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Acomodando bien su vestido, decidió dejarse caer bien sobre el árbol, para luego seguir con la explicación o información que le tenía a JinYoung.

Obviamente, desde que HyeRi le contó sus planes, el se ofreció a ayudarla, pero como siempre, ella se negó. Aún cuando JinYoung, le comentó que tenía sus contactos y lo podría averiguar.

Pero eso tenía consecuencias, claro está, las influencias de JinYoung eran peligrosas y eso lo tenía en cuenta JinYoung, pero por la única chica que le comprendía, podía hacer lo que sea.

Siguió siendo un no.

—Aún no progreso tanto como esperaba —dijo ella con un desánimo notable—. Es imposible si tienes a unos padres controladores que ni siquiera te dejan salir a la calle. A excepción de que sea con Mark.

JinYoung abrió los ojos por la sorpresa.

—¿Mark? ¿No es el chico que anda tras de ti desde que entraste a la facultad? —cuestionó, con una sonrisa de burla sobre sus labios.

—El mismo —afirmó—, pero ni siquiera es desde que entre a la facultad, (que fue hace tres años), fue gracias a SooHyun —afirmó la pelimorada.

—¿Qué tiene que ver, SooHyun aquí?

—Ambos se conocían, de hecho se conocieron en un torneo de skate —dijo de manera melancólica—. Tal vez ese es un motivo por el cual no he mandado a volar a Mark.

—¿Por qué ambos se conocían? —ella asintió—. ¿Qué tiene que ver eso con lo otro?

HyeRi se encogió de hombros.

—No lo sé.

—¿Y no sospechaste de él? —curioseo.

—Claro que lo hice —dijo esta vez, mirando directo a los ojos al pelinegro—, pero el siempre me lo negó.

—¿Le creíste?

HyeRi asintió.

—Como no hacerlo, el estaba conmigo cuando me dieron la noticia.

—HyeRi... —susurró JinYoung, haciendo un ademán, para que la pelimorada lo viese directo a los ojos—. Sabes que yo te puedo ayudar. Sabes que conozco a personas que en un chasquido de dedos, podrían saber quien asesino a SooHyun —volvió a insistir.

Y era verdad, JinYoung poseía un poder para averiguar cualquier información que le plazca.

HyeRi negó.

—No, JinYoung, ya te lo he dicho y aunque insistas e insistas, seguirá siendo un no —sentenció, mientras se ponía de pie y tomaba la mano del pelinegro para que también se pusiera de pie—. Sé que contactos tienes, y no me gustaría que el próximo en un ataúd seas tú. Suficiente tengo con lo de mi hermano, sabes que me import... —HyeRi se calló al instante, al escuchar sus propias palabras.

JinYoung sonrió con picardía.

—Dilo.

—¿Qué?

—Completa la frase, anda —JinYoung sacudió levemente a la pelimorada, ganándose una mirada fulminante—. Anda, dí que te importo.

—¿Para qué decirlo, si ya lo sabes? —con eso, HyeRi dio por finalizada la conversación con el pelinegro, retomando su caminar.

Él sonrió.

—¡Ay, no te enojes! —exclamó el pelinegro.

—Cállate. —bisbiceo HyeRi, elevando las comisuras de sus labios.

JinYoung se sorprendió, pues era rara la vez en donde, HyeRi sonreía.

Y claramente, hace mucho que no lo hacia, pues desde la muerte de su hermano, y en donde se habían reunido ambos, ella ya no sonreía constantemente.

—¿Por qué no tengo una cámara cuando más la necesito? —dijo el chico, rascando su nuca.

[•••]

HyeRi, no se sorprendió al ver una nota en su habitación, justo en su cama, que decía lo siguiente.

"7 horas..."

No se alarmó, pues de inmediato supo que el dueño de esa nota era nada más que, JaeBum.

Al llegar a casa, después de la no muy grata "comida-cena familiar", en la vivienda de sus abuelos, justo al subir a su habitación, se encontró con aquella nota.

Y si, JaeBum le había dado un día entero para que decidiera si aceptaba el trato o no.

HyeRi aún se lo estaba pensando con lentitud, pues después de todo la idea no era tan mala ¿cierto?. Solamente se trataba de darle una de sus muchas libretas con frases poco comunes hoy en día.

Lo curioso de esto, es que a JaeBum en verdad le impresionaron sus dibujos.

Eran siniestros, negros como la misma noche, eso fue lo que le intereso, pero también el hecho de que por el reverso de la hoja, ella escribía algún significado tétrico, del dibujo.

[•••]

De nuevo, como otras noches, HyeRi como era su costumbre, salió de su casa (por la ventana), acompañada de sus auriculares y su libreta.

En verdad amaba salir de noche.

Para algunas personas, esto seria una locura, digno de una demente pues ¿a quién se le ocurre salir a las 3:00 de la madrugada? Obviamente a nadie, pero a excepción de HyeRi, eso le tranquilizaba y relajaba.

Eran las únicas horas en las que se sentía libre.

Claro que HyeRi, recompensaba las horas que no pudo dormir; durmiendo por las tardes.

Caminado por la avenida a la que solía transcurrir cada vez que salía de su casa, se dispuso a subir todo el volumen de su música.

Antes de tan siquiera llegar a la habitual banca en el mismo parque, alguien la sujeto del hombro e hizo encarar a esa persona.

HyeRi, en serio no se sorprendió.

Voten :3

Eyes on You ➸ JaeBum. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora