El primer rayo de sol entraba por entre las cortinas de la lujosa habitación. Como si lo que había pasado la noche anterior fuese solamente un sueño, Fernando no se encontraba a mi lado. Sus brazos no rodeaban mi cuerpo como me hubiese gustado que fuera.
Mi iPhone estaba encendido como señal de que tenía un mensaje pendiente por revisar. Observé por unos minutos mi fondo de pantalla, en que me encontraba yo sonriendo felizmente en el Cristo Redentor, foto la cual había sido sacada por mi ex-novio al llegar a Brasil.
Resoplé y dije a mis adentros que sacaría esa foto en el momento que encontrara otra que llamara mi atención. Abrí mis mensajes emitentes de Fernando Gago, el jugador argentino que me había refugiado unos dias atrás, el mismo con el que había tenido una interesante situación el día de ayer.
"Último entrenamiento para el gran debút. Hablamos más tarde, nos vemos ;)"No sé porque, pero el hecho de que se preocupara en que yo sepa dónde está en este mismo instante me aliviaba y me confortaba al mismo tiempo, como si estubiera protegida con solo leer unas pocas palabras provenientes de él. Por otra parte podía sentir su emoción por el partido de mañana, no sólo porque fuera de su importancia sino porque un país entero estaba especulando aquel evento. Y el gran día cada vez se acercaba más...
Fernando.
Era el conjunto de emociones que sentía en aquel instante. Todo revolucionaba mi mente, desde ella hasta el partido de mañana. No podía explicar aquellas sensaciones que me había provocado ella la noche pasada, pareciera que eso no había sido suficiente quería aprender más, quería explorar aquel mundo de sensaciones hasta el fondo.
–Eu, Fer ¿En qué pensás? –me preguntó curioso Higuaín.
–¿Eh?... ¿Me dijiste algo? –Gonzalo se rió por lo colgado que estaba. –Perdón, son los nervios.
–Si, a todos nos pasa... Pero a mi me parece que lo que te preocupa es otra cosa. – lo miré haciendome el boludo.– Mira, Fer te conozco bastante, se que andas en algo con ____.
–Es problema mío si me pasa algo con ella.
–Me podés contar, eh. –era re insistente Gonzalo, cuando queria saber algo insistía hasta que lo conseguía.
–Tuvimos una situación...ayer– Higuaín sonreía.
–Parece muy importante, para ser sólo una "situación". –lo miré con cara de orto, me estaba boludeando.
–Sos un tarado, ayer no me resistí y me la chapé así de la nada, ella no se resistió ni me dijo nada y bueno...
–¿Cogieron? –me interrumpió.
–No, boludo. No es el tipo de mina para una noche. Ella es diferente.
–Me dí cuenta, pero pensé que vos la ibas a tener para un rato y cuando le rompieras el corazón yo iba a estar ahí para resguardarla, tuviste suerte. – ¿A Gonzalo realmente le gustaba ____? Todo aquello me lo había dicho en un tono serio.
–Encerio te gusta ____. –él solo se resigno a mantener silencio y asentir con la mirada baja. –Te juro no tenía idea.
–¿Sabés qué, Fer? Olvidate no necesito distracciones ahora y vos menos, va a ser mejor que nos olvidemos de ella por un tiempo. Vos hacé lo que quieras no te puedo obligar, pero no quiero que nos peleemos por una mina. –dijo esto y se fué. Me quedé pensando, talvez tenía razon, ella era una distracción. Pero no la sentía asi, todo lo contrario, sentía como si fuera un alivio para mí.
Narra ____
Bajé al lobby a tomar algo. Me senté en una mesa y pedí un licuado de frutas de estación bien frío porque hacía un calor impresionante.
Cuando se fué el mozo sentí a alguien a mis espaldas, sonreí al pensar de quién se podría tratar, pero me tomé una sorpresa al verlo a él tratando de sonreírme, lo que no lograba. No iba a poder librarme de él tan fácilmente.
–Diego, ¿Qué hacés acá? –dije con un poco de desepción en mi voz ¿Cómo me había encontrado?
–¿Me puedo sentar? –asentí levemente. –Perdón por no avisar, pero tenemos que hablar, todavía necesito aclarar todo lo que pasó.
–Diego, no necesito que aclares nada. Todo me quedo absolútamente claro.
–Vos sabés que estoy muy arrepentido, ¿No? –me mantuve en silencio y me resistí a mirarlo directamente a los ojos, sabia que si lo hacía caería a sus pies, otra vez. –Yo te sigo queriendo, ____. –acariciaba mi mano suavemente. –Vine a decirte si querías tus cosas devuelta. Y de paso te traje una tarjeta, no quiero que andes dependiendo de la plata otra persona.
–Con esta tarjeta voy a depender de vos.
–Te lo debo. –él busco mis ojos y me volvía encontrar con esos preciosos ojos azules. –¿Cuando pasas por mi departamento a buscar tus cosas?
–Te voy a llamar, ¿Si? Lo único que quiero pedirte es que te dejes de preocupar por mí. Voy a estar bien.
–Estás con alguien... Perdón si te sentís acosada. Es que no me puedo dejar de sentir culpable por lo que hice.
En la entrada del hotel logro divisar a Alejandro Sabella y al preparador físico de la Selección Argentina. Ya habían llegado.
–Emm, Diego, me tengo que ir sabés. Después te llamo y arreglamos.
–____, ¿Cómo estás? –Fernando nos interrumpió, me sentí un toque culpable.
–Fer, ya llegaste. Diego vino a decirme unas cosas, si querés subí, yo ya voy a la habitación.
–Si, yo ya me iba. Chau, ____. –me dió un beso en la mejilla y se fue. Al darme vuelta Fernando ya de había alejado, dirijiéndose al ascensor.
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Eres mi razón de ser feliz || Fernando Gago
Romance2014, que gran año ¿Verdad? Millones de personas, 32 países, 24 jugadores, 12 estadios, 4 semanas, 2 amores, 1 Copa del Mundo. ___ Westminster de 22 años viaja a ver lo que mas le gusta, el fútbol. Brasil... el país de la alegría lo llaman algunos...