Encuentros Inesperados.

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–¿____?¿____ Westminster?¿Sos vos? –dejé de prestarle atención a mi celular y me giré a ver de dónde provenía esa voz, esa voz tan familiar para mi...

  Al ver mi rostro una sonrisa enorme se formo en su cara, en cambio, yo quería correr. Seguro estaba pálida ¿Por qué tenían que pasarme estas cosas a mi? Justo en el momento que volvía a estar feliz. Lo reconocí en el segundo que mis ojos se encontraron con los suyos, esos ojos azules profundos como el mar que me habían enamorado una y otra vez en aquellos tiempos, que estaba decidida a que nunca mas iba a suceder.

  Quería hacer algo, gritar nosé pero de esta situación no tenía salida, tal vez lo mejor sería arreglar las cosas como personas grandes, como lo que somos y dejar de portarnos como adolescentes.

–Soy yo. –respondí totalmente neutra con un poco de dolor en mi voz.

–¿Estas bien? Me recorrí la vida para encontrarte ¿Por qué me dejaste así? –él estaba a dos centímetros de mí y agarraba mi cara con sus dos manos. Él realmente quería recuperarme, pero me prometí a mi misma dejarlo atrás. No sabía como decirle que no quería hablar con él, que me dejara ir.

–Diego, yo... estoy bien. No tenés porque seguir preocupandote por mí. Sé que todavía me amás y me querés devuelta, y yo tampoco puedo negar que también te sigo amando, pero creo que tenemos que dejar las cosas así por un tiempo. Realmente me lastimaste. –él tenía los ojos llorosos y me abrazaba con todas sus fuerzas, podía sentirlo. Me partía el alma tener que dejarlo de esta manera.

–____, vos sabes que nunca voy a dejar de amarte. Sos y vas a seguir siendo una persona importantísima para mi. Yo quería estar para vos en este momento, quería poder tenerte en mis brazos y escucharte, no quiero que te quedes sola. –le sonreí con lágrimas en los ojos.

–No te preocupes, no lo estoy. –no sé porque le dije aquello, pero enseguida vino la imagen de Fernando a mi cabeza.

–Te amo, lo único que quiero antes de que te vallas es que me perdones, por todo. –asentí y le acaricié el hombro, el también había sido importante para mí.

  Él me agarró de la barbilla e hizo que lo mirara a los ojos. Pegó sus labios a los mios uniéndolos en un beso, nuestro último beso. Voy a extrañarlos.

  Cuando me separé de él vi a sus espaldas a Fernando, que tenía una sierta mirada de dolor y ¿Descepción? en su rostro e inmediatamente me alejé más de Diego. Le acaricié el brazo y le sonreí tristemente, me di la vuelta para ir hacia Fernando pero senti que me agarró el brazo y me volteé.

–Gracias,____.

–No hay por qué. –le dí una ultima sonrisa comprensiva y me dirigí hacia Gago que seguía en el mismo lugar.

–¿Vamos? Ya está por empezar el segundo tiempo. –le dije, evitando la escena anterior, él sólo asintió. No se veía bien, estaba muy callado. No emitió una sola palabra en el camino a nuestros asientos.

  Antes de sentarnos, compré una gaseosa para los dos. Me senté y le dí una botella de CocaCola a Fernando que estaba muy pensativo.

–Gracias. –pronunció la primera palabra desde que me vió con Diego.

–Fer, ¿Qué te pasa? Estas en otra. Si te sentís mal o algo vamos al hotel,eh. –me miró a los ojos y negó con la cabeza.

–¿Era tu novio? –me sorprendió con la pregunta ¿Era por eso que estaba así?

–No, no. Bueno seguro que es lo primero que pensaste cuando nos viste...Era mi ex.

–Y, ¿Volvieron a estar juntos?

–No, en realidad lo dejé definitivamente. Ya era hora de que nos demos un tiempo.

–¿Lo seguís queriendo? –¿A qué se debían todas estas preguntas? Me está matando.

