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Betty tenía una sonrisa jugando en sus labios a medida que veía la hermosa playa por la ventana del auto. Ella sí había ido antes a la playa, pese a que los demás supieran lo contrario.
Todo fue feliz para ella en aquellos años, en donde era una pequeña niña obstinada que amaba bailar ballet.
¡Sí! ¡Ballet! Y no hacer strip en los tubos.
Su padre y madre, antes de que se divorciaran, las llevaban a ella y a su hermana mayor a la playa cuando su conducta era de la mejor.
Betty aún lo podía recordar. El porqué de su talasafobia, porque eso era lo que en realidad tenía.
No miedo, sino pánico y pavor al mar y a estar rodeada de agua. Su fobia era tan fuerte desde aquel día en el que por poco se ahoga.
Recuerda que su hermana mayor estaba enterrando a su padre en la arena, hasta el cuello. ¡Uff! Como desearía ser ella la que lo enterrará pero esta vez seis metros bajo tierra.
En fin, su madre leía aquel libro que aún recuerda su nombre. Algo así como: La superación, el amor y el compromiso. Ella no lo soltaba para nada y le importaba más que su propia familia.
O leyendo entre líneas, el libro más o menos se titulaba así, ante sus ojos: ¿Cómo superar a tu amor de preparatoria que no se dio?
Betty estaba sentada en la orilla del mar, supuestamente cuidada por Alice Cooper. Estaba intentando hacer un pequeño castillo de arena y ganarse los elogios de sus padres diciendo que era una buena niña.
¡Que tontería! Pensaba actualmente Betty.
Ella estaba allí sentada, casi sin poder caminar ya que apenas estaba aprendiendo, y jugando con la arena a risas. Pero como era de esperarse, vino una fuerte ola que se la llevó por completo.
Intentaba respirar y no podía, su cuerpo haciendo esfuerzo por aferrarse a algo y no morir.
¡Pero era sólo una niña!
Betty juró que iba a morir en ese instante, pero entonces los brazos de su despistada madre la sacaron del agua y después... Nada.
Todo se volvió borroso y solamente le quedó impregnada la sensación horrible en la garganta de intentar respirar. Intentar exhalar y no conseguirlo.
Verónica por su parte no había tenido experiencias traumáticas en su niñez ya que cada semana sus ricos padres la llevaban a nadar y ella sabía hacerlo desde una temprana edad.
En sí, lo que le gustaba a Ronnie no era el mar sino acostarse en una toalla y broncear su perfecta piel. ¡Gracias Sol!
— Y lo mejor es encontrar conchas marinas. ¡Llevarlas a casa y hacer collares con ellas! —Ronnie chilló contenta, Archie no pudo evitar sonreír y abrazarla.
— Bueno, ya estamos por llegar. —Jughead, quien iba al volante, informó.
— ¡Ahh que emoción! —Ronnie saltó de su asiento emocionada. — ¡Extrañé tanto el bello Sol!
— V, hay Sol a cualquier lugar al que vayas. —le recordó Betty.
— Sí, pero no un Sol tan ardiente y rojizo como mi Archiekins. —dijo la pelinegra con falsa inocencia, mirando al pelirrojo quien solo rió un poco.
— Jug, es muy lindo que hagas esto por mí pero... —Betty se quedó callada por un segundo. — Me aterra el mar.
— Lo sé, Betty. —el castaño sonrió, poniendo una mano sobre su regazo. — Pero no hay nada que temer.
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𝗚𝗔𝗡𝗚 𝗟𝗢𝗩𝗘
Teen Fiction𝐆𝐚𝐧𝐠 𝐋𝐨𝐯𝐞 | 𝗖𝗢𝗠𝗣𝗟𝗘𝗧𝗔. Dos Ghoulies, dos Serpientes. Betty y Verónica, y Jughead y Archie. Dos Ghoulies esclavas de Malachai y Nick. Una se unió por amor y la otra porque no tuvo opción. Mientras que, Jughead y Archie. El rey Serpie...