TÚ Y YO

CAPÍTULO 3

Cuando miro el reloj quedan cinco minutos para que cierren las puertas así que corro para mi clase y al entrar reconozco al instante a una rubia y pesada, Sandra.

Sandra es una de mis mejores amigas desde primaria, me encanta su personalidad, es muy risueña y está siempre gritando pero es algo que aunque a la gente le irrite, a mí me encanta.
Tiene el pelo rubio y los ojos azules, es la típica modelo de revistas. Es más, salió en anuncios de televisión cuando era pequeña y todos los de la clase la tratábamos como si fuera una famosa de Hollywood. Ahora los fines de semana hace clases de teatro y de momento por lo que me ha contado le están yendo genial.

–¡LAURAAA! ¡¡¡Cuánto tiempoo!!!– viene corriendo y gritando, típico de Sandra. Me da un fuertísimo abrazo que casi me tira al suelo y me lleva a donde hay un grupito hablando.

–¡Chicooos mirar quién ha llegado!– grita Sandra, y me obliga a sentarme dónde supongo que se sentaba ella.

–¡Mii amoor!– se ríe Oliver. –¡Ven aquí!– Y me da un fuertísimo abrazo.

Olivier es el típico amigo de todas al cual le puedes contar todo y sabes que mantendrá su boca cerrada. Es súper alto y súper delgado. Tiene el pelo castaño al igual que sus ojos y tiene unos labios grandes y carnosos.

–No te vemos el pelo con tanto pueblo a ver si este verano no te nos escapas. –Me dice África con su tranquilidad de siempre.

África es otra de mis mejores amigas, pero ella es más calmadita que Sandra. Nunca hace dramas por nada y se lo toma todo con calma. Tiene el pelo más bonito del mundo con unos rizos perfectos y definidos y la cara llena de pequitas. Los ojos son verdes al igual que unas mechas que lleva en el pelo, que son muy feas para mi gusto. Ya se lo dije una vez pero me dijo que le gustaban porque le hacían sentir diferente. Como es ella.

Y por último Arnau se acerca y me da un beso de los suyos en la mejilla.

–Te he echado de menos este verano– me dice después de haberme dado el beso.

Sus besos son indescriptibles. Estuve con él en tercero de la ESO porque sentíamos algo el uno por el otro desde segundo, pero nos dimos cuenta que estábamos mejor como amigos, pero si que es verdad que esa relación me marcó bastante. Arnau es una de esas personas que te entiende y que si tienes algún problema va a estar ahí para ayudarte.

–Ya estamos los cinco de siempre de nuevo. Lau sin tí este verano no ha sido el de siempre– dice Sandra.

La verdad es que sí, siempre hemos sido los cinco de siempre y nadie más. Es más me acuerdo que en primaria estábamos diciendo que nos iríamos los cinco a vivir juntos y que nunca nos separaríamos.

–Menos mal que ya estoy aquí porque el pueblo ha sido infernal, no llegan a venir mis hermanos y a mí me da algo allí– les digo pasándome la mano por la cara. –Os prometo que este verano no me moveré de aquí, esque tenía que ir para estar con mi familia después de lo que le pasó a mi padre. –Y me viene a la mente cuando mi padre murió.

A mí no me afectó tanto como a Anna ni a Marc, todo lo contrario el día de la muerte no lloré, estuve un mes haciéndome la idea de que no había remedio para curarlo y tenía que asumirlo así que no me quedó otra que seguir para delante. Pero al día siguiente era un mar de lágrimas, no podía salir de casa porque cada vez que intentaba salir me venían recuerdos de cuando papá nos cogía como si fuéramos reyes y nos paseaba por las escaleras o cuando nos tirábamos en la alfombra de la entrada simulando que era un jacuzzi.

–¡Ostia tía es verdad! ¡Lo siento mucho!– me dice Sandra apretándome el hombro en señal de ánimos. –¿Estás mejor? Os fuisteis después del funeral y no pudimos deciros nada.

–Sí, estoy mejor. Nos fuimos por eso, para despejarnos aparte de estar con la familia. – Le digo sonriendo.

–Sentimos muchísimo lo de tu padre, este verano no ha sido lo mismo sin ti, es que ya te contaremos las movidas que hemos tenido este verano– dice Oliver.

Justo cuando iba a contestar aparece por la puerta un profesor nuevo que no habíamos visto nunca por el cole.