–Bueno, no, me lastimó...mucho. –prestaba atención a cada palabra que yo le decía. No tengo palabras para describir la manera en la que me miraba, era tan lindo.

–Esta bien si no me querés decir, pero ¿Qué te hizo? –yo sabía que en algún momento debería contarle todo esto.

–Me cagó con otra, así de fácil. –me reí tratando de sacarle ese aire incómodo a la situación.

–Me encantas...eh, me encanta la forma en que te tomás las cosas bien. –¿Había dicho que yo le encantaba? Nah, se confundió.

–Bueno, trato de dejar de lado las peores situaciones, aunque me duelan mucho. –observé como entraban los jugadores otra vez a la cancha. –Mirá ahí entran los jugadores, debe estar por empezar.

  El partido seguía su rumbo. Ambos equipos buscaban el desempate, pero parece que la suerte estuvo del lado de Brasil, injustamente. El árbitro cobra una falta, inexistente, contra Fred en el interior del área croata. Penal para Brasil. Neymar se encarga y patea la pelota al interior del arco y logra convertir por segunda vez en el partido.

  Fernando estaba re caliente por el penal-no-existente de Brasil, asi que se paró y empezó a putear, al igual que Lionel que seguía sentado junto a nosotros. Me cagué de risa porque los brasileros que estaban ahi los miraban con cara de orto.

  El partido llegaba a su fin con los 90 minutos cumplidos, y en tiempo suplementario, Brasil vuelve a meter la pelota en el área y Oscar mete el tercer gol a favor de Brasil en el partido. Victoria de Brasil por 3-1.

–Uh, que bronca ese penal. Re pelotudo el árbitro.

–Ese chino de mierda no debe ver una chota, ni lo tocó el boludo ese. –se iban quejando el 10 y el 5.

Ibamos caminando re tranquis hasta que escuchamos un grito.

–¡Lioooooooo! Aca estabas boludo, me re colgué mirando cositas por ahí. No sabés a quién me encontré. ¿Cómo se llama éste que juega con vos? El español ese que esta con la que canta. Ehh, eh. Bueno no importa, me dijo que te manda una besito. –apareció el Pocho, que ya lo dábamos por muerto.

–Piqué, boludo

–Bue, que se yo. –Fer y yo nos cagabamos de la risa.

–¿Y ustedes dos tortolitos?

–Cortála, Pocho ¿Dónde estabas vos?

–Ah ni idea, me senté por ahí y miré el partido. Mirá me saqué una selfie con Neymar cuando lo sacaron.

  Nos volvíamos todos al hotel, riéndonos por las pelotudeces que decía el Pocho o mientras ellos discutías cosas del partido.

  Yo me quedé pensando en el entretiempo. Nunca imaginé que podría encontrar a Diego en un partido, que boba que fuí. Era obvio que en algún momento iba a cruzarmelo, él tenía entradas para todos los partidos que quisiera ir. El reencuentro con el no había sido tan grave como me lo imaginaba, agradecí por que él sea así de comprensivo y bueno.

  Cuando llegamos al hotel, estacionamos en la puerta. Fernando bajó primero y me ayudó a mi, pero desgraciadamente soy tan estúpida que no ví el cordón y me tropezé. Sin querer también lo empujé a él y me caí ensima. Nuestros rostros se encontraban a pocos centímetros de distancia, nuestras respiraciones se juntaban y el me sonreía con aquellos perfectos dientes.

HOLAAAAAAA!!! BUEENO PERDON POR NO HABER ACTUALIZADO MUY SEGUIDO. ESTA SEMANA TENGO EXAMENES Y ESTOY MEDIO AJUSTADA PERO VOY A SEGUIR SUBIENDO. BIENVENIDAS NUEVAS LECTORAS!!!
LAS QUIERO INFINIDADES, VOTEN Y COMENTEN QUE ME ENCANTA Y ME MOTIVA A ESCRIBIR.
BESI, ALI X

Eres mi razón de ser feliz || Fernando GagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora