Diablo En Línea II © [S.S.]

Leistin (1/2)

Nada transcurría por la mente de Justin  excepto la idea de ser asesinado por un total desconocido sin haber hecho absolutamente nada malo, no lo podía digerir ¿Puede alguien bueno, decente, tranquilo y de buen corazón temer a su propia muerte y más temerle a alguien que lo amenazó por un patético grupo?

Decidió no hacer nada, esperar tranquilamente sentado en la cocina de su casa sería menos aterrador y no tan doloroso como forcejear y retrasar su muerte haciendo el momento más agonizante, pero el corazón de Justin palpitaba sin control cuando escuchó que alguien tocaba la puerta, sabía que no eran sus padres pues avisaron llegarían tarde, poco a poco y con mucho miedo se fue acercando a la puerta, su corazón se detuvo y se sorprendió mucho al ver a una preciosa  chica parada en frente de él, observando lágrimas saliendo de sus hermosos ojos.

—Hola Justin, de verdad lo siento.

—¿Leila que haces aquí?  —pregunta Justin sorprendido al observarla en persona.

—Quería disculparme en persona.

—¿A qué te refieres? —vuelve hacer otra pregunta pero esta vez con algo de preocupación.

—¿Puedo pasar? —sugiere Leila fijándose que aún siguen en la entrada de la casa, Justin no dice nada solo se quita del umbral de la puerta para que ella pase. —Gracias.

Justin tenía miedo, no lo quería creer pero tampoco salía de su cabeza que Leila posiblemente trate de hacerle algo, es decir desde su punto de vista sería algo raro que ella supiera donde viviera, llegara disculpándose, llorando y además del hecho de querer entrar, aunque sea una idea loca decide tener precaución teniendo una navaja de bolsillo a la mano.

—Discúlpame que te pregunte, pero llegas de la nada llorando pidiendo perdón ¿Me puedes mencionar que tienes o que pasa?

—Es que si yo no hubiera votado por ti, no estarías en esta situación —respondió Leila tomando asiento. —De veras me siento muy culpable..., la cuestión es que tú me gustas y pensé que tú y yo viviríamos para saber que pasaría entre nosotros.

Justin toma confianza y deja atrás la idea de que Leila pueda hacerle daño.

—No te preocupes, tú también me gustabas  y ¿Sabes que? Moriré feliz sabiendo que le gusté a alguien.

—¿Me concedes algo? —pregunta retirando las lágrimas de su mejilla.

—¿Qué cosa? —agrega acercándose confiadamente a Leila.

—¿Podría saber como se sienten tus labios en los míos?

Justin se acerca tentado por sentir sus labios, lentamente se fueron acercando, sus respiraciones se cruzaban, el amor se sentía en el aire, pero..., ¿Sería amor lo que se siente?

—Que tiernos se ven ustedes dos juntos —dijo un chico parado en el umbral de la cocina viéndolos a ambos con una sonrisa que reflejaba maldad. —En cerio, no lo digo solo por qué  sí, es decir es increíble que dos personas que casi ni se conozcan sientan tanto amor, es más si fueran novios los llamaría "Leistin".

Justin decide levantarse al observar a ese extraño sujeto, pero el otro saca un arma obligándolo a sentar nuevamente.

—Tranquilos, les dejaré terminar, continúen como si no estuviera aquí —dice el chico sentándose cerca de Leila y Justin refiriéndose al beso que estaban a punto de darse.

Justin teme por su vida, pero más por la de Leila, hace caso al sujeto y delicadamente toma a Leila por un costado de su rostro, Leila siente esa cálida sensación que provoca el tacto de Justin, se nota como sus mejillas se tornan suavemente a un color carmín tenue, un color que le había agradado ver a Justin, una leve sonrisa se formó en el rostro de ambos, por un segundo habían olvidado que un extraño estaba junto a ellos, sus labios finalmente estaban juntos Leila sentía mariposas en su estómago y Justin se sentía en el espacio.

—Bien mucho por hoy, sepárense —expresó el joven levantándose de su asiento. —¿Lista Leila?

—En verdad lo siento —dijo Leila soltando una sonrisa que provocó temor en Justin.

¿Las sospechas de Justin serían ciertas?

Diablo los apuntó.

—¡Espera no! —exclamó Justin cerrando los ojos esperando que no disparen.

El arma sonó, la bala salió y ya se podía admirar sangre en el suelo.

¿Justin habrá tenido razón?

—AXL [S. S.]