Desperté sin saber en donde me encontraba. Al parecer era una auto porque estaba en movimiento. Comenzé a recordar todo lo ocurrido incluyendo a Fernando... Guau que habré hecho para terminar con él, sea lo que sea no me arrepiento de nada.
–Porfin te despertas, che. Me quedé como media hora hablando solo. – dijo con aquella sonrisa con la cual cualquiera se enamoraría. Me reí al escuchar sus palabras, desearía haber estado despierta para poder hablado un rato con el, pero el sueño me superó.
– Perdón, esque estoy muerta. ¿Ya llegamos? – Me refregué los ojos para despertarme mas, necesitaba que alguien me arrojara un balde de agua helada, asi como el Ice Buckett Challenge.
– Nos falta un rato pero ya llegamos a Rio de Janeiro ¿Ves las playas? Algún día que no tenga entrenamiento podemos venir a pasar el día, no te parece? – Obvio Fer te quiero ver sin remera, bue tranqui ___ bajale a las hormonas.
– Me parece bien. Hace una semana estoy aca y no fui a ninguna playa. – Le dediqué una sonrisa y me la devolvió enseguida, me mata cuando hace eso. – Cada vez falta menos para que empieze el mundial, la verdad va a ser un mes lleno de musica y de felicidad – Cada vez que hablaba de fútbol se me iluminaban los ojos y parecia una imbécil. Gago me miraba atentamente como si nunca hubiese visto a alguien con tanta ilusión y emoción al hablar de fútbol. – ¿Pasa algo? –
– No no, me quede tildado, así que te gusta el fútbol. Este año vas a vivirlo bien cerca. La verdad que la Copa del Mundo siempre nos trae alegría a todos. – Dijo sin sacar la vista de la carretera.
– Si... ¡Mirá a la gente! – Señalé a un grupo de brasileros que bailaban y tocaban el bombo con su típica alegría. –Igual la pasión de los argentinos con el fútbol es inigualable. – Dije con indiferencia. Fernando se rió lo que me causo algo extraño pero que de alguna manera quería sentir más. Como una droga.
Seguimos hablando sobre fútbol y otras estupideces típicas de recien conocidos que no saben de que hablar hasta que llegamos al lujoso hotel. Esto era más de lo que habría querido para pasar unas vacaciones en Brasil.
Todos se preguntarán como habré llegado hasta aca si no tengo ni un centavo, bueno todo se consigue con años y años de trabajo. Diego, mi ex-novio y yo salimos por casi un año, que se cumplía en agosto. Siempre fue el novio que cualquier chica podría desear... éste fue el típico caso de "No eres tu soy yo". Yo era (y lo sigo siendo) una total apasionada del fútbol. Diego jugaba rugby, lo que a él le fastidiaba un poco pero seguíamos adelante a pesar de la diferencia. Desde los 18 años mi sueño fue ver un mundial en su país, Diego logró lo que yo nunca pude haber logrado sola: venir a Brasil. Yo trabajaba como vendedora en un Starbucks a la vuelta de mi departamento y por las noches atendía en una gasolinera, Diego sólo trabajaba como barman los fines de semana en uno de los boliches más caros, por lo cual pagaba bien. Además venía de una familia con bastante plata y los tradicionales padres perfectos que apoyaban a su hijo en todo. Así fueron nuestros 10 meses y medio juntos. La razón por la que cortamos fue simple y dolorosa: él me engañaba.
Con nada mas y nada menos que con Courtney la rubia californiana que trabajaba con Diego en la disco, no podía negar que era fea y envidiaba sus curvas, pero me sacó lo que más amaba, mi novio. Aunque quiera nunca podre odiarlo, ya que cumplió con algo que siempre había deseado y yo como la mina orgullosa que soy lo dejé solo con todas mis cosas y mi dinero, que no pienso recuperar ya que nunca volveré.
Volví a la realidad y ví que Fernando ya había bajado del auto y me apresuré a seguirlo. Me daba verguenza entrar de esa manera.Debería haberme traído otro conjunto de ropa seca, pero lo que menos esperaba era terminar alojándome en un hotel cinco estrellas con un jugador de la selección.
Al entrar al lobby muchas personas, notablemente millonarias o con mucha plata se encontraban sentadas hablando o tomando una que otra copa de vino. Reconocí a algunas figuras de la televisión como a las hermanas Xipolitakis entre otras.
Fernando me miro y me dirigió hacia un ascensor de cristal que a medida que se alejaba de la planta baja se lograba ver el hotel desde las alturas, hermoso. Junto a nosotros entró una pareja de brasileros que comenzaron a hablar sobre algo en su inentendible idioma, por lo menos para mí. Se bajaron en el tercer piso lo que me hizo suspirar de alivio. Rodé los ojos y observé a Gago que se reía de mi reacción. Otra vez aquella sensación que me drogaba.
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Eres mi razón de ser feliz || Fernando Gago
Romance2014, que gran año ¿Verdad? Millones de personas, 32 países, 24 jugadores, 12 estadios, 4 semanas, 2 amores, 1 Copa del Mundo. ___ Westminster de 22 años viaja a ver lo que mas le gusta, el fútbol. Brasil... el país de la alegría lo llaman algunos...