CAPÍTULO 15

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No reacciono. Mi cuerpo no reacciona. Estoy en shock. Mi hermano se está ahogando. En ese momento Marc me estira del brazo y eso me sirve para darme cuenta de lo que está pasando. Corro rápidamente hacia el comedor y cojo el teléfono, marco el 112 y les digo la dirección de mi casa y lo que está pasando.
Minutos más tarde los médicos ya están sacando a mi hermano con una camilla y mi madre y yo vamos detrás sin perderlo de vista. Cuando lo meten en la parte de atrás de la ambulancia, subimos también y estamos agarrando cada mano de Marc para que sepa que pase lo que pase estamos aquí.
Los médicos le han puesto una mascarilla y parece que funciona, que está respirando mejor, pero aún así parece que no va bien. Lágrimas salen de mis ojos sin parar desde que he reaccionado. No puede estar pasando, ahora que todo iba más o menos bien.

Al llegar al hospital lo llevan a una sala y nos dicen que nosotras no podemos pasar hasta que le hagan pruebas y todo lo que le tengan que hacer, y que mientras nos sentemos en unas sillas, supongo que la zona de espera o algo así.

Han pasado cinco minutos desde que hemos llegado al hospital y estamos sentadas en esas horribles sillas esperando impacientemente a que un médico se acerque y nos de buenas noticias pero no ha aparecido todavía ninguno. No puedo parar de llorar, no puedo perder a otra persona importante en mi vida, no podría más. No aguantaría.

–Laura, cariño, de verdad, no te preocupes, Marc es fuerte y no le va a pasar nada, ya verás – dice mi madre entre sollozos. Y me abraza.

–Mamá, no puedo perder a nadie más. No puedo. – Y me pongo a llorar desconsoladamente entre sus brazos.

–Y no pasará ya verás.

–Disculpe, ¿la familia de Marc?– pregunta una enfermera que acaba de llegar. Su cara me suena pero no sé de qué. Y tampoco sé en qué momento le hemos dicho el nombre de mi hermano pero me da igual, no me preocupa eso en estos instantes.

–Sí– se levanta rápidamente mi madre mientras se enjuaga las lágrimas con un pañuelo– ¿Está bien? ¿Que le pasa? ¿Lo podemos ver?– En ese momento me levanto yo para poder escuchar mejor lo que dice.

–Tranquila está bien, me he encargado yo de él, está en perfectas condiciones. Ahora podréis ir a verlo.

–Muchísimas gracias de verdad– le dice mi madre mientras se abalanza sobre ella dándole un abrazo.

–Para eso estamos aquí – le dice riéndose.

–Entonces, ¿qué le pasa? – pregunta mi madre esta vez súper seria.

–A ver, en primer lugar creemos que Marc tiene un soplo cardíaco desde hace unos meses por lo que he podido observar mientras le hacíamos las pruebas, el soplo ha ido aumentando en estos días y ahora solo le hace falta reposo. Lo que sí que os pediría es que pasase cada semana por aquí para hacerle pruebas y para ver si va disminuyendo o si de verdad es un soplo u otra cosa peor. De momento que no haga esfuerzo y reposo total.- Dice mientras caminamos hasta la habitación.

–Vale muchísimas gracias de verdad otra vez –Le dice mi madre súper aliviada. –¿Tiene que tomarse algo?

–Solo reposo–le vuelve a decir la enfermera.

–Vale, ¿podemos pasar a verlo?– le dice mi madre ansiosa.

–Sí, vamos– dice entrando a la habitación.

Al abrir la puerta Marc está consciente con una mascarilla puesta. Al verlo se me llenan los ojos de lágrimas y corro hacia él.

–Marc– le digo mientras le doy un beso y le acaricio la cara. –¿Estás mejor?– le pregunto mientras me siento en la silla que hay al lado de la camilla y le cojo la mano. Me hace un gesto con la cabeza en modo de afirmación y comienza a toser, pero no es nada grave.

Mi madre está hablando con la enfermera en la puerta. Estoy súper aliviada y el disgusto se me ha pasado desde que la enfermera ha dicho que estaba bien.

–Me has dado un susto de muerte– le digo medio riéndome. Es ese momento se quita la mascarilla y se la vuelvo a poner rápidamente. –¿Se la puede quitar?– le pregunto a la enfermera.

–Sí, tranquila, ya está bien– me dice desde la puerta.

–¿Qué me ha pasado?– pregunta Marc súper bajito.

–Nada grave, algo en tu corazón ha ido mal y no podías respirar por eso ahora no puedes hacer ningún esfuerzo. ¿Me prometerás que no harás ningún esfuerzo durante estos meses?

–¿Me va a pasar lo mismo que le pasó a papá?

–No te va a pasar nada de eso. Estos meses tendrás que venir a qué esa señora– le digo señalando a la enfermera– te haga unas pruebas y así te cure. Pero no te pasará lo mismo que papá tranquilo.

–¿Me lo prometes?– me dice incorporándose.

–Te lo prometo– le digo dándole un abrazo.

–Marc, cariño– dice mi madre viniendo hacia él. Acaba de terminar de hablar con la enfermera y estoy muerta de curiosidad de que han estado hablando pero lo dejo pasar porque si es algo que no me gustaría escuchar me arrepentiré. –¿Estás mejor? – le pregunta dándole un beso.

–Sí, ¿nos podemos ir?– pregunta animado.

–Esta noche es mejor que se quede en el hospital por si algún caso le diera otro ataque, no sabemos bien bien si es un soplo así que mejor que se quede.– Dice la enfermera acercándose a la camilla

–Ya la has oído– le dice mi madre a Marc. –Me quedaré esta noche con él.

–¿Entonces mamá quién llevará a Anna al cole?– le pregunto extrañada.

–Llamaré a Gloria ahora para que la lleve ella.

–¿Y ahora me voy en bus?

–Sí, toma las llaves de casa. Ves a recoger a Anna a casa de Gloria, pedir una pizza y que os la traigan. Sobretodo acostaros pronto porfavor. No quiero peleas. Y llámame cuando llegues.

–Vale. Adiós Marc. Te quiero. –Me acerco a él y le doy un beso y un abrazo.– A tí también– le digo a mi madre mientras le doy otro abrazo.

Y dicho esto salgo del hospital y me voy hacia la parada del bus.

TÚ Y YODonde viven las historias. Descúbrelo ahora