Parte 9

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Kim Taehyung

La sensación de sofoco, trajo a Tae del sueño, intento moverse, pero su cuerpo estaba aprisionado. Se sentía ahogado, asfixiado. Abrió los ojos asustado y todo estaba en penumbras, la luz del amanecer apenas entraba por la ventana. Miro a su lado y un cuerpo caliente, se extendía sobre el suyo. Los recuerdos de la noche anterior regresaban.

Una hermosa cabellera castaña giro ante su movimiento, los pequeños ojos se asomaron detrás de una bella sonrisa.

- Cariño, estas intentando matarme, no puedo respirar.-

- Oh, lo siento- dijo el bello hombre apartándose de él.

- Gracias cielo.- sonrió Taehyung

Atravesó la habitación desnudo hacia el baño, su cuerpo bien proporcionado y esculpido por una bella natural que pocos tenían la dicha de poseer. Abrió la ducha y se metió debajo.

Despertar acompañado ya era costumbre, pero por alguna razón se sentía vacío el día después y con los años parecía sentirlo más. La locura de la noche anterior, se repetía una y otra vez. Ir a beber a algún bar de mala muerte, visualizar alguna cara bonita y enredarse en la cama hasta altas horas de la noche. Mentiría si dijera que el recordaba su nombre.

Se envolvió en la toalla y se dirijo al cambiador. Elijo entre la inmensa colección de trajes exhibidos, siempre le habían gustado los diseños llamativos y exclusivos.

Eligió los zapatos del mueble y de la mesa de joyería uno de los Rolex de colección.

Cuando estaba listo para salir, se dirigió una vez más hacia la cama.

- Alguno de los chicos te llevara a casa. Desayuna si te apetece. Me ha gustado mucho lo de anoche. Nos vemos dulzura.

- Espera, espera ¿no me darás tu numero?- le dijo incorporándose un poco, el joven y bello hombre que apenas conocía.

Giro sobre sus talones y salió de la habitación.

- Nunca suelo repetir el menú.- dijo sin mirarlo.-Rick, despacha el paquete por mi corazón, debo estar en la oficina en veinte.- le dijo a uno de los chicos de seguridad que religiosamente estaban a su disposición.

- Si Sr. Kim.- respondió el hombre de traje negro sin fijar demasiado su vista en su imponente jefe.

Tomo el ascensor que lo llevaba a la plata baja para salir del edificio, saludo al portero con un gesto de la mano. La situación se repetía, día a día. Cuando llego al portal que daba a la salida, el coche ya estaba esperando por él.

- Buenos días Sr. Kim.

- Buenos días- respondió con una sonrisa. La típica cara de felicidad que solía poner todos los días. La máscara que había forjado con alevosía estos últimos años.

Subió al auto que lo llevaría a la clínica de rehabilitación. Miro el celular, debería llamar a Jimin. Aparto la idea de su mente, debía dejar de hacer las mismas tonterías cada mañana, como si escucharlo del otro lado aliviara el vacío que sentía. Jimin era uno de los mejores empleados que podía tener la empresa. Jimin era dedicado, y un gran devoto de la firma. Su padre lo amaba, muchas veces sentía celos de él, pero era tonto hacerlo, Jimin no tenía la culpa de que el no fuera suficiente para colmar las expectativas de su padre. Jimin era muy agradable y apuesto, Jimin era buena persona.

Hacía ya un buen tiempo que se había dado cuenta que estaba enamorado de él, pero así como todo lo que amaba, estaba lejos de poder alcanzarlo. Si bien siempre había pensado que el chico era gay nunca tuvo pruebas de ello y esa última vez, el coqueteo con la camarera, podría confirmar que no lo era. La verdad era que nunca había insinuado nada que pudiera hacerlo saber de sus intenciones, aunque solía invitarlo a salir, Jimin se mantenía a una distancia bastante profesional. No podría esperar menos de él.

MAS ALLA DEL TIEMPO (KOOKMIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora