hablar-respondí cruzando los brazos.

-No es una pregunta.

-Dejame en paz, ¿No tienes que prepararte tu también para ir a la escuela?

-Yo entro una hora después de tí, tengo tiempo, ¿Sabes?.

-De cualquier forma, así estoy bien.

-No, no lo estás. Tu cuerpo ya no es el de antes, debes adaptarte a tus nuevas necesidades. No seas un viejo necio.

En el fondo sabía que tenía razón, pero no podía aceptarlo, así que cerré los ojos, bajé los hombros y suspiré.

-Obligame-dije fríamente con la miraba clavada en la suya.

-Ja... Estaba esperando que dijeras eso-me retó.

De un momento a otro, se lanzó sobre mí, sin darme tiempo a nada más de retroceder un paso. Sus movimientos fueron rápidos, cuando pude darme cuenta de la situación, mi cara estaba contra el suelo siendo empujada por su pie mientras que mí brazo estaba a merced del suyo.

Anillos Del Tonalli: Vida Y Muerte(Finalizado).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora