Capítulo: 11

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«¡Por Dios, Camila si se tarda!»

Tenía casi media hora esperando a una amiga para poder vivir otro día, no soy del chico que le guste hacerle daño a una mujer, pero por ver el sol en otro amanecer soy capaz de lo que sea.

—¡Jason! —exclamaba Camila con el fin de encontrarme.

—¡Por aquí! —respondí y logró verme.

Estaba en una zanja algo profunda así que a ella tuvo que hacer algo de esfuerzo para lograr bajar.

—Hola —saludó mostrando una hermosa sonrisa.

—Hola, Cami —saludo dándole un abrazo al cual ella corresponde.

—¿Y qué pues, para que me hiciste venir a este lugar que teníamos años sin venir?

En algo tenía razón, éramos niños cuando veníamos aquí después de clases y un día simplemente dejamos de venir.

—Solo quería recobrar viejos momentos con mi mejor amiga —respondí con algo de pánico.

—¿En serio? Mi novio me está esperando en su casa para salir y yo vine aquí creyendo que era algo importante —responde con frustración y de brazos cruzados.

—Es decir ¿Qué yo no soy importante para ti?

—No quise decir eso Jay, solo que nuestra amistad se fue desvaneciendo con el tiempo.

—No me digas "Jay" y si ya nuestra amistad no vale no me importará hacer esto —levanto una piedra que estaba cerca de mí.

—¿Jay que haces? —pregunta nerviosa retrocediendo unos pasos.

—¡Que no me digas "Jay"! —exclamo lanzando la roca la cual cae en su sien.

La había dejado tirada en el suelo formando un charco de sangre junto a su cabeza.

Acto seguido tomo una piedra más grande y la azoto contra su cabeza una y otra vez hasta dejar su rostro desfigurado, me levanté de su cuerpo y al ver la atrocidad que había hecho vomite a un lado de ella.

—¡Camila! —escucho la voz de un chico preocupado.

Un zumbido junto a un tono de teléfono me penetró los oídos, venía del celular de Camila.

Miro hacia arriba y veo a chico con cara de angustia observando la horrible escena su rostro cambio de tragedia a enojo.

Sin pensarlo dos veces decidió bajar para tenerme cara a cara.

—¿Esto lo hiciste tú? —pregunta en seco ese chico formidable señalándome con el filo de una navaja.

—No, yo voy llegando al igual que tú —respondí con temor.

—¡Mentira! —exclamó mientras se abalanzaba encima de mí.

Me trataba de apuñalar, pero no podía lograrlo porque tenía sus manos sujetas, tomó impulso y logró bajar la navaja pero enterrándola a un lado de mi cabeza.

Tomo oportunidad y con mis piernas lo empujo lejos de mí, me levanto y cojo la navaja que se encuentra en el suelo, me acerco a él de un golpe limpio le corto el cuello, se retorcía horriblemente tratando de parar la sangre que salía a montón de su garganta, de un segundo a otro se dejó de retorcer y cayó al suelo derramando más sangre que Camila, arrastro los cuerpos y los pongo juntos casi abrazados, saco mi teléfono y tomo una foto.





Diablo En Línea II © [S.S.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora