Cypher IV (Agorafobia) | HopeV

007

—¿puedo pasar?— cuestionó el chico que estaba parado en la puerta con un taper bastante grande que olía de maravilla por lo tanto Taehyung supuso que habría comida dentro de el. —déjame invitarte a comer por favor.—

Hoseok tenía el cabello negro bastante arreglado, iba vestido muy casual pero hermoso, unos pantalones muy ceñidos a sus piernas que le dejaba marcar su entre piernas y una camisa flojita bastante básica. Taehyung le invitó a pasar finalmente cuando salió de aquel shock pues de verdad no se imaginaba en absoluto que su vecino, su hermoso vecina viniera con el almuerzo pero ambos pero allí estaba. Sin darle más vueltas cuando por fin entró cerró rápidamente la puerta y se quitó su cubre bocas mirando atentamente al mayor completamente asombrado.

—no aceptaste las galletas de mi hija— le recordó mientras que se quitaba los zapatos dejándolos en la entrada y entonces Taehyung le ofreció sus zapatillas para que estuviera cómodo y el mayor las aceptó con gusto. —por eso vine con el almuerzo, además necesitas compañía de otro ser vivo ¿no crees?— Le enarcó una ceja quedándose en el salón esperando que el menor le diera permiso para pasar a la casa.

—no se que haces aquí...— negó un poco con su cabeza bastante confundido, no siquiera sabe porque le ha dejado pasar si fuera cualquier otro vecino le hubiera cerrado la puerta tal y como siempre hacía. —¿y tú hija?— le preguntó con bastante curiosidad.

—esta con la zorra de su madre, la semana pasada estuvo conmigo, hasta el viernes no veo a mi pequeña.— le contó mientras que se iba moviendo y se dirigió a la cocina para poder dejar allí el taper lleno de comida. —preparé kimbap con noodles, esta recién hecho espero que te guste.— le dedicó una gran sonrisa, una sonrisa que hizo a Taehyung paralizarse, aquella sonrisa fue la más hermosa de todas.

—Gracias por tu amabilidad, hyung— le mostró respeto pasando a la cocina para sacar dos platos, que por suerte tenía platos de sobra ya que es muy vago para fregar y solo friega una vez al día. —estoy deseando de probarlo, mil gracias, voy a poner la mesa mientras que tú puedes ir sacando la ración para cada uno.— le dedicó una tierna sonrisa mientras iba sacando los cubiertos necesarios para comer, dos pares de palillos, dos vasos y agua, estaba acostumbrado a comer con agua y pocas veces tenia refresco en la nevera.

El chico salió de la cocina quitando rápidamente todas las cosas que tenía en la mesa para poder poner el mantel y luego los cubiertos, no estaba acostumbrado a tener visitas y eso le hacía ponerse nervioso, no sabía como actuar y mucho menos con su hermoso vecino, el chico que le está volviendo loco, ese chico que no puede sacarse de su cabeza en ningún momento.

Eres muy especialmente muy reservado y tenia una casa muy grande para el solo, tuvo la suerte de que actualmente tiene cuatro apartamentos del bloque, inicialmente solo ocupaba el 7°B, pero el señor del 8°B murió y compró el piso de arriba construyendo unas escaleras en su piso que suba al octavo, más tarde falleció la señora del 8°A y compró al igual el piso volviendo ampliar la casa otra vez y hace nueve meses se mudaron los de 7°A y compró al igual el piso, ocupando en total cuatro pisos del mismo bloque pero todos unidos entre si, Taehyung era conocido como el ricachón rarito de la comunidad.

Terminó de poner la mesa y finalmente volvió con el mayor a la cocina pero no le dio tiempo cuando se cruzó con el chico que traía los platos y colocó cada uno a un lado de la mesa dedicándole una tierna sonrisa.

—buen provecho lindura.— se acercó lentamente al menor con cuidado y acarició el cabello ajeno con suavidad intentando crear contacto físico entre ambos y observando su reacción en todo momento.

—no me toques....

No quiere que le toque... Taehyung es un chico un poco especial como podéis ver.