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—J..Jungkook!—sonreí nerviosa.

—Hola pequeña—me acarició la cabeza.

Lo que me faltaba.

Que el chico que me gusta apareciera de la nada en mi casa, siendo que ha venido pocas veces, justo ahora se le ocurre al muy idiota venir, lo amo.

—Venía a invitarte al cine mañana, corre por mi cuenta—me sonríe.

—Ah...si..este si! Me encantaría—le sonreí de vuelta nerviosamente. Soy mala mintiendo.

—Em..todo bien? Te noto algo nerviosa...—dice fijándose en el interior de la casa para asegurarse de que estuviera sola.

—Si si! T..Todo bien..—trataba de evitarle la vista hacia adentro.

—JiHan.—dijo en tono serio— Hay algo que no me estes diciendo?

—N..no, todo está bien solo...acabo de salir de entrenar estoy exhausta—sonreí lo más creíble que pude.

—Bien—sonrió grande de nuevo—paso por ti a las 7 mañana—se despidió agitando la mano y se fue caminando.

Cerré la puerta y me deslicé dejándome caer sobre esta.

—Quien era ese niñato?—dijo burlón.

—No es un niñato, es mayor que yo.—bufé.

—Cuantos años tienes?—levantó una ceja.

—17—mire hacia arriba para poderlo ver, pues yo estaba en el piso y el de pie.

Sus ojos se abrieron como platos.

—17?!—dijo en un tono sorpresivo.

—s..si—me levante.

—Oww! Eres aun ilegal!—se burlo y me tomó por los cachetes.

—Ya deberías irte...—lo esquive.

—Pero quiero seguir estando contigo...la pasamos muy bien—bajo su mano de mi cachete a mi cuello—Además me gusta el peligro...—susurro en mi oído.

¡¿Como mierda alguien puede ponerte caliente tan rápido?! Comencé a hiperventilar.

—T..tengo hambre—dije para evitar lo que seguramente iba a pasar.

—Hmm—dijo pensativo—Que quieres comer?

—Pizza?—sugerí.

Pareció pensarlo por unos momentos.

—Yo tengo ganas de otra cosa—puso sus dedos en su barbilla como si estuviera indeciso.

—De que?—pregunté levantándome llenos a la cocina.

—De ti.—me alcanzó el paso y me tomó por la cintura.

Me volteo de modo que quedáramos frente a frente apegándome lo más posible a su cuerpo, poniéndome nerviosa pero ya me estaba hartando su comportamiento.

—Taehyung!—lo empuje—de verdad me estoy muriendo de hambre y yo con hambre me pongo de mal humor, así que o me compras una pizza o te largas de aquí!—señalé la puerta molesta.

—Vaya...el bebé se nos ha revelado—alzó las manos en el aire en son de paz.

No dije nada solo lo miré con ganas de ahorcarlo.

—Bien—suspiró—pediré algo.

—Pizza.—ordene.

—Bien, pizza—rodó los ojos.

l ɴ ɴ ø c ᴇ ɴ т   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora