MAS ALLA DEL TIEMPO (KOOKMIN)

Parte 17

¿Esto es un sueño?

Te ves hermoso- decía Yoon Gi mientras miraba a Jimin desde el espejo.

Jimin llevaba un pantalón elastizado blanco y una túnica del mismo color, bordada con detalles en dorado y pequeñas piedras que brillaban delicadamente, su máscara era blanca y dorada, con piedras brillantes y lentejuelas a tono.

¿Es un poco transparente, no crees?- se quejo Jimin mientras veía su torso por uno de los costados donde el brillo dejaba iluminar su piel.

Estas sumamente caliente - respondió Yoon Gi mientras se acercaba por detrás- podríamos esperar para bajar.

Tú también te ves bien- dijo Jimin dándose la vuelta para recibirlo.

Yoon Gi llevaba un pantalón blanco de lino con una camisa a juego, su máscara era color azul y tenía algunas pequeñas plumas decorando la cúspide.

Se dieron un casto beso y bajaron tomados de las manos a lo que ya para esas horas era un tumulto de gente charlando y música sonando en algún lugar.

Salieron al patio donde Taehyung habría improvisado una terraza de madera y se encontraron con que una banda estaba tocando música contemporánea.

Jimin y Yoon Gi se sonrieron y fueron por bebidas. Debían disfrutar la noche, después de todo, no tenían motivos para no hacerlo, pensó Jimin mientras bebía su copa de liquido burbujeante de un solo sorbo.

Había pasado por lo menos una hora antes de que se anunciara que Taehyung estaría bajando con su acompañante por las escaleras del salón, asi que los invitados debíamos ir hacia el lugar.

Jimin y Yoon Gi bromearon sobre la situación estrafalaria de Taehyung y ya con unas cuantas copas encima siguieron al tumulto de gente entre risas, hacia donde se disponía la bajada.

Sobre la baranda de la escalera Taehyung, con un espectacular atuendo blanco totalmente bordado de perlas y piedras que destellaban con la luz, llevaba una máscara color borgoña y dorado. A su lado su acompañante, vestido totalmente de negro, con una lúgubre mirada que sobresalía de la negra y plateada mascara que escondía su rostro.

Por un momento los ojos de Jimin se fijaron en los orbes negros y profundos que había visto ya en algún lugar.

Bebió un profundo trago de whisky y recordó por alguna razón al hombre del claro. No, se dijo mentalmente, era imposible que se pareciera....Era la casa, claro, la casa estaba volviéndolo loco.

¿Estás bien?- pregunto Yoon Gi rodeándolo por los hombros.

Si estoy bien, salgamos.- dijo Jimin huyendo de la mirada insistente del acompañante de Taehyung.

Cuando salieron nuevamente al patio se encontraron con unos colegas de Yoon Gi y permanecieron hablando cordialmente por buen rato.

Jimin se disculpo y salió por más bebidas.

Cariño, ahí estas- dijo la voz cantarina de Taehyung y a Jimin se le pusieron los pelos de punta.

El es JungKook, Cris, el Jimin, de quien te he hablado.- Jimin se volteo a saludar a los recién llegados.

El hombre estiro su mano y tomo la de Jimin. Una electricidad atravesó todo su cuerpo. Su piel de repente se sentía sensible, su corazón galopaba y no podía emitir sonido.

Disculpen me un momentos bombones, me están llamando- dijo Tae antes de alejarse y dejarlos solos.

Ninguno de los dos decía nada, Jimin estaba incomodo con la presencia del otro, pero era demasiado cortes como para irse sin más.

Se recostó a un lado de la mesa de tragos, lo más lejos que pudo de la abultada figura del hombre vestido de negro.

Jimin miro hacia donde Yoon Gi seguía charlado animadamente con sus colegas. Y de un sorbo termino el trago que tenía en su mano.

Cuando volteo a ver una vez más al hombre a su lado este lo estaba observando. Por un momento se perdieron en los ojos del otro.

Jimin sintió que sus piernas fallaban y casi sin darse cuenta dio un tropiezo hacia el frente. El hombre lo sostuvo en sus brazos. La sensación de calor se apodero de él.

Jimin entro en pánico. Y salió corriendo hacia donde la luz no podía llegar, hacia el sendero oscuro que estaba al finalizar el jardín.

Perdido en sus pensamientos, en el torbellinos de sensaciones inexplicables que estaba sintiendo en ese momento, mareado, con la vista nublada y entre tropiezos. Jimin huyo, sin saber hacia dónde.

La vista nublada y un mareo constante lo acompañaron a través de la oscuridad del sendero.

De repente su cuerpo se sintió extraño. Su piel quemaba y sus manos picaban.

No podía percibir el movimientos de sus pies, pero se impulsaba como en transe más adentro en el sendero, como poseso, como dormido siguió y siguió el camino cerrado.

Sus oídos no funcionaban, solo podía sentir.

El chasquido de sus pies entrando al frio del agua del claro lo trajo de vuelta a la realidad.

Miro hacia arriba y la luna llenaba el cielo, iluminado con su claridad el centro del mágico lugar.

Jimin sabía que estaba ebrio después de todo lo que había bebido, pero había algo más en eso que estaba sintiendo.

Cerró los ojos dejando bañar su rostro por la luz de la luna.

Este lugar es realmente mágico no es verdad- dijo la profunda voz detrás de él.

Jimin se giro. El acompañante de Tae estaba sobre el borde del claro. La imagen le trajo el recuerdo del encuentro, en ese mismo lugar, con el hombre misterioso.

La figura de este era casi igual a lo que recordaba, la vaga sensación de conocer esa figura lo aterro.

Disculpa si te asuste- dijo el hombre sin cambiar la postura- me preocupe un poco cuando saliste corriendo. Pensé que algo sucedía.

Lo siento, creo que bebí demasiado, regresa por favor a la fiesta. Me recompondré y regresaré también. No te preocupes, Tae debe estar buscándote.

Jimin en un tonto movimiento termina trastabillando y cayo de pompas al agua, empapándose completamente. El hombre sin dudarlo se adentra al pequeño claro de agua para ayudarlo a levantarse.

Jimin comenzó a reír, la situación lo ameritaba. El realmente pensó que estaba totalmente loco. Dejo caer su máscara que todavía conservaba y se paro dándole una hermosa sonrisa a JungKook, que ahora era quien estaba paralizado mirándolo, todavía sosteniendo el agarre de sus brazos.

¿Qué? – dijo Jimin por la insistencia de la mirada del otro.

El castaño, deslizó la máscara que llaveaba dejando ver su rostro. El mismo, que Jimin había estado viendo en sus sueños más calientes.

Mierda...-