"Porque la única verdad es que somos nuestros recuerdos, y cada uno de ellos, mejor o peor te convierte en la persona que eres. Hagas lo que hagas, aunque hayas cambiado de vida, de aspecto, de nombre... Los recuerdos siempre están a tu lado. Y los más importantes nunca puedes olvidarlos"
(Las chicas del cable)
Sábado 23 de septiembre de 2017
Melina se encontraba sentada en los sofás del jardín de la casa Hichwen, con los lentes de sol puestos y una limonada que le había preparado Norma, mientras veía a orillas del lago a Giovanni y Alfonsina sentados hablando y, cada tanto, alimentando a los patos el vecino. Admiraba el rol tan paternal que había tomado él con ella en pocos meses, era algo que jamás hubiese imaginado que pasaría y eso la hacía sonreír, porque comprendía, que jamás estaría sola en la crianza de Sisy. Lo que le seguía generando dudas era el futuro presidencial de Giovanni, porque lo cierto es que asumiría en caso de ganar, una responsabilidad tan grande, que le obligaría a resignar su tiempo y, aunque se mostrara despreocupada, pensaba en Alfonsina. No sabía cómo se las arreglaría con la niña. ¿Giovanni la llevaría con él en sus viajes al extranjero? ¿Tendría más seguridad? ¿Sisy debería vivir en otro lugar? Negó, porque la niña vivía con ella y así seguiría siendo. Las dos permanecerían en aquel departamento de la calle Fuencarral donde tan felices eran y si eso significaba entrar en guerra con Giovanni o su partido, se las declararía, porque Sisy viviría con ella a como diera lugar.
Suspiró alejando aquellos pensamientos que la atormentaban, retomando la lectura de un libro que se había comprado en la mañana, cuando junto con Cat y Connie visitaron el centro de la ciudad. Banyoles era un lugar precioso, tranquilo y en paz, todo lo que Melina necesitaba después de tantos acontecimientos tan tristes en su vida. La idea de alejarse de Madrid y refugiarse con sus seres queridos, había sido totalmente acertada.
—Jamás pensé verlo tan... paternal —comentó Camilo y Mey lo miro de reojo, porque pocas veces hablaba a solas con el mayor de los Hichwen—. Alfonsina es una niña increíble que ha sacado la mejor faceta de Giovanni.
—¿Alguna vez lo imaginaste como padre? —inquirió ella, divertida, mientras hacía a un lado el libro y volvía a mirar aquella imagen del principio a orillas del lago—. Porque yo no.
—No, jamás —admitió Camilo y rió, con diversión—. De hecho Giovanni siempre dijo que no tendría hijos, pero ya ves como son las vueltas de la vida. Tampoco te imaginaba a ti como madre. ¿Querías ser madre?
—Si he de ser sincera, jamás he querido ser madre. Siempre pensé que la maternidad no era para mí, porque me quitaba la libertad que tanto amo y porque tener un hijo es la responsabilidad más grande que asume el ser humano —explicó Melina y alzó su mano para saludar a Sisy, que le agitaba las manos—. Pero desde que Alfonsina llegó a mi vida, todo cambió. Conocí un amor tan grande que no sabía que existía. No fue una maternidad deseada, porque ya sabes cómo llegó a nuestra vida, pero ahora amo y deseo ser su mamá. Creo que es una de las responsabilidades más grandes y hermosas que tengo. La vida con ella sin dudas que tiene otro color.
—Los hijos nos hacen conocer el verdadero amor. No es fácil ser padre, pero con solo mirarlos a los ojos, te das cuenta que cada esfuerzo vale la pena. Nadie sabe lo que es ser padre, hasta que lo es.
—¿No van a alejarla de Giovanni, no? Digo, con la presidencia casi en sus manos.
—Jamás haríamos algo como eso, Melina —aclaró Camilo y se dejó caer en un sofá, mientras se llevaba la mano al mentón pensando. Porque las palabras de Melina habían confirmado lo errado que él había estado muchas veces—. Pero creo que comprendes que muchas cosas van a cambiar si Giovanni es presidente. La vida de Alfonsina cambiará y la tuya también.
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Miradas eternas
Fiction généraleMelina dejó Madrid tras una serie de eventos desafortunados y puso tierra de por miedo con Giovanni, sin embargo, una repentina y dolorosa muerte la obliga a permanecer a España. Mientras que Giovanni, lucha día a día por conseguir la tan ansiada ca...