Me desperté temprano, tenía que ir al colegio a entregar un proyecto. La verdad quería demorarme todo lo que pudiera hasta mi encuentro con Hinata. El abuelo Hashirama me había proporcionado en un mensaje la dirección del hotel en donde ella se hospedaría, y agradecí no tener que ir a buscarla al aeropuerto.
—Buenos días, joven Naruto. ¿Qué va a querer de desayunar hoy? — me preguntó el ama de llaves en cuanto bajé las escaleras.
—Hoy voy a desayunar fuera — respondí mientras tomaba las llaves de mi auto.
Cuando llegué al colegio había bastante movimiento, pues era lunes. Fuí directo al edificio en donde se encontraba la sala de maestros para localizar al profesor de filosofía. Por el camino fuí saludando gente, me había encargado de no pasar desapercibido en ningún lado y a los estudiantes les gustaban los extranjeros con acento extraño, en especial a las chicas, yo sabía que era atractivo, y muchas veces sacaba provecho de eso.
Encontré al profesor de filosofía leyendo, como casi siempre. Puse el libro que llevaba en mis manos en la mesa en frente de él para llamar su atención.
—Buenos días, señor Thompson.
—Oh, Naruto — dijo cuando levantó la vista de lo que leía, al parecer me esperaba — Creí que no ibas a venir, estaba por irme.
—Lo lamento, señor. Se me hizo un poco tarde.
—No me digas... — exclamó con sarcasmo — ¿Lo terminaste? — dirigió sus ojos al libro sobre la mesa y lo agarró.
—Naturalmente, le dije que éste se lo entregaría hoy — solté con orgullo.
Yo jamás entregaba los trabajos a tiempo, y en la última clase con el señor Thompson, él y yo habíamos hecho una pequeña apuesta. Si entregaba en tiempo y forma, me aprobaría con la mejor nota, si no, bueno... Me reprobaría.
—Perfecto. Tenía fe en que lo harías.
Esbocé una pequeña sonrisa. Ese profesor era mi favorito, siempre veía lo que era mejor para sus estudiantes, y más que profesor procuraba ser un amigo, daba unos excelentes consejos.
—Sólo espero que esté bien hecho. — contesté sinceramente, me había esforzado como nunca en ese proyecto — Bien, ya me voy.
—La próxima vez que nos veamos, te daré tu calificación y te entregaré tu trabajo.
Me despedí con una inclinación de cabeza, en Estados Unidos no se veía mucho aquello, pero mis costumbres japonesas persistían con los mayores.
Salí de la sala, dispuesto a encontrar algo en lo que pudiera perder el tiempo, y como si el cielo me escuchara, la voz de Andrew voló hasta mis oídos.
—¡Ey, Naruto!
Di media vuelta para verlo correr hacia mí.
—¿Qué planes tenemos para hoy? — Pregunté con una sonrisa traviesa.
—¿Qué comes que adivinas? Prepara tu bikini que vamos a la playa.
Me reí. A veces Andrew podía llegar ser muy elocuente.
Disculpa, Hashirama. Ir a la playa suena mejor que aguantar a una prometida.
Y con ese pensamiento, seguí a Andrew.
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Habían pasado exactamente cinco horas desde que Hinata bajó del avión. Al llegar a Los Ángeles fue directo al hotel, pues Hashirama-Sama le había dicho que Naruto la estaría esperando ahí. Sin embargo, él no se había dignado en aparecer en todo ese tiempo. Hinata estaba furiosa, si lo hubiera sabido jamás habría hecho aquél viaje.
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¡Y es que odio amarte!
Teen FictionNaruto Uzumaki juró no enamorarse de la cínica Hinata Hyuga, quien además es su prometida, pero ¿podrá lograrlo siendo ella la única que puede pagarle con la misma moneda?