Se hizo el silencio entre los dos. Las mejillas de ella tornaron al rojo vivo, y lo miró con nerviosismo, mordiéndose el labio. Pero él no parecía arrepentirse de lo que había dicho. Cada día, Hermione miraba menos defectos y más virtudes en Draco. Una de sus grandes virtudes era su seguridad ante todo. Lo que había dicho había sido impulsivo, lo sabía, no se había parado a pensarlo, pero no se arrepentía de decirlo, para nada.Una sonrisa se extendió en la cara del rubio.
- ¿Granger? - rio.
- Am, gracias, supongo - respondió nerviosa, tirándose del pelo - Aunque no sea verdad, seguro que era ironía, o no, no sé. Estamos progresando muy rápido... Digo en nuestra amistad, ¿eh? No quiero que seamos novios, qué estás buenísimo y eres un encanto pero... Mira, mejor me callo.
Draco soltó una carcajada que resonó por toda la estancia.
- Sí - dijo acercándose a ella - Mejor cállate.
Ella estaba sonrojada, mirando al suelo y acariciándose el brazo. ¿Por que no sabía callarse? Draco daba buenas respuestas siempre, todas quedaban bien. Pero a ella, aquellas situaciones de la vida real la descolocaban. Debería haber un libro de respuestas a la vida de verdad, pensó. ¿De qué le servía Historia de Hogwarts si no sabía ni controlar una situación con un chico?
- Tampoco te tomes tan a pecho lo de callarte, mujer.
- Lo siento.
- ¿Volvemos a casa? - preguntó el rubio - Se está haciendo tarde y tengo hambre.
Hermione sonrió y comenzó a caminar hasta casa, seguida por él.
Habían pasado ya 3 meses. Estaban acostados en la cama. Hermione leía un libro y Draco observaba su imagen en un espejo pequeño.
- Hace muchísimo calor - comentó ella, con unas irresistibles ganas de abrazarlo.
- Pues dúchate - contestó, todavía guiñándose un ojo a él mismo.
Hermione rio.
- Una vez oí hablar de una enfermedad en la que uno se amaba a sí mismo - murmuró quitándole el espejo - Creo que tú eres un caso grave, Malfoy.
- Es que - se giró a mirarla, sonriendo - ¿Quién no amaría esto? - se señaló la cara.
- Yo nunca lo haría.
- Voy a quererte, Draco Malfoy, y no poco - la imitó, exagerando una voz aguda que ella ya no tenía.
- ¡Eres un idiota! - rio ella, pegándole con la almohada.
Y así empezaron a pegarse con las almohadas, entre risas. Y sin saber cómo, Hermione acabó encima de él.
- Confiésame algo, Granger - le pidió, con los labios de ella a milímetros de los suyos, recogiéndole un tirabuzón detrás de la oreja.
- Creo que estoy enamorada - Ella puso una mano en su mejilla y le miró los labios, los cuales él mojó y entreabrió. Qué jodidamente apetecibles eran.
- ¿Solo lo crees?
- Quizá si él estuviera enamorado de mí, lo sabría.
Draco le dio un beso en la mejilla y la bajó de encima suya.
- Buenas noches - se giró hacia el otro lado, dejándola patidifusa. Si no le fallaban los cálculos, lo que vendría después de aquello sería un beso en los labios, y quizá, algo más. Pero le había dado la espalda.
- ¿Puedes mirarme? - pidió ella.
Draco se giró a mirarla.
- Granger, creo que el chico del que te estás enamorando es un capullo.
- No eres un capullo, Draco.
- Duérmete, anda - susurró - Te quiero. Mucho. Demasiado.
Y volvió a girarse, dejándola todavía más confusa.
- Yo lo hago mucho más.
Draco esbozó una leve sonrisa que ella no vio, pero pudo sentirla. Ambos estaban sintiendo amor de verdad. Hermione sabía cómo controlarlo, estaba claro que nunca había sentido algo así, pero sabía cómo llevarlo. Pero Draco, nunca había aprendido a querer, y mucho menos a a Hermione Granger.
![](https://img.wattpad.com/cover/178329083-288-k812752.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Solos tú y yo.
FanfictionLa Segunda Guerra Mágica tiene un final trágico. Harry Potter cae muerto a los pies de Voldemort y los hijos de muggles, traidores a la sangre y oponentes a sus reglas, se verán condenados a la muerte. Hermione Granger no tiene otro remedio que huir...