Te recuerdo.

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   Estabamos volviendo y yo estaba súper pensativa, no me sacaba de la cabeza lo que me había dicho Gonzalo. Saqué mi celular y chequeé mis últimos mensajes. Diego me necesitaba y yo lo necesitaba a él. Por lo mucho que me guste Fernando, Diego había dejado una marca en mí. Una marca que tardaría mucho en borrarse. Lo extrañaba muchísimo, recordé aquellos hermosos momentos juntos.

–¿Te sirvo algo? –levanté la vista y me encontré con unos hermosos ojos azules que me miraban fijamente.

–No gracias, estoy cansada –él desconocido apoyaba las manos desde el otro lado de la barra al frente mio, era muy lindo, casi perfecto.

–Bueno, entonces ¿Te puedo ayudar?– ¿Porqué alguien que podría estar ligando con una sexy rubia curvas perfectas de las que estaban sentadas en mis costados, está preocupándose por mi?

–No creo que puedas hacer nada, estoy muerta. Necesito descansar pero mi queridísima amiga esta muy ocupada haciendo que se yo qué con un chico.

–Tomá, invita la casa. –me dejó una bebida arriba de la barra y lo mire extrañado.

–Gracias, pero no tomo alcohol.

–No tiene alcohol. –me sonrió y se fué. No sé que pretendía pero quería saber más. Me levanté y me llevé el vaso con la bebida desconocida y al segundo escuché que alguién me llamó.

–¡Eu! Emm...

–____. –era él.

–____ te olvidás el celular. –lo agarré, le agradecí y me fuí.

  Cuando salí vi que tenía un mensaje. Lo abrí y me di cuenta de que él se había mandado un mensaje desde mi celular.

"Me llamo Diego ;)"

  Me cayó una lágrima al recordar aquello y miré por la ventana para disimular, faltaba poco para llegar al hotel. Faltaba poco para encarar a Gisela y a Fernado, otra vez.

El Pipa se dió cuenta que estaba mal y me tomó la mano mientras que con la otra manejaba, me dió una sonrisa comprensiva y volvió la mirada a la carretera.

  Llegamos al hotel y los chicos me acompañaron a la habitación y a partir de ahí decidí seguir sola.

Entré y lo ví en el balcón, por suerte no la ví a Gisela, dí un suspiro. Salí al balcon que tenía una hermosa vista al mar.

–Buenas tardes, señor. –me hize la seria y giro y me sonrió.

–¿Cómo la pasaste? Pensé que no ibas a volver más.

–Pensaste mal, aca estoy – nos reimos los dos, se notaba una leve incomodidad entre ambos. No sabía si preguntarle por Gisela. –¿Y..y Gisela?

–Se fué. –¿La echó? –Se fué con Mateo, decidimos que era mejor dejarme tranquilo con mi espacio durante este tiempo. –Estaba un poco serio. Realmente no sabía como responder a eso.

–¿Está todo bien entre ustedes?

–Si....Bueno nosé viste, Gisela me exige mucho. Quiere que esté con Mateo siempre, quiere que sea un buen padre... Pero ella sabe que no es posible, mi trabajo no me lo permite. Rechazé muchas ofertas en el exterior por ellos. Siento que ella no me apoya en lo que me gusta a mí.

–Fer, no creo que lo haga por mal. Digo, seguramente quiere que Mateo tenga una buena crianza y eso... –se quedó mirándome fijamente.

–No puedo creer que no tengas hijos. Hablás como la típica madre.

  Ambos nos reímos y hablamos un rato más. Habíamos establecido una muy buena relación y además nos teníamos mucha confianza.

–Bueno...¿Vamos?

–¿A dónde? –no sabía a que se refería

–A ver la inaguración del mundial, todos los jugadores tenemos entradas gratis a cualquier evento que esté relacionado al mundial, supuse que te gustaría ir. –Ayyyyy es mas lindo este flaco.

–Bueno, ya estoy preparada ¿Los chicos vienen? –se me notaba a simple vista que me re había subido el ánimo, tenía una sonrisa gigante.

–No tengo idea, pero igual podemos estar un momento solos ¿No?

–Como digas, Fernando. –le sonreí y salimos del balcón. –¿Vos sabés que te debo muchisimo, no?

–Nunca me vas a deber nada, ____. Haría cualquiera cosa por verte feliz, lo sabés. –no sé que trataba de hacer conmigo, sea lo que sea me tenía a sus pies. Le sonreí y giró para salir de la habitación y lo seguí.

Me esperaba una hermosa inaguración y un entretenido partido.

Eres mi razón de ser feliz || Fernando GagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora