Yo.

2.6K 173 19
                                    


Amaneció un día increíble. Ron, Ginny y Blaise desayunaban tranquilamente en la cocina.

- ¿No tardan mucho Draco y Hermione? - preguntó la pelirroja antes de beber un sorbo de leche.

- Anoche estarían ocupados - dijo el Zabini con una gran sonrisa en la cara.

- No creo - añadió Ron con rapidez.

- Yo tampoco - lo apoyó ella, haciendo que Blaise se encogiera de hombros.

Mientras, Hermione despertaba de un profundo sueño. Estaba completamente desnuda, abrazada a Draco y con una manta que a penas los tapaba, ya que estaba enrollada alrededor de las piernas de ambos. Ella se desperezó, bostezó y acercó su rostro al del chico para darle un suave beso en los labios.

- Buenos días, guapísimo.

Pero Draco continuaba durmiendo. Hermione rio y le dio una suave bofetada en la mejilla. Él entreabrió los ojos.

- Tenemos que levantarnos, Malfoy.

El rubio le dio la espalda a la chica y continuó durmiendo, así que ella no tuvo más remedio que levantarse, vestirse y unirse a sus compañeros.

- ¡Buenos días! - los saludó ella, con una gran sonrisa.

Los demás la saludaron o bien con la mano o bien con la cabeza.

- ¿Y tú tan feliz? - le preguntó Blaise, otra vez con esa sonrisa pícara en la cara. A Ginny le encantaba la picardía de él. Últimamente había asumido que aquel chico le gustaba bastante.

- Hace sol y eso... - respondió Hermione, y antes de que los demás pudieran responderle, añadió - Debemos pensar un plan para entrar en la mansión Malfoy y acabar con Voldemort.

- Debemos esperar a Draco - dijo Ron - Es su casa, su familia, su vida... Seguro que es el que mejor solución tiene.

A todos les sorprendió aquel voto de Ron a favor de Draco, pero no dijeron nada, simplemente asintieron, sorprendidos.

- ¿Hablabais de mí?

Draco acababa de entrar en la cocina, con sus aires de superioridad de siempre. Tomó asiento al lado de Hermione y ambos se miraron. Ella se sonrojó y él río con suavidad.

- Vamos a ver, ¿qué coño os pasa? - preguntó Ginny, que los notaba completamente melancólicos.

- Me parece fatal que hayas desvirgado a Granger en una tienda de campaña, tío - le dijo Zabini a Malfoy riendo.

Draco rodó los ojos y Hermione se cubrió el rostro con las manos.

- ESPERA, ¡¿QUÉEEEEEE?! - gritó Ginny con entusiasmo.

- Tenemos cosas más importantes de las que hablar, ¿no creéis? - preguntó el pelirrojo, visiblemente molesto.

- Sí, exacto - confirmó Draco - Mucho más importantes.

- Pero si es una buena noticia, no entiendo porqué os molesta - replicó Blaise.

- Qué aburridos sois - añadió Ginny, que chocó los cinco con Blaise al estar de acuerdo en lo mismo.

- La vida de mi madre corre peligro - dijo Draco - y la de los Weasley, y también todos sus hermanos, su padre... Y muchos de nuestros amigos, como Pansy - al ver la mirada contrariada de Hermione, cambió de ejemplo - Luna Lovegood. Tenemos que sacarlos de allí y acabar con todo esto.

- Vale, tío, pero ¿cómo? - preguntó Blaise.

- Ese es el meollo de la cuestión, Blaise. Como dije ayer, la fuerza del amor maternal podría acabar con él, al fin y al cabo ya no hay Horrocruxes - comentó Hermione.

- Cierto, pero no vamos a sacrificar a ninguna madre - se contrarió Draco.

- ¿Y si le lanzamos un Avada Kedavra todos a la vez? - propuso Ron.

- ¿Y si le lanzamos sólo uno? Al fin y al cabo ahora que no tiene Horrocruxes, es una persona normal, sin nariz, pero normal - dijo Ginny, haciendo reír a Blaise.

- Es cierto... pero, ¿quién?

- Yo - se ofreció Ron - Yo mataré a Lord Voldemort.

Solos tú y yo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora