- ¿Y bien? - rugió Lucius mirando a los dos chicos - ¿Qué se supone que pasa entre vosotros?- Papá... Creo que ya va siendo hora de que entres en razón. Acaba de morir Lord Voldemort y los prejuicios a la sangre, supuestamente sucia, deberían acabarse.
- No es así como te crié, Draco - explicó Lucius, visiblemente enfadado - Definitivamente no. Ella puede casarse con quien quiera menos contigo. Los Malfoy somos una familia de sangre limpia y así seguirá siendo, da igual que no esté el Señor Tenebroso. Ella no será aceptada aquí. He hablado con los Parkinson y ahora qué ya no hay guerr...
- ¡PADRE! - gritó Draco desesperado - ¿QUIERES HACER EL FAVOR DE ESCUCHARME POR UNA VEZ EN TU VIDA?
Lucius enarcó las cejas y se dispuso a decir algo, pero Draco comenzó a hablar.
- Desde pequeño he sido tu marioneta. He hecho lo que tú me decías que hiciera y nunca tuve la oportunidad de formar a mi persona. No tenía ni dos amigos e insultaba a la gente para sentirme más lleno. Viví con aquel monstruo aquí y presencié desde pequeño escenas de tortura y asesinatos. Esa es la infancia que tuve, la infancia y la vida que he vivido hasta la Batalla de Hogwarts. Hasta que conocí a Hermione, y no solo a ella si no a Ginny Weasley también, ¡hasta la comadreja y yo nos hemos cogido cariño! - Ron sonrió - Estos meses han sido los mejores de mi vida, y he sido yo mismo, no lo que tú me mandabas ser. Lo siento, papá, pero si no puedo estar con ella, dejaré de ser un Malfoy.
- No, Draco - intervino Narcisa - No dejarás de ser un Malfoy. Lucius - Miró a su marido - El niño tiene razón, y lo sabes.
Justo entonces llegó Pansy al salón.
- ¿Y qué me dices de Pansy? - insistió Lucius - Es guapa, inteligente...
- Papá - Draco lo cogió de los hombros - Me gusta Hermione Granger.
- Aaaaaaaaghhhhh, está bien, está bien. Tienes razón.
El rubio abrazó a su padre y miró a Hermione con una amplia sonrisa. Absolutamente todos los que se hallaban en el comedor los estaban mirando.
- Bueno -dijo Blaise - Después de las victorias vienen las fiestas, ¿no?
- Síiiiiii - chilló Ginny entusiasmada.
~~~~~~~~~~~La Madriguera estaba completamente decorada. Había preparativos de todas las clases. Tarta, pasteles, pudin, palomitas... Y música, mucha música.
- Hermioooooooone - gritó Ginny desde el otro lado de la puerta - ¿Quieres enseñarme ya el vestido?
- Ya voy, impaciente.
Hermione salió del baño dejando a Ginny boquiabierta. Se había alisado su cabello rizado, que liso parecía casi rubio y le llegaba hasta la cintura. Sus largas pestañas tenían rímel y sus labios se habían teñido de rojo oscuro, al igual que su vestido, que dejaba sus hombros al aire y se ceñía perfectamente a su cintura.
- ¿Qué tal? - preguntó Hermione dando una vuelta sobre sí misma.
- Joder, Hermione, JODER ESTÁS PRECIOSA.
- ¡Jo, gracias! Tú también.
- No, en serio. Estás guapísima.
- Gracias, Ginny, de verdad.
Ambas sonrieron y bajaron al salón. Ginny también estaba muy guapa. Llevaba un vestido azul con vuelo y asas muy finas. El único maquillaje que llevaba era una sombra de ojos azul oscura y en el cabello liso y pelirrojo, una horquilla que le había regalado Harry.
- Ron, están llamando - le dijo Molly a su hijo - ¡Mis niñas! ¡Qué guapas estáis!
El pelirrojo obedeció a su madre y abrió la puerta.
- Hola, Malf... Draco.
- Hola, Comadreja - sonrió el rubio. La verdad es que Ron lo envidiaba bastante. Ser tan guapo era un puntazo para conquistar a Hermione, eso no valía.
- ¿Y tus padres?
- Pues... sentían que no era apropiado venir - explicó el Malfoy - Yo también lo sentí, pero tu madre y tu hermana insistieron...
- Claro que es apropiado que vengas. Entra, anda.
- ¡Draco! - lo saludó Hermione una vez el chico estaba dentro.
El rubio la miró de abajo a arriba y sonrió al llegar a sus ojos.
- Wow... estás preciosa.
Ella sonrió y lo cogió de la mano, llevándolo a la "pista de baile".
La fiesta proseguía y cada uno bailaba con su pareja o con sus amigos. Después de un brindis por Harry Potter, la gente bailaba apenada, agarrada a su compañero, como era el caso de Draco y Hermione. Ron los observaba desde el sillón, hasta que Pansy llegó y se sentó a su lado.
- Te entiendo, Weasley - apoyó una mano en el hombro del pelirrojo y le sonrió con tristeza.
Ron la miró y le devolvió la sonrisa. Nunca se había fijado tanto en la belleza de aquella chica.
- Antes de venir aquí estuve en el pensadero... - explicó ella - Cuando teníamos 5 años Draco me prometió que se casaría conmigo y tendríamos 11 hijos y 7 gatos - rio - Pero éramos niños.
- A mí Hermione... Nunca me prometió nada. Pero sinceramente creía que acabaríamos juntos.
- Yo también creía que lo haríais.
- Yo te veía con Draco.
- Yo también - ambos rieron.
Y de repente, en un impulso, Ron besó a Pansy, y para su sorpresa, este fue correspondido. Y los labios de ambos se juntaron al mismo tiempo que en una habitación se juntaron los de Blaise y Ginny y en medio del salón los de Draco y Hermione. Rompiendo así las diferencias que en su día existieron, dejando atrás el pasado y festejando su libertad, sus jóvenes ganas de vivir.
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¡Hola! En el próximo y último capítulo haré un epílogo de cómo siguieron las vidas de todos. Muchísimas gracias por leer, comentar y votar. ^^
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Solos tú y yo.
FanfictionLa Segunda Guerra Mágica tiene un final trágico. Harry Potter cae muerto a los pies de Voldemort y los hijos de muggles, traidores a la sangre y oponentes a sus reglas, se verán condenados a la muerte. Hermione Granger no tiene otro remedio que huir...