Prefacio: Continuación de la tormenta

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"Quiero reflejarme en tu mirada una vez más"

(Beret)


Si he de ser sincera, soy de ese tipo de personas a las que se las califica vulgarmente en Argentina como cagonas. Sí, y ustedes deben pensar: ¿Cómo es que una chica que estuvo en Siria, en pleno conflicto bélico, se considera con falta de agallas? Pues bueno, en el amor o cuando la cosa se pone seria, me da ese miedito de que las cosas se vayan de mi control.

Tenemos que ser sinceros en decir que en pleno siglo XXI y con el libertinaje con que se vive la vida; el amor, es cosa seria y cosa de pocos. Estamos en un mundo efímero, rápido, donde nada dura para siempre y, lamentablemente, debemos incluir las relaciones aquí. Es por ello que considero que amar, en estos tiempos, es algo de valientes.

Soy de las pocas personas, según mis propias estadísticas, que sigue conservando los valores de fidelidad, responsabilidad y presencia en las relaciones amorosas. Pero no puedo pretender que otros tengan mi misma forma de ver el amor, no, no podemos pretender que la otra persona actúe de la forma en que nosotros lo haríamos. ¿Por qué? Bueno, cuesta entenderlo, pero se debe a que (por suerte) somos todos diferentes.

Entonces se deben cuestionar: ¿qué demonios está hablando esta mujer? Bien, aquí les va mi respuesta: a que con el miedo al amor y con mis altas expectativas de una relación, decidí poner tierra de por medio. «¡Qué cagona resultaste ser, Melina!» Sí, puedo oír en mis propios pensamientos los reproches y burlas de mi amiga Catalina.

Claro está que no todos tenemos la oportunidad de poner tierra de por miedo con aquello que nos quita el sueño, pero yo que pude, siempre lo he hecho. Le escapo a los problemas, luego de haberlos armados, claramente, como un tornado, que arrasa con todo, que pasa, dejando la nada misma y yéndose como si nada. Okey, quizás la metáfora del tornado los aburre, así que intentaré dejarla en segundo plano.

De todos modos, a lo que voy con toda esta sarta de palabras, es que irse de los lugares donde no nos sentimos cómodos, dejar aquello que nos lástima o alejarnos por un tiempo, no nos hace personas egoístas. Está mal, a mi manera de ver, creer que uno es egoísta por pensar en su propio bienestar o por hacer lo que siente. Sí, no niego que pensar en nosotros mismos puede acarrear lastimar a quienes nos rodean, pero si uno lo hace sin malas intenciones, entonces no se es egoísta por pensar en uno mismo. Suele decir Ricardo Arjona, al que considero un poeta de la música (no es necesario que estés de acuerdo conmigo, puedes seguir odiandolo, yo no formo parte de esa secta) en fin, como dice el guatemalteco: A pensar en mí para vivir por ti.

Y es así, que por segunda vez en mi vida, pensé en mí y me fui de España. Llámalo escape, llámalo como tú quieras, pero para mí fue pensar en mi salud física y mental. «Lo dejaste cuando más te necesitaba» me reprochó Cat, al saber la verdad de Giovanni. Y quizás sí, lo abandoné cuando se encontraba al borde del abismo, pero él no me necesitaba a mí, él se necesitaba a sí mismo, él necesitaba salvarse y comprender, que el rumbo que su vida estaba tomando no era el indicado.

Haberme ido no fue amarlo menos, no, todo lo contrario, haberme ido fue amor propio y amor hacia él también, porque si yo seguía en España sin solucionar mi pasado, era inevitablemente, seguir destruyéndonos como la tormenta que somos (okey, lo siento, no más tornados). Sí, lo amé, lo amo y probablemente lo siga amando. Porque Giovanni, para deleite de todos ustedes, es el amor de mi vida.

¿Oye, Mey, cómo diablos sabes que es el amor de tu vida? Bueno, es difícil explicar con palabras un amor de tal magnitud, pero cuando una persona encuentra al amor de su vida, lo sabe, es el corazón quién con cada latido te asegura que quieres a esa persona por el resto de tu vida, la quieres con cada defecto, con todas sus virtudes, pero sobre todo, quieres que esa persona logre todo en su vida, que tenga todo a manos llenas y que sea feliz. Y aquí está el gran conflicto. ¿Qué ocurre cuando tú no eres lo que hace feliz al amor de tu vida? Bueno, allí es cuando descubres la parte no egoísta del ser humano, ¿por qué? Porque priorizamos su felicidad incluso cuando sabes que no eres tú.

No, que no se les forme el nudo en la garganta como el que tengo yo a medida que escribo estas palabras, porque hay que ser optimista y encontrar de cada dificultad una enseñanza, un camino alternativo, una manera distinta de hacer las cosas. Además, ¿quién sabe? Quizás la vida vuelva a encontrarnos. Porque, permítanme citar palabras textuales de él, que una vez utilizó para derretir mi corazón:

"¿Me crees que siempre voy a volver a ti? Siento que siempre voy a terminar contigo"

Y, sí, la vida va a encontrarnos una y otra vez, Giovanni. ¿Sabes por qué? Porque somos para siempre, estemos juntos o no, nosotros seremos un para siempre. 


Holaaaaaa!! ¿Cómo les va? Espero que muy bien.  Gracias por acompañarme en este camino. Saludos y amor a la distancia ♥

 Saludos y amor a la distancia ♥

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