24: Imposible

1.7K 135 398
                                    

═════════ ▓▓ ✧ ▓▓ ═════════

Era Medianoche en el pequeño y misterioso pueblo de Riverdale, y la mayoría de sus habitantes dormían ya en sus camas, pues la Luna ya había salido y el Sol se había ocultado, diciéndoles que ya era hora de dormir. Pero, no todos dormían, porque justamente ahora dos pandillas rivales se enfrentaban una vez más por el futuro del pueblo. Aunque la mayoría no sabía eso.

Betty tenía la mirada directo en el camino mientras intentaba despejar su mente, ponerla en blanco, y solamente pensar en la carretera y en la meta final que la esperaba, estaba más que lista para pisar el acelerador con toda su fuerza, con aquellos tacones gruesos que traía, y ganar a como diera lugar aquella carrera, como la última en la que había conocido a Jughead, pero esta vez sabía que estaba jugando del lado correcto y que tenía al copiloto perfecto a su lado.

— Tú puedes. —el castaño a su lado, con chaqueta negra la animó, tomando su mano derecha un momento y dándole un dulce beso para calmar sus notables nervios. Pues, espasmos en las manos solamente causarían su derrota inmediata, y ninguno podía permitir aquello. Perder no era opción.

— Damas, caballeros. —la chica con cuero Serpiente sonrió, lista para dar la salida y ver cómo su pandilla ganaba. O al menos eso era lo que esperaba. — ¿Listos para correr?

Los gritos y el bullicio de todas las Serpientes y la mayoría de los Ghoulies se escucharon con gran emoción atrás de ellos, pues todos querían saber acerca del futuro de Riverdale, otra vez. Y las Serpientes querían recuperar a dos de los suyos.

La rubia le hizo una señal a la chica, al igual que Malachai, para dejarle saber que estaban listos y que iniciara de una vez.

Tres. La Serpiente, ya preparada, levantó la pequeña bandera que sostenía, indicándole a ambos equipos que se prepararan. 

Dos. Se detuvo un momento, con la bandera en el aire y mirando fijamente a su líder Serpiente, haciéndole una señal con la mirada, para que diera inicio al plan, Jughead le devolvió la señal.

Uno. Apenas la bandera cayó, Betty pisó el acelerador y arrancó con gran velocidad riendo a carcajadas, mientras Jughead sonriente se asomaba por la ventana y veía como el auto rojo de Malachai se había quedado atrás. Su plan había funcionado.

— ¡Mierda, mierda, mierda! —Malachai se quejó, golpeando el volante con fuerza una y otra vez, con enojo y rabia en su ser al ver que se había pinchado uno de sus neumáticos, por lo que no pudo arrancar. — ¡Hicieron trampa!

Oh, esa maldita Betty Cooper estaría en serios problemas, como llegara a estar medio centímetro cerca de él. E igual, si resultaban ser los ganadores, él vería la forma de hacerla sufrir de una desalmada forma, y esta vez no le tendría piedad.

La pelinegra, confundida, se bajó de inmediato del auto, agachándose un poco y notando la tachuela que estaba enterrada en una de las llantas.

— ¡Vamos, deja eso! —Malachai se quejó con Verónica, jalándola del cabello como el difunto Nick solía hacer con ella, azotando la puerta del auto rojo y quitando a unos Ghoulies del otro auto morado que tenían. — ¡Sube!

La latina de inmediato subió, quedándose callada mientras cerraba la puerta del auto, y así Malachai arrancó prometiendo que se vengaría por tal acto. Y ganas no le faltaban de matar a esos dos, tras una buena tortura.

— Están corriendo con otro auto. —informó Sweet Pea a Jughead por el comunicador que el rey Serpiente tenía. — Es un Ford Focus morado Rs. —avisó. — Se acaban de subir apenas, pero lleva una velocidad increíble.

𝗚𝗔𝗡𝗚 𝗟𝗢𝗩𝗘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora