°21°

153 18 7
                                    

HyeRi caminaba tranquilamente, con sus manos metidas en los bolsos de su sudadera, pasaba las lápidas sin siquiera prestar atención.

Miró la hora en el reloj de su muñeca y suspiro. Cinco y media. Había pasado la noche en una banca, mientras agotaba la batería de su celular. Tiempo antes, cuando huyó de casa, había botado el chip en un contenedor de basura.

Podía sentir los piquetes en sus pies, ni había parado de caminar desde que salió.

La noche fue fría como de costumbre, el sueño se apiado de ella y no le permitió cerrar los ojos ni un solo minuto en la penumbra de la noche. A simple vista parecía un gato o perro olvidado, descansando en una de las bancas del parque central.

Las horas de la noche pasaron volando de la nada. Ella no despegaba su vista de aquella paloma en el suelo, con la sangre seca a un lado de ésta. Repitió su lista de canciones más de dos veces y cuando el sonido molesto que hacía el celular cada vez que la batería bajaba, se rindió y apago el celular.

Perdió la noción del tiempo cuando comenzó a ver a gente caminar cerca de donde estaba. Podía apostar su vida a que las enormes bolsas debajo de sus ojos delataban el pésimo estado en el que se encontraba.

La pequeña llovizna de la madrugada logró empapar un poco su gabardina de cuero color negro, con pesar se puso de pie y comenzó a caminar.

Y fue así como llegó al cementerio.

Al fin se había armado de valor y decidió visitar la tumba de su hermano. La culpa que le invadió cuando se entero de su muerte y ella no pudo hacer nada fue fuerte, que se rehusó a ir al lugar en donde el cuerpo de su hermano descansaba.

No fue difícil encontrarla, estaba en uno de los lugares más lejanos de las demás.

El viento helado volvió a cubrirla, mientras caminaba hacia la tumba. Sus botas negras estaban un poco sucias, podía sentir sus manos inmóviles a causa del frío que comenzaba a sentir, y al igual que su rostro, su gorro no le hacía muy bien porque podía sentir el frío colandose por este.

Sus pies dejaron de caminar, suspiro causando de un halo de humo saliera de sus agrietados labios, sus ojos leyeron con pesar aquellas letras talladas sobre la lápida.

Lee SooHyun. 1993 - 2019

"Oh vamos, en vez de llorar, ¿por qué no sonríen? Recuerdenme por siempre"

HyeRi no pudo evitar caer de rodillas sobre el pasto viendo con nostalgia la tumba, sin embargo, no derramó ninguna lágrima, ni tenía en mente hacerlo. Su expresión como siempre era indiferente.

Sus manos estaban heladas, conforme pasaba las manos sobre aquellas palabras grabadas. Y fue ahí en donde pareció que el clima pasaba por las mismas circunstancias de ella. El sol no salió en todo el día, la brisa no era cálida, era fría. Lo único que vio antes de cerrar los ojos, fue el halo de humo que salió de sus labios al suspirar.


[~]

HyeRi se incorporó al sentir una ligera llovizna volver a cubrir toda su anatomía. Al incorporarse, sintió un punzante dolor en su hombro, debido a la mala postura que había tomado al dolor sobre la tumba de Soo Hyun.

Escucho el crujir de las ramas de los árboles más cercanos, como si alguien anduviera merodeando por el cementerio, miró hacia el frente y no había nadie, parecía desolado.

Y cómo siempre, ignoro aquello, pensó que tal vez se debía a él cansancio, no había dormido nada durante la noche, además de estar caminando por horas la había agotado.

Eyes on You ➸ JaeBum. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora