Capítulo 3: Adiós orgullo Hichwen

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"Un amor se olvida en dos días, un amor grande en dos semanas, pero un amor enorme te cambia la vida"

(El chico de tu vida)


Jueves 29 de Junio de 2017

—¡Oh por Dios! ¿Y tú quién demonios eres?

—No exageres, Malú.

—¿Qué rayos te hiciste en el cabello?

—Pues... ¿me lo corté?

—Oh sí, ya veo bien que te lo cortaste —chilló Malú, sorprendida, porque Melina se había cortado el cabello hasta los hombros. Le quedaba precioso, a diferencia de algunas mujeres, que al cortarlo se afean. Pero no dejaba de verse extraña sin su larga cabellera—. ¿A qué se debe el nuevo look?

—A qué decidí ser una nueva Melina.

—¿Y un cambio de look logra eso?

—Coco Chanel decía que una mujer que se corta el pelo está a punto de cambiar su vida.

—¿Estás por cambiar tu vida?

—Empecé el proceso desde que me fui de Madrid y lo estoy siguiendo. Quiero sanar, Malú.

—Oh, rayos —espetó Malú, acercándose para abrazar a Melina, porque sabía que le gustaban los abrazos apretujados, solo que no lo demostraba. La apretujó como su mamá le enseñó que debía hacerse con las personas buenas que merecen un poco de apoyo—. Aquí voy a estar para acompañarte en el cambio. No quiero verte triste nunca más, tienes una sonrisa fabulosa como para ocultarla detrás del dolor.

—Gracias por ser tan buena amiga y compañera desde que estoy en Nueva York.

—De nada, cariño, es un placer ser tu amiga.

—¿Me queda bien?

—Te ves muy chick.

—Gracias.

—No hay de qué, guapa —Malú miró su reloj, estaba retrasada—. Tengo una reunión con la escritora del libro que corregí, así que nos vemos para el almuerzo. Espero no me abofetee por cambiar prácticamente toda la historia.

—De acuerdo y... suerte con eso.

Cuando su compañera de oficina se fue, Melina se dejó caer en su silla, buscó el pendrive en su cartera y lo puso en la computadora. Tenía que corregir Luna, que estaba a nada de publicarse, y eso significaba que Christopher volvía nuevamente al ruedo. Adoraba a su primer personaje, amaba su carácter y lo ególatra que podía llegar a ser. Era de público conocimiento que se había inspirado en Adam Levine para escribirlo, porque amaba al cantante de Maroon 5 y She will be loved era una de las canciones de la banda que había inspirado mucho en su trilogía Noche y Día.

Si todo salía como lo planeado, en Diciembre el libro saldría a la venta, solo que con su antigua editorial por cuestiones de contrato. Y eso la preocupaba, porque por mucho que lo pospusiera, eso significaba su regreso a España.

Pasada las once de la mañana se detuvo en su labor y suspiró, dándole un sorbo a su jugo de manzana. Hacía noches que no dormía nada bien, que venía soñándolo, y eso no la dejaba pegar el ojo en toda la madrugada. «Eres tan cabrón que hasta no me dejas dormir». Si bien evitaba a toda costa pensar en Giovanni, le era imposible, porque cuando algo está instalado en tu corazón, irremediablemente, se ramifica a todas las partes del cuerpo. Porque sí, tenía a Giovanni Hichwen ramificado en todo el cuerpo y era el peor karma que podía tener.

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