Capítulo 9: Atrapado.

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Daniela pasó parte del día con Sofía, no quería dejarla sola por ningún motivo sabiendo la tristeza que la embargaba. Ambas estaban en la sala, haciendo planes para navidad, cuando sonó el teléfono del departamento. Sofía miró el teléfono con indecisión y después a su hermana.

—Contesta tú, por favor —pidió.

Dany asintió, sabiendo que lo decía por Leonardo. Se puso en pie y se acercó al teléfono y se detuvo.

—¿Y si es Óscar? —preguntó.

Sofía se encogió de hombros.

—No le digas nada, él sigue pensando que tomé el vuelo y la verdad, no quiero hablar con él, prefiero que siga pensando que me fui a España...

Dany asintió y contestó.

—¿Aló?... Sí... ¡Hola Cris! ¿Cómo estás?... Bien, gracias... Sí... —rio un momento— Sí, lo sé... mmm Claro... ¿Cuándo? —miró a Sofía— Ahora está en la ducha, pero sí, está bien, no creo que se niegue... Sí, de acuerdo, yo le digo... ¿En dónde?... De acuerdo... No, pero gracias, será en otra ocasión... Yo también... Está bien, sí... —volvió a reír—. De acuerdo, hasta luego guapa, besos —colgó.

Sofía la miraba con la ceja arqueada.

—Era Cristina —explicó Dany—. Llamó para decir que acaba de llegar a México y quiere invitarnos a cenar, le dije que ahí estarías.

Sofía suspiró.

—¿Por qué hiciste eso? No tengo ganas de...

—Nada, nada —la interrumpió Dany y se acercó hasta sentarse a su lado—. No pienso dejar que te quedes aquí sola, lamentándote —aseguró mirándola a los ojos.

—Tampoco pienso lamentarme toda la vida... —sonrió con tristeza.

—Lo sé —sonrió—. Pero en estos momentos necesitas distraerte... —Sofía abrió la boca y Dany la calló—. No voy a aceptar un "no" por respuesta. Ven vamos a arreglarte para la cena, le diré a Eduardo que vaya contigo... —se puso en pie y la llevó consigo a la habitación.

Sofía rio.

—Está bien —suspiró—. Gracias por no dejarme caer —la abrazó— Y tienes razón —alejándose rumbo a su armario—. Dije que era hora de seguir adelante y lo voy a hacer, pienso divertirme un poco antes de volver a mi vida en Puebla con Óscar.

Dany la miró sorprendida.

—¿Volverás a Puebla?

—Sí, ahí es donde viven mis hijos y mi marido, pero pienso disfrutar de un par de días únicamente para mí, antes de volver con ellos.

Dany no dijo nada. ¿Sería de verdad eso de querer olvidar a Leonardo? No lo sabía.

—Bueno, me voy a duchar —sonrió Sofía antes de entrar al cuarto de baño—. La noche me espera.

Dany rio y esperó a que su hermana cerrara la puerta del baño.

—Hay hermanita... —suspiró y salió rumbo a la sala, donde cogió el teléfono y le llamó de nuevo a Cristina, a quién le explicó la reciente pelea de su hermana con Leonardo para que evitara nombrárselo a Sofía.

Cristina era una de las mejores amigas de su hermana y una de las pocas que conocía su relación con Leonardo, así que Cris aceptó gustosa por el bien de su amiga. Dany sabía que su hermana merecía un par de horas sin tristezas ni pesares, ya después... Dios diría.

.

Ese día Leonardo tenía una cita con el productor de la película, una cita a la cual Valentina no podía ir y él se lo dijo. Ella —milagrosamente— no dijo nada y de buen agrado se fue sola de compras, cosa que fue un alivio para él.

Déjà Vu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora