l ɴ ɴ ø c ᴇ ɴ т

22

Recuerdo cuando me internaron en aquel hospital cuando vivía en Busan, me agarraron en la calle a luz del día cuando salía a correr en la mañana. Tenía dos advertencias por comportamiento agresivo, pero esta vez... esta vez solo salí a correr un poco.

—Que hacen?! Suéltenme!!—grité.

Los hombres gigantescos haciendo caso omiso me tomaron por los brazos y forcejeamos.

—Que mierda he hecho ahora?! No saben con quien se meten!—me moví lo mas fuerte que pude logrando zafarme.

Directamente le tire un golpe en el rostro a uno de los hombres, haciéndolo caer al piso. El otro se abalanzó sobre mi tirándome, cayo encima mío inmovilizando mi cuerpo.

—Imbecil—grite entre dientes.

Estaba furioso.

—Buenos días Kim—dijo aquella voz reconocible.

En ese momento ablandé mi cuerpo.

—Que mierda es esto Soo?!—grite frustrado.

Empezaba a hacerse notorio el golpe en mi espalda, sacándome una mueca de dolor.

—Petición de tu padre—sonrió ladino.

—Ese bastardo!—mordí mi labio inferior con tantas fuerzas que comenzó a sangrar.

—Veo que tu conducta no ha mejorado Kim... así que tendré que hacer caso a tu padre—lo mire desde el suelo acercarse para aliniear su rostro con el mío y agacharse para acortar distancia—Lo siento—sonrió.

—Como putas quieres que reaccione si me llegaron de la nada?!—le sople fuertemente haciendo que se manchara con la sangre de mi labio.

Cerró los ojos instintivamente.

—Muy gracioso jovencito—sacó un pañuelo y limpio su rostro pero aún así dejando mancha—Llévenselo.

El guarda que continuaba encima mío se levantó para después jalarme de la ropa y levantarme de un tirón, el otro que había golpeado me tomo del otro brazo y me cargaron, caminaban conmigo en brazos hacia una camioneta. Simplemente me deje llevar... literalmente.

—Oye como hiciste para derribarme de un golpe si te doblo tamaño?—me pregunto el que golpee.

Lo mire con una sonrisa de lado.

—El tamaño no tiene nada que ver con la fuerza amigo.

—Oye Hwan este tipo es guapo!—le dijo al otro.

Voltee a ver al sujeto del otro lado que miraba curioso.

—Oh! Es verdad!— ambos rieron.

—De que se ríen imbeciles?

—La mayoría de tipos que levantamos no son así chico!

—Si! Es un desperdicio—rieron—Una princesita loca!!

Se echaron a reír como idiotas y enojado les di un codazo a cada quien.

—Aver si esto les causa risa grandotes.

Me la devolvieron al echarme literalmente dentro de la cabina trasera de la camioneta como si fuera cualquier cosa, sin ningún tipo de delicadeza mi cuerpo chocó con el metal del suelo de la cabina aturdiéndome un poco, después de unos segundos el dolor comenzó a recorrer la lateral de mi cuerpo.

—bufé de dolor—

Me quede acostado unos minutos, después sentí el automóvil comenzar a moverse, no podía ver hacia afuera ya que la cabina era totalmente cerrada, comencé a sentir que la taquicardia podría aparecer en cualquier momento, la ventanilla que daba hacía donde estaban el conductor, el doctor y los otros dos tipos se abrió dejándome ver la cara del Dr. Soo asomándose.