Capítulo 42: Sopa

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RILEY'S POV

Ya pasaron dos semanas desde que Ares está en coma, aún no despierta, pero los doctores creen que dentro de poco lo hará, ya que hace unos días empezó a mover los dedos de su mano derecha.

Ya puedo caminar sin mis muletas, aún que aveces me duele la pierna, pero nada que no pueda soportar.

La escuela se volvió una gran carga para mí, simplemente es agotador y no estoy de humor, la mayor parte del tiempo estoy callada y aislada de todos

Incluso me he alejado de Cameron

Una razón de eso es por nuestros horarios, y otra es porque me siento sin ánimos, todo se volvió una completa mierda, discutimos casi todos los días y no me gusta hacerlo

También volví a alejarme de Malena y de Valentina, que estaban volviendo a ser mis amigas

Alex se dio cuenta de que algo pasaba, pero no quiso meterse porque sabe que necesito tiempo para volver a acomodar y a asimilar lo que sucedió

Casi muero

Los Cruise y los Brooklyns están detrás de mí, tengo miedo de salir a la calle y que me hagan algo, varias veces lo han intentado

Ross es otro tema

Hace un mes cuando no quiso hablar conmigo en el hospital, era por que su abuelo había empeorado

Hace dos semanas falleció

Acompañe a Ross al velorio de su abuelo, pero el aún está devastado por eso decidió quedarse un tiempo con su familia en Nueva York.

Por otro lado, mí padre sigue estando en rehabilitación y hace poco nos llamaron de la clínica para que fuéramos a verlo, Alex logró convencerme y pasamos una tarde agradable con Leo y una psicóloga

Él ha cambiado mucho

Ahora mismo me encuentro acostada en el departamento, no fue el mejor día, fui a la escuela y discutí con Cameron por que cree que ya no lo quiero

Lo cual no es verdad

Salí corriendo de la escuela hasta llegar al hospital y me encerré junto a Ares, me senté a su lado e instantáneamente empecé a llorar

Lo extraño en todas las formas en las que puedes extrañar a alguien

Después de pasar horas en el hospital, Alex fue por mí y me obligó a quedarme en casa, me vine directo a mí cama y simplemente me quedé aquí, esperando a alguien que no iba a venir

Cerca de la media noche alguien abrió la puerta, pensé que era Alex, por eso no me moleste en girar a verlo

-Hola- la voz de Cameron llegó a mis oídos y fruncí el ceño, gire un poco la cabeza y ahí estaba, con su ropa grande, una pequeña sonrisa tímida y una bandeja con comida

-¿Qué haces aquí?- me senté en mí cama y apoye mí espalda en la pared, Cameron dejo la bandeja sobre mis piernas y se sentó frente a mí

-Queria disculparme- dijo y suspiró- Se que no estás pasando un buen momento, no debí enojarme por esa estupidez

-No te preocupes- le sonreí débilmente

-Alex me dijo que no haz estado comiendo bien, quise cocinar algo mejor, pero es lo único que no arruine- señaló el plato y me reí al ver sopa de arroz.

-Amo la sopa- le dije y me sonrió.

-¿No estás molesta conmigo?- me preguntó y negué con la cabeza-¿Ni un poco?- volví a negar

-Sé que no fue tu intención enojarte, yo he estado algo distraída y no te he prestado la suficiente atención, lo lamentó- bajé la mirada avergonzada y escuché que se acercó, tomo mí barbilla con sus dos dedos y me obligó a mirarlo

-No te preocupes- susurró cerca de mí y me sonrió antes de besarme- Ahora come tu sopa, estás más delgada

-Lo se- susurré y empecé a comer.

Cameron se quedó conmigo toda la noche, ambos nos acostamos en mí cama y nos quedamos en silencio. No sé porque, pero un gran nudo se instaló en mí garganta y mis ojos se llenaron de lágrimas

-Nunca me dejes- susurré en un hilo de voz

-Nunca lo haré- empecé a sollozar y Cameron me abrazó, se quedo a mí lado a pesar de ser un desastre emocional andante.

Todos por la noche estamos un poco rotos o un poco tristes o un poco muertos

Pero no todos tienen la suerte de tener a alguien por que luchar, alguien que los ayude a levantarse cada vez que se tropiece con una piedra

Los que convierten tus lágrimas en sonrisas, los que se quitan horas de dormir porque tú necesitas hablar con alguien, los que te abrazan y hacen que los trozos de tu interior se unan, los que se quedan cuando llueve y te enseñan a bailar bajo la lluvia, ellos merecen lo mejor del mundo

Ojalá nunca me falte, ojalá sigamos teniendo momentos eternos, ojalá siga acá, aunque las cosas se compliquen.

Aquello que creiamos perdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora