𝗚𝗔𝗡𝗚 𝗟𝗢𝗩𝗘

8: La pareja perfecta

═════════ ▓▓ ✧ ▓▓ ═════════

— ¡Ay por Dios! —gritó Ronnie en cuanto vio a Jughead llegar con Betty en brazos.

— ¿Qué hace ella aquí? —preguntó Toni con molestia.

— No digas o preguntes nada, por favor. —dijo Jughead poniendo a Betty en la cama. — Solo ayúdala, tú eres la mejor cuando se trata de sanar a alguien.

— ¡Es una Ghoulie! —gritó Toni.

— ¡Y es prima de Cheryl! —gritó Jughead. — Por favor, Toni.

— Está bien, lo haré. —Toni asintió quitándose la chaqueta negra y atando su cabello en un moño mal hecho.

Y después de unas horas, en la noche, Betty estaba inconsciente pero ya estaba mucho mejor y sus heridas por suerte no eran graves. Su rostro no tenía rastro de golpes, solamente sus piernas.

— Estará bien. —Toni dijo. — Tiene el cuerpo un poco lastimado, pero no es grave.

— Gracias, en serio gracias. —Jughead agradeció abrazándola con fuerza, ella recargó su cabeza contra su pecho.

— Lo que sea por mi chico. —asintió Toni, después le dio un beso en la mejilla. — Tengo que ir con Cheryl.

— ¿Ella está bien? —preguntó.

— Sí, solamente tiene un resfriado común. —Toni asintió subiendo por las escaleras.

Y cuando la pelirosa se marchó, Jughead se acercó a la bella durmiente de cabellos dorados.

— ¿Por qué hiciste eso, Betty? —murmuró Jughead acariciando su mano. — ¿Por qué no entiendes que yo te voy a proteger?

Acarició su mano mientras le hablaba y le pedía que despertará, le decía que iba a protegerla y que mataría a todos los que le hicieron daño. Despedazándolos poco a poco, de una cruel y sádica manera pero que ella se tenía que quedar con él.

Lo único que lo mantenía cuerdo era ver su pecho subir y bajar para decirle que ella estaba respirando. Para decirle que estaba viva.

Jughead se recostó a su lado, y la abrazó, pasando su brazo por su cintura sin usar nada de fuerza. Recostó su cabeza en la almohada y cerró sus ojos intentando conciliar el sueño.

— Jughead. —pronunció Betty débilmente.

— Betty. —Jughead sonrió incorporándose rápidamente. — Despertaste.

— ¿Qué pasó? —preguntó la rubia, sus palabras eran pesadas al igual que su respiración.

— Te fuiste de aquí, eso pasó. —Jughead dijo acariciando su mejilla. — Pero ahora estás a salvo conmigo.

— No podía quedarme aquí, entiéndeme. —Betty pidió llorando. — Ellos harán cualquier cosa para herirme, Verónica está en peligro conmigo a su lado. Por eso me fui.

— Archie y yo las protegeremos a las dos. —prometió con una sonrisa y besó su frente. — Solo quédate aquí para siempre.

— ¿Tengo otra opción? —preguntó ella con un bufido.

— No. —Jughead negó abrazándola sin aplicar fuerza para no lastimarla.

— Ayer me lastimaste. —confesó Betty después de un incómodo silencio.

— ¿Qué? Pero... —Jughead empezó a balbucear. — ¿Te lastimé al tocarte?

— Sí, me causaste miedo y también por eso me fui. —dijo Betty con sinceridad. — No confío en ningún hombre después de todo lo que me ha pasado.