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El no ir a la facultad por una semana entera; era satisfactorio.

HyeRi no piso terrenos del instituto por toda una semana. Su madre se había empeñado en no dejarla ir. Ella aún seguía con temor de que algo le fuera a pasar a HyeRi y fuera a poner en riesgo su vida.

Al parecer si se creyó muy bien su mentira.

Pero esa semana acabo. Y ahora tenía que volver a asistir a clases, aunque no fuera de su agrado, tenía que hacerlo. Necesitaba respirar aire fresco y no a encierro, como era que se sentía en su casa.

-HyeRi, MinKi te espera en el auto. -dijo su mamá, una vez entró a la habitación de la pelimorada.

MinKi era el nombre del chofer que se encargaba de transportar a los Lee. O bueno, a sus papás y a ella.

El tener dinero muchas veces no es bueno o agraciado. Así era como lo veía HyeRi. MinKi se había convertido en el único chico (a parte de Mark) y otro chico que asistía con ella a las reuniones Jackson, que le había dirigido más de tres palabras. Y eso era mucho.

HyeRi bajo con pesar las escaleras, mientras se mentalizaba todo lo que tenía que soportar en las clases. Mucho alboroto y ruido. Y esas dos cosas eran las que más odiaba HyeRi.

Pero había que verle el lado positivo a las cosas ¿no? Regresaría a clases, acudiría a su club ambiental. Si algo también caracterizaba a la chica, era que amaba cuidar el medio ambiente, y ese era el motivo por el cual asistía a reuniones así. O mejor dicho, ayudaba.

Sus padres al principio estában en total desacuerdo ante esa idea, como todo lo que hacia HyeRi les parecía incorrecto. Pero no era por ir a ese club, que la verdad no les interesaba en lo absoluto, lo que les tenía en desacuerdo era que, su hija tendría que ir a esas reuniones, y no es como de que confiaran del todo en ella.

Por eso siempre iba acompañada de MinKi.

HyeRi aún se preguntaba como un chico, de veintinueve años (muy joven a su parecer), podía soportar a sus padres. No sólo eso, sino que tenía que soportarla a ella ¡A ella!

Con pesar y sin ganas de acudir a clases, subió al auto, el cual no dudo en arrancar.

MinKi, como de costumbre de saludo con una amable sonrisa. HyeRi sólo le dirigió una mirada fugaz.

El chico sabía como era la pelimorada. Así que ya no se preocupaba en iniciar conversación alguna con ella cómo lo había intentado los primeros días de que fue contratado por los Lee, hace más de cinco años.

MinKi llegó a conocer y a entablar una muy buena amistad con el hermano de la chica que iba en los asientos de atrás del auto. MinKi no sabía cómo esos dos llegaron a ser hermanos, él irradiaba felicidad a dónde sea que fuera y ella... Era ella.

La dejó como de costumbre en la dichosa facultad, no sin antes avisarle que pasaría por ella a la hora indicada en el horario al terminar su reunión.

El sitio donde se daban las reuniones donde ella asistía, era a unas cuantas cuadras de la facultad. Así que sin esperar a que MinKi llegará por ella, ella misma caminaba hacia allá.

-¿Te diriges a la reunión, HyeRi? -preguntaron a un lado de ella, una voz en extremo varonil.

Con disgusto aparente, HyeRi pauso su música y quito sus auriculares al sentir que alguien le hablaba.

Miró al pelinegro a un lado de ella y asintió sin decir algo más.

-¿Puedo hacerte compañía? -volvió a decir el pelinegro.

HyeRi asintió con desdén.

-Soy Jackson -dijo él, con una sonrisa.

-Lo sé.

-Bueno... -dijo, metiendo sus manos en los bolsillos de su pantalón.

-¿Cómo me conoces, Jackson? -dijo ella, imitando su misma acción.

Él rió; nervioso.

-Bueno... vas a las reuniones. Eres ambientalista, yo también lo soy. Todos te conocen en Green's. Aunque tu ignoras a todos -el pelinegro volvió a reír.

-¿Todos me conocen? Esa no me la esperaba.

-Sí bueno... Yo en tu lugar tampoco me lo esperaría.

-¿Eso es bueno?

-Supongo que sí.

Ambos siguieron caminando las dos cuadras faltantes para llegar a Green's.

La reunión estuvo normal. Como de costumbre, salieron a hacer lo que sabían hacer; recoger basura. Bolsas negras, guantes y picos para recoger la basura fue lo que utilizaron. Esta vez se atraso más la hora de salir, pero eso a HyeRi no le importaba.

No tenía muchas ganas que digamos de llegar a casa.

Una vez llegaron a la casa de las reuniones, HyeRi se cambio por su ropa actual, guardo en su mochila su camiseta blanca con una tierra sonriente en ella, al igual que su gorra y cuando iba a salir y marcar el número de MinKi, el chino le hablo:

-¿Quieres que te acompañe a casa? -ofreció el pelinegro, colgando su mochila en su hombro. Eso sí, sin borrar su misteriosa y amigable sonrisa.

-Estaba a punto de llamar a Min... mi chofer. No gracias, puedo esperar.

-Bien, tal vez ¿otro día?

HyeRi asintió, tratando de sonreirle. Sólo logró hacer una mueca.

Jackson subió a su motocicleta, y después de colocarse bien el casco, arrancó y se perdió entre las calles oscuras.

Ahora HyeRi era la única que quedaba en la calle. Todos los que asistian a la reunión se habían ido a casa ya. Jackson y ella eran los únicos que aún no lo hacían, por hacer algunas horas extras, pero ahora Jackson se había ido.

A los pocos minutos MinKi llegó por HyeRi.

Lo curioso era que alguien los observó marcharse desde lo lejos.

Alguien que no iba a dudar en hacer daño.

Porque ese era su pasatiempo favorito: Hacer daño y asesinar.

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Espero y les esté gustando esa cosa :')

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