Catorce

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— ¿Qué harás este fin de semana? — sus cabellos castaños descansan sobre su frente, ambos estamos tirados sobre el césped, es viernes y y hemos salido de clases, pero he tenido el deseo de estar con Tyler y él cedió a quedarse un rato más conmigo, nuestras manos están tan cerca que podrían tocarse, así que no me resisto y le tomo de la mano, me suelta al instante y me dedica una sonrisa nerviosa, un nudo se crea en mi garganta al ver su reacción, ha rechazado mi contacto y solo me ha mirado con incomodidad.
— No haré nada, tenía planeado comenzar alguna serie o ver alguna película. — me siento y le observó ahora desde arriba, suspiro tratando de alejar la horrible sensación que me llena el pecho.
— ¿Quieres salir este sábado? — se sienta para quedar a mi altura y me mira sin expresión.
— ¿A dónde? — Me encojo de hombros.
— ¿Podríamos ir a la plaza? — Tyler asiente y me sonríe.
— Bien... Te daré mi número para avisarte si podré ir y a que horas saldríamos, no te prometo nada tengo que preguntarle a mis padres. — nos miramos fijamente por largos segundo, le sonrío y saco de mochila un trozo de papel. De todo el tiempo que llevamos hablando en ninguna ocasión me atreví a pedirle su número y no es como si él me hubiese dado algún indicio de querer darmelo, le extiendo el trozo de papel junto a un bolígrafo. La manera en que toma el bolígrafo es delicada, los números plasmados en el papel son pequeños y muy delgados, su caligrafía es bonita, al terminar me extiende el papel junto a la pluma, con mi letra (que en comparación a la de Tyler es fea) escribo "Ty" en cursiva junto a un corazón, me sonríe con delicadeza y toma una de mis manos entre las suyas, el repentino contacto es capaz de generar que mi corazón de un vuelco, pero solo dura un instante, es tan mínimo que luego me siento vacío, Tyler solo da un leve apretón y la suelta.

— Debo irme, es tarde y no quiero que se preocupen en casa o comiencen a preguntar donde estaba. — se pone de pie mientras toma su mochila para colocar una de las correas sobre su hombro izquierdo, mientras que yo guardo el pedazo de papel en mi bolsillo y el bolígrafo en la mochila.
— ¿Te llevo a la parada de autobús? — me pongo de pie listo para irme.
— No te preocupes — niega — puedo irme solo. — le miro algo sorprendido y dolido por el tono en que lo dice — Josh... No quise decirlo de esa manera, sabes... Que... — lo interumpo y trato de fingir una sonrisa.
— Sé porque me lo dices y... Yo entiendo. — Tyler solo me mira y ambos nos dirijimos a la salida del instituto, el camino es silencioso, él ni siquiera me mira y camina con cierta indiferencia a mi lado, en la calle el ambiente se torna peor, pero no quiero darle importancia, quiero creer que no tiene importancia alguna. 

— Supongo que nos vemos mañana... — me mira con una sonrisa tímida, es este él el que me gusta, el que me mira con vergüenza cuando sabe que estamos solos, el que me dedica sonrisas discretas y se ríe de mis comentarios, no el chico que me aleja por miedo a su alrededor, por un momento creo y siento que solo somos nosotros dos y no importa nada más. 

— Realmente espero que sea así... Voy a enviarte un mensaje cuando llegue a casa. — hago el ademán de abrazarlo pero se aleja repentinamente, he actuado demasiado rápido, se despide moviendo su mano y se da media vuelta para caminar calle arriba, mientras que yo debo cruzar a la izquierda, me dedico a mirar su delgado cuerpo caminar con cansancio, han sido días pesados en el instituto, pero aunque al salir quisiera irme corriendo no me importa quedarme un poco más con tal de ver a Tyler y estar con él aunque sea cinco minutos.

Camino con desgano de regreso a casa, con la mirada al frente y la mente perdida, los días son calurosos por lo que no me privo de abrís dos botones de mi camisa, al llegar a la parada de autobús para mi suerte el autobús no tarda ni cinco minutos en pasar y el camino a casa se siente corto ya que me dedico a divagar en mis pensamientos durante todo el camino ¿a donde puedo llevar a Tyler mañana en el caso de que saliéramos? Es decir, le he dicho que a la plaza pero ¿que haríamos ahí? Quiere tener una idea de que podemos hacer no quiero que se aburra, no, es lo que menos quiero. Me distraigo tanto que los quince minutos se sienten como cinco, al bajar de la parada no camino mucho para llegar a mi casa así que en un abrir y cerrar de ojos ya estoy frente a la puerta, saco mis llaves y al abrir la puerta el dulce olor a pastel me inunda las fosas nasales, tengo tanta hambre que podría comerme un pastel entero y es que ni siquiera tenía hambre antes de percibir el olor, pero ahora que mi nariz se ha inundado de el delicioso aroma dulce el hambre me ha atacado repentinamente.

Religious [Joshler]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora