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Como otros días, HyeRi estaba sentada en su cama, hecha un ovillo, mientras era iluminada por su lámpara de noche, leyendo el libro que no pudo terminar de leer hace unas horas, mientras escuchaba una de sus muchas playlist's.

Había terminado de realizar su investigación de "Hematología", pues su padre la había prácticamente obligado a investigarlo, ya que él, quería que ella fuera perfecta en la facultad, quería que su pequeña tuviera una notas envidiables.

Y así era.

Afortunadamente sus padres no estaban en casa, pues ambos trabajaban en su empresa, la cual ambos eran socios de su primo; JinYoung.

Los Park, eran una familia muy importante, al igual que los Lee. Ambas familias eran importantes y se llevaban muchos comentarios respecto a su imagen, amaban ser el centro de atención.

HyeRi odiaba serlo, por lo que siempre procuraba aislarse.

Su lectura, nuevamente se vio interrumpida, al escuchar el timbre de su casa.

Para su mala suerte, tenía que ir a ver, ella claramente no esperaba a nadie, puesto a que evitaba ser social y no tenía amigos, a menos que se tratase de Mark, pero la veía creíble.

Tal vez se podría tratar de alguien que tuviera que ver con sus padres, era lo más posible. Si no la habría, sus padres le darían una reprenda y no quería eso.

Bajo con pereza las escaleras y camino por la sala de estar, hasta llegar a la puerta, que no dudo en abrirla.

—Hola —masculló una niña de cabellos castaños.

HyeRi se mostró como siempre; indiferente y frívola.

—No soy de esas que compran sus productos a las exploradoras, así que si me disculpas... —HyeRi poco a poco fue cerrando la puerta, pero al momento de querer cerrarla por completo una mano la cual no provenía de la pequeña, le impidió cerrarla.

—Ella es mi hermana y no permito que la gente así le cierre la puerta en sus narices —inquirió el mismo chico, que la había detenido al salir de entrenar.

HyeRi resoplo e hizo un ademán de volver a cerrar la puerta, pero nuevamente el pelinegro se lo impidió.

—Te había dicho que no lo haría —repitió HyeRi.

—Claramente yo escuche que sí lo harías —enfrentó el.

La peli-morada, sólo hizo una mueca, pues el varón al frente de ella se lo aclaro y evidentemente tenía razón.

HyeRi odiaba que ella no tuviera la razón.

Lastimaba su orgullo.

En estos momentos en verdad hubiera preferido que el chico en frente de ella fuera Mark, pues el chino era menos fastidioso, en cambio tenía al chico misterioso delante de ella, el cual aún no se dignaba a decirle su nombre.

La pequeña miraba expectante a ambos jóvenes, quienes se mataban con la mirada.

La mirada de él denotaba; intimidación y frialdad. En cambio la de ella mostraba frialdad y un vacío intimidante. Ambos tenían miradas totalmente distintas.

—He dicho que no lo haré —aclaró nuevamente HyeRi.

—Ya escuchaste SeHwa, no lo hará, así que vámonos. Nunca aprenderás a pintar —concluyó el chico, tomando la mano de la pequeña la cual se llamaba SeHwa, la pequeña al principio se reuso, pero al final se dio por vencida.

HyeRi lo volvió a pensar y las palabras empleadas por el pelinegro la dejaron expectante. ¿Creía que no podría enseñarle a una niña? Claro que podía.

Así que antes de que se arrempitiera, corrió hacia ambos para lograr alcanzar a la niña.

—¡Alto! —bramó HyeRi, tratando de alcanzarlos—. Le enseñaré —sentenció y la pequeña castaña agrando una sonrisa.

[•••]

Y ahora mismo, HyeRi se disponía a enseñarle a SeHwa dibujar y pintar como ella lo hacia normalmente.

Ambos estaban esperando a la pelimorada a que bajase con las cosas necesarias, pues sus cuadros, y caballetes se encontraban en el ático, casi no los usaba, pues normalmente se encerraba en su habitación y pintaba por encima del escritorio.

Bajo con las pinturas indicadas, los pinceles y demás cosas, requeridas para el dibujo hasta el taller.

El taller no lo usaba desde la muerte de su hermano, al entrar allí, no pudo evitar sentir una nostalgia, pues su hermano y ella, solían divertirse pintando en las tardes.

HyeRi suspiro.

Así que sin esperar más, empezó enseñándole a la niña lo básico. Tenía que hacer lo esencial, lo cual era aprender a controlar el lápiz de dibujo y así estuvieron ambas, HyeRi enseñándole y la pequeña acatando órdenes.

Por otro lado, JaeBum estaba dando vueltas por el taller, contemplando los diversos cuadros unos eran muy coloridos y alegres, en cambio otros eran opacos y sombríos. Ambos tipos de cuadros le llamaron la atención.

Se preguntó a si mismo, si todos esos cuadros los había pintado ella, pues no había otra alma vagando por la casa, y algunos cuadros tenían la característica firma del autor.

En varios cuadros se encontraban las iniciales de L.H, pero en otros eran las simples iniciales de L.S, la curiosidad lo invadió, pero se contuvo a preguntar algo.

Se percató también de que antes de llegar al taller, había una enorme biblioteca, no se sorprendería si aquella chica ya habría leído todos esos libros.

—Mira como me quedo, JaeBum —dijo SeHwa, con una enorme sonrisa en sus labios.

«Así que su nombre es JaeBum», pensó HyeRi, al escuchar a la niña decirle así.

—Está muy lindo —expresó él pelinegro ya llamado JaeBum.

La pelimorada, se percató del drástico cambio en el tono de su voz, ya que cuando se dirigía a su hermana era un tono más dulce, al contrario de lo empleado con ella.

«¿Será así sólo con su hermana?»

————

Nuevo cap.

Voten♡

Eyes on You ➸ JaeBum. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora