MAS ALLA DEL TIEMPO (KOOKMIN)

Parte 10

Equivocado

Eran las doce en punto cuando Jimin, atravesó la entrada del hermoso hotel. Sus pies repiqueteaban bajo el lustroso mármol negro. A los lados gigantescas enredaderas decoraban de forma elegante, las escalinatas y los altos balcones desde el techo, las luces de las arañas acristaladas generaban un ambiente pintoresco. No era su primera vez en el lugar, era el favorito de Taehyung para las reuniones, así que solía venir al menos dos o tres veces al mes.

Cruzo por las inmensas columnas que lo llevarían al restorán del lujoso hotel y saludo con la cabeza al personal que ya lo conocía.

Sabía que mesa elegiría Taehyung, así que no era necesario consultarlo. El castaño tenía cierta fascinación por una mesa remota ubicada cerca de un ventanal y cubierta por unas cortinas, generando un ambiente más intimo.

Visualizo al excéntrico muchacho y le resulto llamativo que estuviera solo aun. Su séquito de guardaespaldas por supuesto, estaba en unas mesas cerca de donde se ubicaba él.

- Sr. Kim, disculpe la demora, me entretuve con los preliminares del equipo de la casa de campo y se me hizo demasiado tarde. Siento mucho la demora.

- Cariño, no te preocupes, parece que seremos solo tu yo. Los clientes cancelaron hace unos minutos.- respondió Taehyung sin importancia.

- ¿Que sucedió? ¿Por qué cancelaron?- a Jimin le sorprendió la noticia.

Era raro que los clientes cancelen y más cuando asistíamos al Venettian, porque quería decir que ya estaba más que concreto el trato, solo hacía falta endulzar un poco la negociación.

- Nada de qué preocuparse. Siéntate.-ordeno el castaño

- Prefiero regresar, tengo trabajo pendiente.- objeto el rubio todavía en pie no muy lejos de la mesa.

- Siéntate Jimin, almorcemos.- dijo Taehyung y su tono sonó más severo y directivo.

Jimin asintió con un gesto y se sentó. Taehyung hizo seña al mozo, que llego con una botella de vino y dos platos de pasta.

- Me tome el atrevimiento de pedir tu plato favorito.- después de eso Jimin intuyo que algo andaba mal.

- Oh vamos Taehyung ¿qué sucede? me estas asuntando.- dijo mientras el mozo serbia las copas.

- Nada preciosura, solo almorcemos. Me gustaría que hagamos esto regularmente.- respondió Tae revoloteando el vino en su copa sin mirarlo.

- ¿Qué?- Tae lo había descolocado. No entendía que sucedía.

- Claro, almorzar, cenar, beber. ¿Qué te parece?- Taehyung, clavo sus ojos en los del rubio, con esa mirada gatuna que ponía a veces solo para ocasiones especiales.

- Tae, sabes que te aprecio, de verdad lo hago, pero no entiendo ¿qué está pasando?. ¿Podrías por favor decirme que significa esto?-

- Jimin, ¿hace cuantos años nos conocemos? ¿Diez, quince años? Afiancemos nuestra relación. Vamos cuéntame ¿qué está pasando con Min?.

- ¿Todo esto es por Yoon Gi? Lo siento Tae. Sé que cometí un error al enrollarme con Yoon Gi en el trabajo, pero te prometo que no sucederá de nuevo. Sabes que priorizo mi aspecto profesional antes que mi vida personal y pienso mantenerme de esa manera.

- Jimin, cariño- dijo Tae tomando su mano, y el rubios se congelo por un momento ¿qué rayos estaba intentando Taehyung?- entonces ¿me confirmas que te gustan los hombres?

- Discúlpame Taehyung, pero no entiendo ¿cuál es el sentido de tu pregunta?- el rubio ya estaba cabreándose. Retiro su mano del contacto de forma brusca.

- ¿Vas en serio con Yoon Gi o es solo sexo?- continuaba la indagatoria de Taehyung.

- Si la pregunta es por el hecho de que somos compañeros de trabajo te prometo que no va interferir.....- y Tae lo corto

- No dulzura, solo quiero saber si tengo chances de que aceptes también tener un aventura con migo.- la boca de Jimin cayo. Ahora si estaba estupefacto.

- No pongas esa cara bombón, ya bien sabes mis gustos, soy gay libremente y me preguntaba si podía cortejarte también. No lo intente antes porque no estaba seguro de tus preferencias cariño, pero ahora que lo sé, prefiero ser directo contigo.- Tae levanto su mano y la llevo a sus labios.

Perplejo Jimin, saco su mano, se sentía confuso y asustando que rayos estaba pasando con Taehyung. El siempre había sido un niño mimando y le tenía mucho aprecio, era verdad que se conocíamos hacia más de diez años, pero nunca se imagino a Taehyung de esa forma.

Tae lo miro con cierta apatía después del gesto.

- Lo siento Tae, no quiero ser grosero, pero no te veo de esa manera. Te aprecio muchísimo y valoro lo que tu familia ha hecho por mí, pero no creo poder....ya sabes, contigo.

- Oh vamos Jimin, ¿que acaso el arquitecto es mas apuesto que yo?- su respuesta le pareció tan infantil que Jimin, comenzó a reír. La situación le resulto graciosa-

Taehyung no había madurado y era muy difícil que lo hiciera, llevaba una vida llena de caprichos y por alguna razón se le había ocurrido que Jimin también debía estar en su colección de cama- pensó Jimin.

El rubio se sonrío divertido y Taehyung lo miro disgustado.

- ¿Que te hace gracia?- dijo el castaño con un mohíno gesto en los labios

- Nada, solo es divertido como tu mascara de buena persona cae al primer no.- Jimin tomo un poco de pasta en su boca y comenzó a comer ya más relajado. Sería mejor no tomar en serio lo que Taehyung había dicho.

- ¿Que mascara?- Tae sabia a que se refería. Sonrío también y comenzó a comer. Tal vez todavía no era momento de dar pelea. Mejor sería esperar un poco más.

Luego de dejar pasar el momento, siguieron hablando como de costumbre de las proyecciones de la empresa, de las innovaciones que Tae quería proponer y el almuerzo se había tornado tan agradable como tantos otro.

- Bueno Tae debo regresar, mañana nos vemos en la oficina.-dijo al fin Jimin luego de beber su café.

- Si cariño, puedes besar mi mejilla prometo no morder.- sonrió Tae divertido.

Jimin giro los ojos y salió del lugar sin hacer demasiado caso.

Tae siguió viéndolo alejarse hasta que ya se había perdido tras las enormes columnas.

Tal vez era un tonto, pero él quería a Jimin, lo quería más de lo que había querido cualquier otra cosa en su vida.

Tomo su teléfono y marco a la clínica de rehabilitación, debía apurar las cosas, no era habitual en el sentirse frustrado.