Para a garota mais bonita de Rio

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Nos separamos uno del otro con las respiraciones agitadas. Él me acaricio la mejilla suavemente buscando mi mirada, pero decidí encararlo.

-No... basta.-musité evitando su mirada.

-¿Qué pasa? ¿Está todo bien?

-N-no, Fer, no lo está.-él me observaba totalmente confundido esperando un explicación de mi parte.

-Contame, sabes que me podes decir lo que quieras.-suspiré. Era hora de aclarar las cosas.

-Lo que estamos haciendo no esta bien. Vos y yo lo sabemos muy bien, pero seguimos haciéndolo.-lo miré a los ojos pero su mirada estaba perdida en algún lugar del suelo. Fernando sabía que yo tenía razon.- Necesito saber que es esto, si soy algo para vos. No quiero salir lastimada...otra vez.

-No, no. Tenés mucha razon, pero yo tampoco se que es esto, pero me siento bien así.

Yo tampoco iba a negar que me disgustaba la situación con Gago, pero de alguna forma me incomodaba y tenía la sensación de que podría desepcionarme.

-Mejor sigamos con la conversación en el hotel, nos vemos Fer.

Pero antes de que me diera vuelta agarró mi cintura levemente y me beso en un rápido movimiento. Lo miré confundida, un poco enojada y sin mirarlo me fui de ese lugar.

Caminé a traves de los miles de argentinos en el Maracaná, pensando en como había llegado a esta situación. En un pasado estaría gritando y cantando junto a todos los hinchas festejando el triunfo de su Selección, pero esto no me lo permitía.

Al salir del estadio me dispuse a encontrar un taxi que me llevara al hotel, pero iba a ser prácticamente imposible. Encontre un colectivo que se dirigía a la zona del hotel y me subí junto a varios hinchas. Tomé asiento y miré por la ventana mientras el colectivo arrancaba. Banderas de todas nacionalidades, personas con la cara pintada del color de sus paises. Todos se veían felices, yo debería estarlo. Pero por alguna razón no me sentía así y sabía exactamente lo que era, solo que no quería aceptarlo. Fernando me volvía loca, si. Pero me negaba a amarlo, solamente no podía.

Me bajé del colectivo unas cuadras antes para caminar, y disfrutar de la hermosa tierra brasileña en la que me encontraba.

Entré al hotel con un aire de diva, así era como debía sentirme ya que estaba entrando a uno de los hoteles mas caros y lujosos del mundo.

Decidí ir a la playa para despejarme un rato en lo que Fernando volvía, tal vez eso era lo que me hacía falta; un tiempo a solas.

Me puse una bikini de las que había comprado y salí por la puerta trasera del hotel que dirigía a la playa.

Las costas de Brasil eran la octava maravilla del mundo. Me acosté en una reposera y cerré los ojos. Por un momento deseé plasmarme en ese instante por el resto de mi vida.

Sólo el mar y yo.

Después de un rato reflexionando caminé hacia la barra que había en la playa perteneciente a uno de los cuantos lujos del hotel.

-O que faz um linda senhorita tão sozinho na costa do Brasil?-yo no hablaba portugués pero pude distiguir algunas palabras de lo que había pronunciado el bartender y me sonrojé.

-Perdonáme, no hablo portugés.-respondí todavía sonrojada con una sonrisa en la cara.

-Mas algo me diz que voçe entendeu o que eu disse.-esta vez entendí claramente lo que me había dicho.
Era morocho y muy, muy lindo; tenía la sonrisa mas grande que había visto en mi vida.-O que posso servi-lo?

-¿Qué me recomendás?-¿acaso yo le estaba coqueteando?

-Para a garota mais bonita de Rio um Grapefruit Squash.-dijo al mismo tiempo que me mostraba un pomelo, lo que supuse de lo que la bebida estaría hecha.

Le sonreí y lo contemplé por su belleza. Era el brasilero más lindo con el que me había cruzado.

Cuando termino la bebida me la tendió sobre la barra para que yo la probara. De verdad era riquísima, el sabor frutal se extendía por todo mi paladar refrescando mi garganta sedienta.

-É uma delícia.-musité esas palabras en portugués obteniendo como recompensa su iluminada sonrisa.

-Que bom que voçe gostou.
Miré el reloj de mi celular y ya habían pasado dos horas de que estaba acá era hora de que volviera a la habitación para que Fernando no se preocupara.

-Me tengo que ir...Ayrton-dije su nombre que estaba grabado en la pequeña placa en su camisa.

-Qual o seu nome?

-Me llamo _____.

-Foi um prazer conhecer, _____.

-Igual el mío, muito obrigado.

Me levanté de la banqueta y volví a mi hospedaje en busca de el hombre del que pertenecía mi corazón.

[Foto Multimedia: _____ y Ayrton en el bar de la playa]

Gracias a todas las que siguen apoyando esta novela, NUNCA la voy a dejar y perdón si tardo mucho en subirrr. Comenten y voten porfavorrr y diganme como les parece la historia.
Y para las que leían mi novela "Manual de lo Prohibido", Wattpad me la borró (no sé porque) pero ya la volví a subir.
Las amo por siempre.
xx Ali.

Eres mi razón de ser feliz || Fernando GagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora